Notas de Fundamentos Web 2006 | 2
Dicusión con Ben Hammersley, creador de Comment is Free, el portal de blogopinión de The Guardian abierto a los lectores.
Ben coincide conmigo en criticar a muchos blogs de medios (artículo en La blogosfera hispana, pág. 82, pdf). Demasiadas columnas en un nuevo formato sin pasión por la interactividad con los lectores ni una verdadera política de enlaces y aprovechamiento del hipertexto.
Los blogs son vida, además de una herramienta o un formato que puede dar lugar incluso a un género periodístico.
Con el tiempo muchos periodistas han aprendido y están en la conversación con valor y audacia, pero otros siguen apegados al peso de las rutinas y valores de un periodismo en revisión que debería ser más autocrítico y consciente de sus limitaciones.
El problema no es la opinión. Es la subjetividad.
El problema no es sólo el rigor y la precisión (imprescindibles). Es la monotonía y el aburrimiento.
Ben se duerme con Comment is Free. Yo, a veces, también.
Falta la pulsión reclamada por Walter Lippmann, padre fundador del periodismo moderno (Public Opinion): la linterna que apunta a los hechos para ponerlos a la luz pública y que los lectores juzguen.
Ahora, demasiado a menudo, el foco es tan estrecho que los lectores no pueden ver la realidad, sólo la parte iluminada.
Pero al institucionalismo de Lippmann hay que sumarle un poco de rebeldía. El teórico y columnista ya sabía que los diarios fomentaban la democracia directa.
¡Si viera los blogs y los medios sociales, ay!
La subjetividad no es mala si es honrada con los hechos y la audiencia. El rigor con la realidad del periodista le permite subjetivizar para contar historias de la mejor forma posible: proporcionar al público construir una idea cabal e inteligible de lo relatado.
Lo otro es el periodismo fáctico y de ruedas de prensa. Un coñazo. Una insoportable información capada.
Los blogs son una gran ayudar para contar con más subjetividad la información y facilitar su contextualización por el público.
Pero los blogs de medios no pueden sofocar el resto de la blogosfera para volver a dominar la voz de los ciudadanos ni para convertirse en un gueto donde se aparca la conversación. Un lugar donde se permite la cháchara con la altivez de la excesiva sacralización del periodismo.
P21 | La web somos todos