Música: Talvin Singh |Meeting
El amor con la televisión digital terrestre (tdt) no podía durar. Es demasiado ciego e interesado. Se desinfla casi antes de empezar porque el estado televisivo del bienestar que nos prometen no es tan paradisíaco como anuncian sus heraldos mientras nos apuran a no esperar al apagón analógico de 2010.
La mayoría de las promesas de la televisión digital terrestre tienen un pero. Ni tanta oferta, ni tanta calidad, ni tanta interactividad, sobre todo si no te gastas la pasta en buenos descodificadores con disco duro u otros sistemas de almacenamiento y reproducción asincrónica, como ya avisaron los telepatronos españoles al ver las promociones de cacharros baratos lanzadas por los diarios.
Albert Cuesta alerta desde La Vanguardia de las exageraciones del paraíso televisivo digital y Javier Pérez de Albéniz se indigna en elmundo.es de la brecha digital forzada por el bolsillo necesario para aflojar televisor, descodificador y adaptación de antenas. Una pasta, vamos, para ver canales temáticos de dudosa calidad en un escenario irremediablemente orientado al pago y a la televisión por satélite e internet, como la dibuja la Comisión Europea.
Así que cuidado con las promesas, la TV es traidora.
P21 | La televisión del bienestar
P21 | La nueva televisión no gusta a nadie