Friday, December 14, 2007

Poemas desde Guantánamo

Take my blood.
Take my death shroud and
The remnants of my body.
Take photographs of my corpse at the grave, lonely.
Send them to the world,
To the judges and
To the people of conscience,
Send them to the principled men and the fair-minded.
And let them bear the guilty burden, before the world,
Of this innocent soul.
Let them bear the burden, before their children and before history,
Of this wasted, sinless soul,
Of this soul which has suffered at the hands of the 'protectors of peace'.

Death Poem, de Jumah al Dossari

Son los Poemas desde Guantánamo. Lamentos y pensamientos de tantos presos para reivindicarse como hombres.
"Al fin Guantánamo ha encontrado su voz", ha dicho Gore Vidal. Como la encontraron Cervantes, Quevedo, Oscar Wilde, Miguel Hernández, Jean Genet y tantos. Tantos obligados a buscar la libertad del espíritu con la libertad de las reglas de la poesía entre las cadenas de los hombres.
Poesía del sufrimiento contra la vergüenza de Guantánamo.
21 poemas escamoteados de la vigilancia de los carceleros en esa tierra de nadie en el bastión norteamericano en Cuba.
Gritos y razones de sólo unos cuantos de los detenidos, los defendidos por Mark Falkoff, que ha podido salvar estos testimonios y ofrecerlos al mundo.
O Father, this is a prison of injustice.
Its iniquity makes the mountains weep.
I have committed no crime and am guilty of no offense.
...
I have no fellows but the Truth.

To my Father, por Abdulla Thani Faris al Anazi

La poesía "presenta un especial riesgo" para el interés nacional por su "contenido y formato". Fue la sentencia del Pentágono en 2002 contra la palabra de quienes viven ciegos, esposados y mudos para vergüenza de la democracia.



Pero estos poemas han llegado a nosotros. Y es obligación nuestra leerlos para obedecer las palabras cautivas de nuestra vergüenza:
And let them bear the guilty burden before the world,
Of this innocent soul.
Let them bear the burden before their children and before history
.
Guantánamo ya tiene su propia voz. Escucharla es una obligación. Y recordar las palabras de Gabriel Celaya proclamando que la poesía es un arma cargada de futuro. Los prisioneros de la vergüenza y el miedo lo saben.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.