Vivimos conectados. Atrapados por los medios e internet. Más de 20 millones de personas se conectan a internet en España, y 2,3 millones viven con la Red en el móvil. Cada vez menos gente escapa a su poder, pero como aseguraban los principios de la mediamorfosis de Roger Fidler no sustituimos medios, consumimos cada vez más y además los viejos se transforman para ser como los nuevos. Internet nos atrapa. Y dentro de la web el monstruo televisivo sigue creciendo, imparable y en prime time.
La amenaza lleva escrita desde los títulos de crédito, como en La Guerra de las Galaxias: internet será como la televisión. Cada vez se parecen más. Menos mal que las redes sociales han venido a salvar a los internautas del vídeo en solitario y a sostener la vieja promesa de que internet es una gran conversación. Eso sí, cada día se parece más a una chat sobre la tele aunque ya no dependamos tanto de lo que nos echan los programadores y podamos elegir un poco más.
Dicen los últimos estudios que pasamos casi dos horas al día pegados a internet, más que en TV, aunque los audímetros sostengan que el consumo televisivo es de cuatro horas y media diarias. Con tanto estudio no hay quien se aclare. Pero en lo que todos coinciden en que una gran parte del tiempo que pasamos en internet es consumiendo vídeos, descargando películas o viendo televisión en la web.
Y en los foros, redes sociales y chats, la tele y sus frikis arrasan.
Decía Oscar Wilde que "el arte jamás debería intentar ser popular", pero la democracia electrónica perfecciona la alienación televisiva condenándonos a no parar de hablar de ella además de verla. Uno de cada cinco españoles ve la tele y está en internet al mismo tiempo. La mayoría chateando o en redes sociales. La promesa de la inteligencia colectiva atrapada en un corte de mangas de John Cobra. Menos mal que también vale para que, después de votarlo a mansalva, unos cuantos miles de enredados lo pongan a caldo en Facebook.
Columna en medios de Vocento