Las pistolas de ETA han vuelto a tronar en Francia. Un guardia civil muerto y otro grave en un tiroteo contra los terroristas.
Vuelve la muerte. Son sorprendentes algunos detalles: es la primera vez que un guardia civil muere en una acción antiterrorista en Francia, hacía mucho tiempo que los etarras no respondían con las armas a una operación policial.
El presidente Zapatero ha suspendido inmediatamente su participación en la celebración del 25 aniversario del gobierno socialista de Felipe González y Alfonso Guerra, que se reencontraban después de años de separación.
El presidente del Gobierno comparecerá a las 13.00 horas y diputados socialistas intentan conseguir una declaración de consenso de todos los grupos políticos contra el terrorismo.
ETA vuelve a estar de nuevo en el centro del debate político cuatro meses antes de las elecciones cuando Zapatero había ordenado el giro hacia la política social y la reconquista del lenguaje y los símbolos de la derecha.
El tiroteo se produce además un día después de la sentencia del caso Ekin, también llamado sumario 18/98. El juicio ha acabado con penas duras para 47 de los 52 procesados, tan duras que sobrepasan a las solicitadas por el fiscal en un caso donde los límites entre la opinión y la colaboración o apoyo efectivo al terrorismo a veces no han estado claras.
Empezó con 56 acusados para quedar en 52 y con condenas para 38. Poco a poco se han ido deslindando las responsabilidades reales, pero son muchos los que siguen creyendo que el frente político y social juzgado no se corresponde exactamente con el apoyo al terrorismo y la violencia.
La democracia no puede permitirse errores y sospechas para estas condenas.
Pero los muertos de ETA vuelven a sepultar cualquier razón.