El estado pagará este año el canon a las bibliotecas por el préstamo de libros impuesto por la Unión Europea según una ley de 1992 aún no aplicada.
A partir de 2008 el canon por préstamo de libros en las bibliotecas tendrán que pagarlo el Ministerio de Cultura, las autonomías y los ayuntamientos, según anunció esta semana el ministro César Antonio Molina.
Será entonces cuando la injusticia de este canon que grava dos veces los libros y convierte en más caros los destinados a bibliotecas públicas amenace más su dotación.
Nadie ha explicado todavía si este canon, impuesto por la Unión Europea para fomentar las bibliotecas y la edición en países donde no existen ayudas como en España, sustituirá de alguna forma a las actuales subvenciones para edición de libros con destino a bibliotecas públicas o se convierte sin más en un nuevo impuesto indirecto (20 céntimos por libro) a recaudar por las entidades de gestión de derechos, fundamentalmente Cedro, Dama y la SGAE.
Los libros de las bibliotecas serán más caros. Habrá para menos, a no ser que se aumenten las dotaciones o se reestructuren las partidas de gasto.
Las bibliotecas españolas compraron libros el año pasado por 23,19 millones de euros. Fue el canal de comercialización que más subió: un 65,7%.
Nadie entiende que este esfuerzo se vea gravado ahora por un nuevo impuesto a la lectura.
La injusticia de la medida impulsa a los defensores de otras alternativas como el precio por lectura. Si los libros de las bibliotecas tienen un canon de préstamo quizá lo adecuado sería que fuesen los autores y editores quienes los donaran en usufructo manteniendo su propiedad y sólo cobraran una tasa por cada vez que es leído o prestado.
Lo que parece injusto es que se pague el libro, normalmente antes subvencionado en muchos casos y después se aplique el impuesto.
El mercado del libro necesita una buena reforma para seguir creando lectores y sostener ese negocio de más de 3.000 millones de euros en 2006, según el último informe de la Federación de Gremios de Editores de España (pdf).