Me gusta sobre todo cuando toca mi pantalla. Es un buscador sexy. Se inclina con su vestido negro (no es el de piel de tiburón de Justine, pero casi) y me llama con esa furia que le quedaba tan bien a las heroínas del cine negro.
Te mira, te habla: "Hello. Type something here", dice Ms. Dewey, el nuevo buscador en Flash de Microsoft. Una morena explosiva y multicultural (norteamericana de sangre india y holandesa) te oye y actúa para que busques en internet.
Y lo haces para que siga hablando y moviéndose. Saca el móvil, disimula como si hablase con alguien para que no lo resistas y busques, busques, busques y no pares de mirar.
Se contonea y ríe a lo Mae West. Para y mueves el ratón para que siga. Abre una revista, te mira con esos ojos negros. Dice que piensa, pero sólo escarba en las páginas de la Red.
Es ella. Sexy, pero busca fatal, es lenta y se parece más a las rubias tontas del cine que a los buscadores que te resuelven dudas, son rápidos, sencillos y ofrecen mucha información.
"The more you ask, the more I know". Ms. Dewey miente. No está echa para buscar, sino para mirarla a ella y perder el tiempo. Cada vez que abres su página hace algo distinto, y bromea cuando buscas George Bush o Hillary Clinton. Parece un microprograma de televisión.
¿Ha inventado Microsoft el buscatainment? ¿El primer buscador pensado para entretenerte con él en lugar de encontrar información?
Sin duda. O al menos eso parece. De la sociedad del conocimiento a la del entretenimiento virtual con artimañas de siempre.
En el rato que pasas viendo a Janina Gavankar, la actriz que da vida a Ms. Dewey, puedes encontrar muchísima más información en Google o en A9, pero sin una chica tan atractiva.
¿Qué pasa con el público femenino?
Puestos a crear un buscador sexy deberían haber puesto también a un chico. Ellos mismos reducen su público objetivo. ¿Para cuándo un Mr. Dewey diferente al inventor del sistema decimal de clasificación?
Los avatares y el rostro humano no siempre aumentan valor. Ms. Dewey es un ejemplo.
En YouTube ya empiezan a correr vídeos satíricos. Y es sólo el principio. El cuerpo se lo merece. La idea de Microsoft, también.
