En tres o cuatro meses se sabrá quién compra el grupo Zeta. Los directivos corporativos del grupo ya están explicando a todos los responsables de las distintas divisiones cómo va el proceso de venta, qué ofertas se manejan y cuál puede ser el futuro de cada medio y división de negocio.
Antonio Asensio Mosbach tiene 16 ofertas sobre la mesa. Ninguna acepta el 30% del capital que en teoría se vende.
Unas cuantas son parciales, por algunos de los medios del grupo, como diversos diarios regionales interesantes para Vocento o Prensa Ibérica. Otras por divisiones, como la editorial, donde otros editores pueden sumar catálogos complementarios. Algunas como la de Prisa eran sólo por estar y conocer la valoración de Zeta y ya han sido retiradas.
Sólo un par de ellas, quizá sólo una, parecen optar por el control de la totalidad del grupo. Zeta ya ha pedido la bendición de la Generalitat de Catalunya, innecesaria pero políticamente conveniente.
Zeta está en venta prácticamente desde finales del año 2005, cuando Asensio hijo perdió la posibilidad de hacerse con una televisión. Jesús Castillo pagó por ello.
Antonio Asensio se ha despegado cada vez más de la gestión del grupo y sólo le interesa la televisión y su desarrollo digital.
La esperanzas de quienes confiaban en que recogería el espíritu de su padre han topado contra su desinterés.
El año que viene será un año de grandes cambios.
Zeta se vende, Unedisa lanzará toda la artillería de la unificación con Recoletos, el futuro televisivo de Prisa no está claro, Planeta ojea, Vocento intenta poner en marcha una nueva estrategia.
Godó y Prensa Ibérica, más tranquilos.