La modernización de la directiva europea de Televisión sin Fronteras reduce los límites para la publicidad en televisión y bloquea los intentos de regular el audiovisual en internet y en los servicios no lineales con los mismos criterios que la televisión convencional.
Se excluye de la regulación publicitaria a la televisión IP y bajo demanda, que sólo tendrán que respetar los derechos fundamentales de protección de los usuarios. Países como Gran Bretaña han subrayado que en internet los usuarios eligen y esa libertad y responsabilidad es el principio a respetar.
La propuesta de modernización se ha rebajado desde sus planteamientos iniciales en la regulación y liberalización del product placement y en la intención de imponer más controles en los nuevos medios audiovisuales, todavía en desarrollo y con una nueva relación entre creadores, emisores y público.
A pesar de los estudios a favor del product placement para financiar la producción audiovisual y el derribo de las limitaciones publicitarias, el llamado estilo norteamericano, los 25 permitirán un máximo de 12 minutos de publicidad por hora de emisión, un total diario de 4,8 horas frente a las 3 actuales, se rebaja el tiempo de interrupción a 20 minutos excepto en películas, programas infantiles, informativos (donde el límite se establece en 30 minutos) y servicios religiosos, que no podrán ser interrumpidos.
Sólo las creencias por encima del negocio.
El product placement seguirá siendo competencia nacional pues el principio de someter el audiovisual al país de origen se mantiene, como reclamaban algunos.
El miedo a la invasión de contenidos de marketing es poderoso y justificado cuando crecen los contenidos creados por las propias marcas.
El ligero toque sobre el audiovisual en internet es más leve que el propuesto por la comisaria Viviane Reding, combatida con empeño por el gobierno británico, atento a la nueva televisión y sus desafíos.
La nueva directiva, a la que aún le queda tramitación en el Parlamento Europeo, intenta proteger a la industria televisiva europea relajando la regulación publicitaria y abandona los intentos de imponer cuotas de producción europea superiores a las actuales.
Tampoco habrá cuotas europeas en internet.
Mercado más liberalizado para el audiovisual europeo con un horizonte de desaparición o reestructuración profunda del servicio público de radiotelevisión, herencia de la limitación de frecuencias.
La tensión está en la presión comercial y la saturación publicitaria de las cadenas. La solución son los nuevos servicios audiovisuales bajo demanda, los más importantes para el futuro de la televisión según los estudios de la Unión Europea.
La era de la tiranía de la programación se está acabando con la multiplicación de la oferta, de pago y gratuita, la nueva televisión digital y las posibilidades del audiovisual en internet, móviles y nuevos soportes.
Europa prepara su directiva de televisión para un audiovisual sin fronteras tecnológicas, donde el control del mando es cada día más personal, pero mantiene fronteras legales.
Por el momento.
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