Eric Schmidt, CEO de Google, ha intentado calmar a las operadoras de telecomunicaciones y evitar sus embates contra la neutralidad de la red para cobrar a los grandes de internet y las aplicaciones en los móviles por sus servicios.
"Se trata de que todos ganemos mucho dinero". La mejor declaración de un ejecutivo ante los dueños de la industria. Schmidt ha insistido en que no quieren que las telecos sean "cañerías bobas" y que las telecos también se beneficiarán del acceso a internet y los servicios digitales través de móviles.
¿Y los usuarios? Ni palabra.
¿Calmará a los grandes de las telecomunicaciones?
Google insiste en que su entrada en el mercado de la banda ancha. Pero sobre todo que sus móviles con Android aumentarán el ARPU -rentabilidad por usuario- de los abonados a la telefonía móvil igual que lo ha hecho el iPhone.
La batalla por el acceso a través de aplicaciones y redes sociales no sólo está cambiando internet, sino también el negocio de las telecomunicaciones.
Las operadoras dejan de ser canales para convertirse en medios -especialmente con la convergencia con la televisión- en empresas de servicios, dispuestas a vender ebooks o cualquier otro contenido, además de promover sus propias redes sociales (Telefónica, Nokia).
Por eso las telefónicas presionan para consensuar o imponer un nuevo sistema que garantice su negocio. Y Google lo tiene claro: el móvil es lo primero. Es dinero en el bolsillo de todos. Y repartirlo siempre ha ayudado a que la gente se entienda.