Confirmado. El abandono de la publicidad de TVE es una bendición para la televisión. El efecto sin anuncios dispara dos puntos la cuota de audiencia de la televisión pública, sus competidores comerciales aumentan un 20% el precio de sus anuncios y crece el consumo de televisión hasta 261 minutos (datos de Barlovento Comunicación). Todos contentos.
Las audiencias de TVE se disparan sin publicidad hasta el 18,6%, cuatro puntos por encima de Telecinco (14,8%), mientras las comerciales bajan con la excepción de las temáticas de pago.
Pero la televisión cambia poco y el comportamiento de las audiencias es conservador, como siempre. TVE gana en todas las franjas, pero especialmente fuera del prime time y su atractivo es irreprimible para el público mayor.
Telecinco consolida su reinado en la telerrealidad y ese público de edad media que sublima con voyeurismo televisivo sus miserias.
Y Antena 3 juega a futuro intentando consolidarse entre los televidentes de menor edad, especialmente con sus canales de TDT.
Sufren las autonómicas, televisiones públicas castigadas por el mantenimiento de la publicidad. Crecen las nuevas y más pequeñas. Sólo TV3, como de costumbre, sostiene el liderazgo en Cataluña.
El fútbol pierde atractivo. El deporte rey ya no es lo que era y el fútbol de pago pierde clientes. Los grandes partidos siguen agrupando hinchas ante la pantalla, pero menos que en otras temporadas. Ningún partido está entre los 50 primeros programas del mes. El Dépor-Real Madrid se queda a las puertas con 4,11 millones de espectadores y un 23,5% de audiencia.
Gol TV, la cadena de fútbol de pago de Mediapro, avanza lenta. En la TDT de pago su audiencia llega a los 105.000 espectadores con una cuota del 0,1 de pantalla. En el cable consigue 338.000 televidentes, un 0,9 de cuota. Y en Digital Plus su canal C+ Fútbol de pago alcanza a 320.000 espectadores y un 0,5% de la cuota de pantalla en esta plataforma.
Telediarios maratonianos, bendito mal tiempo. Los nuevos telediarios de una hora arrasan en TVE1. Suben dos puntos y medio respecto a diciembre, un 22,7% y se distancian siete puntos de los de Antena 3.
¿Triunfo de la información o de la prolongación sin pausa? El tiempo lo dirá, pero los telediarios alargan sus piezas, aumentan -menos de lo esperado- el número de noticias y no abarcan más pluralidad de contenidos (reportajes, información fuera de la agenda pública, temas propios, grandes minorías, etc.). La apuesta se refuerza sobre la agenda común.
El efecto es mayor redundancia informativa y estrechamiento de la agenda. Una preponderancia insufrible de la información política y en enero aumentó hasta la caricatura la información del tiempo en un invierno de lluvias y nieves.
Telediarios donde los directos muertos imponen entradillas largas en todas las piezas. Y la mayoría acaban siendo de una redundancia que tiene la virtud de que nadie se pierda por mucho que entre cucharada y tenedorada o con el sorbo del café la parroquia se distraiga.
Negocio resistente. Las previsiones se cumplen: las privadas aumentan su facturación más con la subida de precios que con el aumento de publicidad y las temáticas comienzan a consolidarse para asegurar el impacto entre algunos públicos segmentados, especialmente niños, adolescentes y adictos a las series.
La publicidad continúa apostando por la televisión y la mayoría de la publicidad perdida de TVE se vuelca en las cadenas comerciales. El resto de soportes seguirán luchando con un medio cuyo consumo aumenta y que se hace multiplataforma para reinar en todas las pantallas.
Las fusiones y la acaparación de canales digales permiten a las grandes cadenas seguir controlando el negocio de la televisión, que desde los últimos meses de 2009 comienza a salir de la crisis, aunque la recuperación será larga.