La Generalitat va a gastar cuatro millones de euros en 2006 para promocionar la televisión digital (TDT) entre los ciudadanos, una tecnología que no será la estrella del cambio del escenario televisivo, como alertan la Comisión Europea y muchos especialistas.
Es curioso cómo los políticos apuestan e invierten dinero en tecnologías que mejorarán muy limitadamente la comunicación (más advertencias) mientras otras más participativas y de mayor futuro no consiguen tanto apoyo.
Pero el amor de los políticos por la televisión es infinito. Todos desean el estado de bienestar televisivo que tan buenos réditos ofrece a empresas y gobernantes.
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