Cuando un diario anuncia que va a empezar a investigar hay que echarse a temblar. La duda aparece cruda: ¿es que hasta ahora no lo hacían? El periodismo sin investigación es sólo comunicación, pero los diarios son recurrentes en el vicio, cuando peor están, entonces anuncian que van a investigar.
El País crea una nueva sección llamada Investigación y Análisis con reporteros clásicos como Joaquín Prieto, durante mucho tiempo mito de la investigación en el diario; savia importada más nueva como José M. Irujo; periodistas acostumbrados a las cloacas como José L. Barbería, y reporteros de pluma interpretativa como Antonio Caño y Juan J. Aznárez. Todos dirigidos por el nuevo gran capo del fin de semana, Alex Martínez Roig.
Recuerdos: Filesa, el Gal, la democratizadora monarquía alauí, los derechos de autor y sus beneficiarios y muchos etecéteras. ¿Investigación? Ojalá, todos nos alegraremos.
Investigación y análisis. Uno se pregunta qué tendrá que ver lo uno con lo otro.
Investigar son hechos: informar de primera mano sobre lo que no se sabe.
Analizar es poner orden en el caos y jerarquizar.
Desde el principio aseguran que esta nueva sección semanal --¿por qué semanal? ¡ah, ya, será por el marketing!-- alternará "asuntos de investigación que requieren un largo tiempo de rastreo" con profundizaciones "a través del análisis o de la búsqueda de opiniones autorizadas en asuntos de interés".
Para echarse a temblar. Ya estamos de nuevo confundiendo el análisis con la opinión y aquel con la investigación.
La investigación nació con el periodismo y la vieja máxima de informar de lo que alguien quiere mantener oculto.
El análisis --news analysis, supongo, porque lo otro es opinión-- lo inventó James Scotty Reston para que el entonces duro banco de editores de The New York York Times pasara --con gran dolor de los más puristas-- sus crónicas interpretativas. Era la Guerra Fría y los diplomáticos (casi todos mezcla de espías por entonces) contaban cosas que no se podían atribuir. ¡Ah, las fuentes anónimas!
Scotty, el sucesor de Walter Lippmann como faro del periodismo norteamericano, tenía dos opciones: hacer noticias secas, factuales y poco interesantes o escribir amenas e interesantes crónicas repletas de hechos y citas que no se podían atribuir ni demostrar, pero llenas de sentido.
En el Times entonces decidieron emplear la etiqueta que aún se ve en sus páginas: news analysis, le pusieron una tipografía distinta y así señalaban al lector que aquello era otra cosa.
Tiempos de la Guerra Fría. A Reston le dieron dos veces el Pulitzer. La primera vez en 1945 por su trabajo en la conferencia de Dumbarton Oaks, donde se estudió la creación de las Naciones Unidas. La segunda en 1957, por sus crónicas y "reportajes interpretativos", dice la comunicación oficial del premio, al analizar los efectos de la enfermedad del presidente Eisenhower en el funcionamiento del gobierno norteamericano.
Eran tiempos de fuentes anónimas, mucho secreto, verdades y mentiras a medias.
Por cierto, un detalle no menor es que Reston era un periodista de corte, un insider más identificado con el gobierno de su país que con el mal del otro lado del Telón de Acero. Un auténtico hombre del establishment, eso sí, con agallas para denunciar el mal funcionamiento de la administración y la primacía del derecho de los ciudadanos a ser informados.
¿Volverá El País a esa época o todo es más simple?
El Mundo ya tiene un competidor. Cada cual investigará lo que crea oportuno pero la competición por colgarse la medalla está en marcha.
Algunas ideas:
Ejemplo de investigación: ¿Por qué el teléfono de información para la regularización de inmigrantes es de pago, un 902, cuando la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega prometió que sería gratuito?
Ejemplo de análisis: ¿Razones para considerar pluralismo que al mayor grupo de comunicación de este país, con posición monopolística en la televisión de pago por satélite, con mayor grado de concentración en la radio, siendo uno de los mayores grupos editoriales, con el primer diario del país y con la más amplia red de televisiones locales le permitan abrir su televisión analógica de pago en lugar de convocar un nuevo concurso para sumar nuevos operadores.
A investigar.
Investigación y Análisis, nueva sección en El País
P21 | El NY Times explica los secretos de su portada