Atento. Cuidado con tus lecturas. Si te vas en avión a los Estados Unidos del Miedo, atento: ¡PUEDES SER DETENIDO POR LEER LIBROS PELIGROSOS!
Maldición. A esconder a Jean Genet bajo unas tapas de algún best seller y hasta El diablo en la cabeza te puede meter en problemas, aunque hoy Bernard Henry Levy sea un docto renegado.
Cuidado. La biblioteca del miedo te puede llevar a la trena.
Hari Kunzru alertaba hace unos días: la curiosidad sobre ciertos temas puede ser ilegal.
No sabe si podrá encabezar otra novela con una cita del manual de la Fracción del Ejército Rojo (RAF).
Hasta el Terrorista de John Updike puede ser peligroso. Y nada de llevar recortes de El Mundo con insinuaciones sobre bombas hechas de jabón o matabichos.
Estás vigilado. Como Lennon. Sospechoso de leer libros peligrosos y prohibidos.
El miedo en la biblioteca. Nuevo canon.
Al menos hasta que los espías cambien la metodología, como con las bombas nucleares iraníes que nunca existieron o las armas de destrucción masiva de Sadam Hussein.