Ciutadans está en la mirilla de unos y otros. A la política profesional no le interesan los partidos nuevos. Menos si su mensaje es de regeneración, transparencia y reivindicación de la cotidianeidad.
Ahora sabemos que Albert Rivera, su presidente, fue militante y apoderado del PP hasta abril pasado.
La filtración del PP, muy preocupado por el factor Ciudadanos, necesita una explicación mejor de Rivera. Un desmentido del gabinete de prensa no es suficiente. Rivera debe dar la cara o dejar el escaño y su partido.
Todo el mundo tiene derecho a cambiar de ideas. Más cuando gran parte del mensaje de Ciutadans-Ciudadanos es hartazgo de la política y los partidos tradicionales.
Si es así, Rivera no tiene porqué mentir ni ocultarse. ¿Síndrome de Ottinger?
Si el problema es la ostentación del currículo, instrumento para colocarse, como señala un responsable de Nuevas Generaciones del PP, Rivera debería dejar el nuevo partido si sus promotores desean que la gente siga creyendo en la buena fe de Ciutadans y en su transparencia.
P21 | Ciudadanos hace implosionar a la derecha