Facebook se consolida como uno de los grandes motores de tráfico de la información. Con 400 millones de usuarios en todo el mundo y ocho millones de usuarios activos en España es el dueño del flujo social: la corriente de información continua compartida entre los usuarios.
Facebook, con su gran volumen, y Twitter, con usuarios de más edad y más interesados en la información, empiezan a ser una alternativa a buscadores, agregadores y webs de recomendación social -como la todopoderosa Menéame en España- y, por supuesto, a los lectores de suscripciones RSS.
Pero además son los grandes aspirantes a convertirse en los líderes del marketing viral y de la gestión de la participación tanto de diarios como de televisiones.
El análisis del tráfico de los medios informativos muestra que todavía están lejos de la afluencia de visitantes de Google, pero se acercan cada vez más a Google News, Menéame y otros referentes.
Tienen además ventajas para los medios:
Los periodistas y los propios medios pueden participar directamente en la promoción viral de sus contenidos.
Su ritmo de recomendación es muy corto e inmediato, sirve para detectar tendencias muy rápidamente.
Pero también inconvenientes: cada vez más usuarios se conforman con los breves que leen en redes sociales, buscadores y agregadores sin llegar a la fuente de la información.
A los usuarios les permite seguir de cerca qué recomiendan sus amigos o las personas con las que compartes intereses. Y con el filtro humano que mejora cualitativamente los algoritmos y evita pérdidas de tiempo y visualizaciones inútiles.
Responsables de medios digitales españoles señalan su crecimiento.
Para Adrián Segovia, analista de iMarketing de El País, los considera ya la segunda puerta de entrada tras los buscadores y destaca su importancia para las grandes noticias.
Miguel Ángel Díaz Ferreira, de Red Karaoke, destaca que cada vez concentran más tiempo de consumo de los usuarios y Julio Alonso, de Weblogs SL, cree que "pasamos de monocultivo Google a dos o tres fuentes de tráfico relevantes".
Ricardo Galli, fundador de Menéame, sigue creyendo que las redes sociales están muy lejos de esta página de recomendación social."Menéame da entre 5.000 y 25.000 visitas a las informaciones de portada", explica, y cree que las redes están todavía muy por debajo de esas cifras. Sin embargo, Galli reconoce que "son buenos recomendadores, pero de funcionamiento y audiencias muy diferentes".
Perfiles diferentes en función de cada uno de los servicios y redes sociales. Una tendencia creciente cuando las audiencias se especializan y los usuarios, cada vez más conocedores de las ventajas de cada uno, discriminan con mayor eficacia para qué usan cada una de las redes sociales.
Hace unos días, Hitwise analizaba los datos de Facebook en Estados Unidos para asegurar que Facebook es la cuarta ventana de entrada a la información y supera ya a Google News como selector de noticias.
Por eso no extraña que el propio blog de Facebook se anime a los usuarios a crear una lista de noticias de medios para potenciar su consumo desde la red social. Pero también para mantener a los usuarios más tiempo en esta red y aumentar su funcionalidad cuando los medios informativos están entre los contenidos preferidos por los usuarios de redes sociales, tanto en España como en otros países como Estados Unidos.
Un estudio de Chitika, un ad network, muestra la diferencia del comportamiento de los usuarios de Twitter y Facebook respecto a la información. El 28% de los usuarios de Twitter están sobre todo interesados en noticias, un porcentaje que baja al 18% en Facebook, donde la tecnología es lo más demandado, por casi un tercio de sus usuarios.
Para los medios informativos, la gestión social de la información en tiempo real es una revolución. En algunos casos para convertirse en medios sociales, integrando las principales funcionalidades de las redes sociales. En otros casos utilizando las redes como vehículos para sus contenidos y para estimular la participación de los internautas, como las televisiones.
Menos son los que ya las integran de forma natural en el reporterismo de la información y, mucho menos, las redacciones que funcionan internamente como una red social. Pero su incidencia en el periodismo y su negocio avanza.