Esta vez no habrá discusión. Orhan Pamuk estaba entre los favoritos al premio Nobel. Es un autor reputado, admirado y famoso. Otra vez la Academia Sueca elige a un escritor significado por su compromiso y una visión crítica de su país y su entorno.
Orientalista y occidental, ajeno a los vicios que un día denunció Edward Said.
El Nobel no es para melifluos en tiempos de miedo y convulsión política. Al menos según los últimos premiados.
El lobby por Mario Vargas Llosa tendrá que esperar a pesar de los méritos del autor que un día escribió La guerra del fin del mundo, por ejemplo.
Philip Roth tiene toda una obra detrás. El final de su penúltima novela, La conjura contra América, puede hacer perder cualquier premio y unos cuantos lectores.
El Nobel contemporáneo es para comprometidos, incómodos, críticos, autores con palabras como espadas.
Después de todo el ruido sobre Harold Pinter y su Nobel del pasado año parece una buena broma sueca premiar quien descubrió el compromiso crítico cuando guió a Arthur Miller y a Pinter en una visita a su país en apoyo a los escritores perseguidos.
Hasta entonces el joven Pamuk sólo quería "escribir bonitas novelas". Entonces nunca hubiera conseguido este Nobel.
Orhan Pamuk | Sus libros
Artículo de Pamuk explicando para quién escribe y una apreciación luminosa de su traductor Rafael Carpintero
Vídeoentrevista con Pamuk en The New York Times (inglés)