El eurodiputado Ignasi Guardans denuncia el secretismo de las recientes medidas de seguridad aérea que nos obligan a despojarnos de tantas prendas y atributos y hasta de exhibir con transparencia plástica (con cierre reutilizable, normativa obliga) nuestros desodorantes, geles y lociones.
La intimidad en una bolsita de plástico.
Todo sea por la seguridad. Resignación.
Pero no cristiana, porque Europa y sus normas no son Dios ni las tablas de la ley; ni indocumentada, porque el ciudadano tiene derecho a saber.
Pero las razones de por qué los líquidos y geles envasados en más de 100 mililitros están prohibidos son secretas, según la normativa 1546/2006 (pdf):
"In accordance with Article 1 the annex is secret and shall not be published in the Official Journal of the European Union".
Sigue la estela de la cautela y secretismo del Reglamento 622/2003 por el que se establecen las medidas para la aplicación de las normas comunes de seguridad aérea.
El Ministerio de Fomento traspuso con esta nota informativa (pdf) la nueva regulación.
"En consecuencia - dice el eurodiputado con acierto-, los ciudadanos no tenemos ninguna posibilidad de verificar, o en su caso impugnar, la aplicación de esta norma, porque no tenemos derecho a conocer su contenido".
Europa se construye sobre el miedo y el secretismo. Exagerado y coartada de muchas acciones a veces desproporcionadas o injustificadas.
[Lo que me sorprende más es que nadie hasta ahora, que haya podido localizar o recuerde, publica o discute este secretismo. Ni siquiera el diario que publica la tribuna de Guardans hace una información al respecto].