¿Es Metacafe la alternativa a YouTube? Metacafe, la primera red de vídeo social independiente, paga cinco dólares por los vídeos que superan las 20.000 visualizaciones y una valoración de más de tres puntos por los cien mil revisores/programadores voluntarios del sitio de vídeo de Arik Czerniak.
Una aplicación en el ordenador de los revisores permite gestionar un algoritmo para clasificar los contenidos y determinar las ganancias de los autores.
La estrategia es tener menos vídeos que YouTube (la larga cola del audiovisual) pero albergar los mejores. Czerniak reconoce la diferencia de tráfico con YouTube, pero su apuesta es la calidad, tal como la entienden esos programadores aficionados.
Los 200 vídeos más vistos en el portal audiovisual social adquirido por Google reúnen 560 millones de visitas. Los primeros 200 de Metacafe, 630 millones, un 12% más, según cifras de Czerniak.De la larga cola del vídeo a sólo la cabeza.
Una opción parecida a la de Current TV, la televisión participativa de Al Gore, que también se emite por plataformas de cable y satélite.
Pero esa diferencia es fundamental.
La estrategia de YouTube es la cantidad para atraer visitas, usuarios y atención. Los rankings ayudan a navegar para ver lo mejor o más visto y su enorme cola atrae a público de nichos que encuentran sus contenidos favoritos. Cada tema, grupo o canal crea su comunidad y el criterio de valoración es social, sin restricciones.
Metacafe no tiene esa abundancia de contenidos ni de público. No permite crear comunidades para gestionar los contenidos a excepción de las subsumidas en esos cien mil programadores aficionados.
La ambición comercial hace redundantes muchos vídeos, enfocados a los contenidos más populares, al estilo de la televisión más popular. Algunos comienzan a saber cuáles son los gustos más comunes de los 100.000 críticos voluntarios y crean para lograr su aprobación.
Current TV intenta profesionalizar a los usuarios con encargos de la cadena tras pasar una dura criba. El contenido es más informativo y de producción propia. Pero, sobre todo, se ve en internet y en la televisión, pantalla para los mejores contenidos y donde la tarta publicitaria permite pagar precios de producción ridículamente más baratos que los profesionales.
¿Hallará Metacafe el equilibrio entre calidad, audiencia (tráfico) y gusto de sus críticos voluntarios capaz de atraer la publicidad necesaria para pagar a sus autores?
La comercialización de los contenidos, una maniobra orientada a no perder la carrera con GooTube, puede ser su condena. Para la televisión más popular de entretenimiento ya está la oferta convencional, digital y el cable. Y quienes busquen joyas especializadas, difíciles de encontrar, seguramente tampoco las hallarán en Metacafe.
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