Mírale a los ojos. ¿Ha copiado este hombre? ¿Es Expiación (Atonement) un plagio?
Ian McEwan, escritor reputado (pruebas no faltan), se defiende: reconoce la inspiración y su deuda con Lucilla Andrews, muerta hace bien poco, cuando la llamó una "recomendable compañía de lectura".
Y ahora insiste: en un "mundo de realidad compartida (...) ella creó un importante y único documento histórico".
Intertextualidad. Realidad compartida. Contada por varios y escrita por muchos.
Escribimos lo que vemos, lo que inventamos y también lo que leemos.
Este no es un caso de ficción verdadera o de realidad inventada como los de JT LeRoy o James Frey, sino de letra apegada a más letra por la fuerza de la narración. Eso dice McEwan.
"La disparidad entre la grandeza de la obra de McEwan y la pequeñez de la acusación" es suficiente exculpación, según Time.
McEwan citó a Andrews en los agradecimientos de Atonement. Usó sus libros como documentación, al igual que documentos del Imperial Museum War, y coinciden con los recuerdos del padre del novelista sobre los hospitales de guerra.
Una historia de cómo las noveleas una popular escritora se pueden convertir en arte de mayor calidad y prestigio gracias a otro autor. Nunca Lucilla Andrews había sido tan valorada.
La literatura popular vale la pena.