Radio Televisión de Castilla-La Mancha ya ha costado 348,8 millones de euros en cinco años, una media de casi 70 millones anuales para los casi dos millones de habitantes de la autonomía. Un coste por habitante anual de 36,8 euros, tres euros por encima de la media de las deficitarias televisiones autonómicas españolas, cuyo agujero financiero es imparable y crece a golpe de ambición política.
Los presupuestos para 2007 de la radiotelevisión dirigida por Jordi García Candau, ex director general de RTVE, serán de más de 69 millones y mantienen los volúmenes de años pasados para una audiencia del 12,2% en la región, también por debajo de la media de las autonómicas, superior al 15%.
Los gastos de personal (300 empleados) se llevan 18 millones de euros (una media de 60.000 euros brutos por empleado), pero la producción de programas externos se come 20 millones de euros para mantener productoras y presentadores como Andoni Ferreño, Belinda Washington, Irma Soriano o Teresa Viejo.
La publicidad está tercerizada y gestionada por el Grupo Zeta.
A pesar de su coste, la televisión castellano manchega es más barata para sus habitantes que la recientemente creada de Aragón, que con menos de 1,3 millones de población costará este año 50 millones de euros, más de 38 euros por habitante.
También que la balear IB3, que con menos de un millón de habitantes cuesta entre 50 y 60 millones anuales y ha superado en su corta vida un coste por habitante y año de 100 euros. La radiotelevisión autonómica cuesta a los catalanes 50 euros anuales por habitante, y la valenciana y madrileña no andan muy lejos.
La ambición y la deuda del telestado autonómico lo devora todo. Tristemente a mayor gloria de una televisión comercial con escaso servicio público en la mayoría de los casos.
P21 | Televisión de Asturias para todos
P21 | Más agujeros televisivos públicos