Precariedad. Es el sino del oficio periodístico desde que las reglas más mercantilistas y la era de la saturación mediática son la ecología de los medios.
La Asociación de la Prensa de Madrid y el Col.legi de Periodistes de Catalunya han firmado por primera vez juntos un Manifiesto ante la precariedad de los periodistas (documento completo en pdf) tímido, sobrio, de buenas intenciones.
Ni caso.
En los medios no ha tenido mucho eco. Esos periodistas que dirigen las redacciones no han tenido el pundonor de reseñar uno de los pocos documentos más o menos unitarios de la profesión.
He aquí el mal fundamental del periodismo en la España del cainismo.
El problema no es una cultura empresarial y gerencial poco respetuosa con el trabajo de los periodistas.
El problema es el poco respeto que muchos periodistas tienen hacia el trabajo de otros, compañeros o subordinados.
El manifiesto de los periodistas apela a los editores y pide contratos normativos y buenas prácticas laborales. Exhorta a las administraciones públicas a demandar una declaración de cumplimiento de las normas laborales antes de contratar publicidad o firmar cualquier otro acuerdo.
Falta una exigencia a los propios periodistas, responsables de medios, de que exijan el cumplimiento de esos contratos y defiendan las normas y condiciones laborales de sus redacciones.
Que nadie se engañe. El primer problema de gestión laboral de los periodistas en España son los propios periodistas con mando en las redacciones.
Ellos son, o deberían ser, los responsables de la gestión de personal de la redacción. Son ellos quienes deben primar la excelencia y ocuparse de evitar las situaciones más desfavorables.
No basta con tener contentos a los mejor pagados y poner como excusa al gerente.
La APM y el Col.legi deben extender su Manifiesto a los responsables periodísticos de los medios. Ellos son los gestores de las redacciones dentro del presupuesto general de la empresa, objetivos y reglas comunes, un cometido irrenunciable y que no se puede delegar.
Precariedad, no. Pero los periodistas también somos culpables de nuestros males.
Informe Anual Profesión Periodística 2007
P21 | Periodistas preocupados por el oficio