Un periodista. Luis Fernández (Santo Domingo de la Calzada, 1957) será el próximo presidente de una RTVE en cambio y redefinición. Consenso entre los dos grandes partidos, PSOE y PP. Increíble. Se rompe el bloqueo de los últimos años. Ahora falta la renovación del Consejo de Administración. El acuerdo es también imprescindible.
Un periodista con trayectoria y prestigio (Cope, Ser, Canal Plus, Telemadrid, Telecinco, Plural) será el encargado de planear y comandar la nueva televisión pública en la era de la fragmentación, la sociedad de la información y el ocio multimedia, cuando la televisión ya es personal y cada vez menos un mass media.
¡Ya era hora!
Fernández afronta el reto de sacar a RTVE de su deterioro con la redefinición del servicio público, la televisión de calidad y su papel en el nuevo escenario de la sociedad de la información: audiovisual en las ondas, en internet y en los móviles.
El nombramiento descarta la opción de perfiles políticos y gerenciales con los resultados ya conocidos.
"Llevo más de treinta años trabajando como profesional independiente. Y en un momento como éste el único cambio que puedo hacer es ser aún más independiente y aún más profesional".
Las primeras declaraciones del nuevo y primer presidente de la Corporación RTVE abundan en una esperanza: periodismo, profesionalidad, independencia y creatividad para la radiotelevisión pública.
El ex presidente José María Aznar rompió los récords de nombramientos (Mónica Ridruejo, Fernando López-Amor, Pío Cabanillas, Javier González Ferrari, José Antonio Sánchez).
José Luis Rodríguez Zapatero le sucedió encargando a Carmen Caffarel el mayor cambio en la historia de RTVE y con el desafío de devolver un papel informativo, social y profesional a los medios públicos.
La aprobación de la nueva Corporación RTVE y los cambios en la Agencia Efe (con otro periodista al frente, Álex Grijelmo) demuestran que el camino es transitable y lleva a destinos todavía inciertos. Lo importante es avistar direcciones (conclusiones Foro 50 años).
TVE ha perdido audiencia y, en muchos casos, calidad. RNE es casi una emisora fantasma. Sintonizas y el estilo, el tiempo, hasta el volumen, recuerda las viejas radios de gran dial casi desierto ahora que es casi imposible sintonizar en un espectro apretado.
Luis Fernández promete transformar la vieja cincuentenaria burocrática en "un grupo empresarial potente y socialmente eficaz, en un servicio público de verdad".
Los grandes desafíos:
>> Una nueva definición del servicio público y social de la radiotelevisión pública.
>> Calidad como marca para audiencias fragmentadas. Se estrecha el público, no los criterios.
>> Rentabilidad social compartida con eficiencia económica.
>> De la televisión de todos/masas, a la televisión de referencia nacional y para las grandes minorías sociales, temáticas, locales.
>> Una corporación de innovación y creatividad frente a la deriva de la rutina y la burocratización.
>> Independencia, independencia, independencia. Del gobierno, de los partidos, de los dirigistas reglamentos y normas que la afectan, de la corrección política, de la pereza y el aburrimiento social, de la monotonía. De sí misma.
>> Promover el talento y convertir a RTVE en una pasión profesional. Competir por los profesionales con el prestigio, no con la chequera.
>> Producción propia para una nueva televisión. Riesgo con la tranquilidad de una cuenta de resultados que sólo necesita responsabilidad, no beneficios.
>> Los grandes viejos medios también deben ser nuevos medios con futuro: modernización de criterios, estilos, paradigma y tecnología.
Un periodista. Bienvenido. Es la hora.
Carmen Caffarel y el futuro de RTVE (pdf)
P21 | El futuro de la televisión
P21 | El discutido futuro de RTVE