Los ministros de telecomunicaciones europeos se reúnen para discutir la estrategia digital europea y firmar una Declaración de Granada sobre el futuro de la sociedad de la información donde la competencia y la transparencia en las telecomunicaciones se plantean como alternativa a la neutralidad de la red: la no discriminación de servicios ni contenidos en internet y las redes de telecomunicaciones.
La propiedad intelectual, las inversiones en redes de nueva generación y el mercado único de contenidos digitales están también en la agenda de la reunión que diseñará gran parte de la estrategia digital europea.
La presidencia española defiende en su último documento de trabajo una revisión del principio de neutralidad de la red para asegurar un mercado que asegure "la competencia efectiva en el mercado convergente de redes, servicios y aplicaciones, que pueda exceder el ámbito de las comunicaciones electrónicas", y "requisitos mínimos de calidad" de los servicios de redes.
La propuesta desplaza el debate sobre la neutralidad de la red y la posibilidad de una tasa Google -el cobro de una licencia a las grandes empresas de internet por utilizar las redes de las operadoras telefónicas- para apoyar una oferta con diferentes productos en lugar del acceso abierto actual.
Los reguladores nacionales serían los encargados de vigilar cómo se acuerdan y la oferta de esos contratos, tanto para el usuario final como para los proveedores. Un sistema muy similar al de las aplicaciones para móviles como el de Apple pero con vigilancia de los reguladores como la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones.
Un camino abierto en la legislación europea con el paquete telecom, que ha servido de base para las demandas de Telefónica, Vodafone y resto de operadoras, apoyadas por el ministro de Industria, Miguel Sebastián.
La CMT mantiene posiciones más próximas a la defensa de la neutralidad de la red y ha asegurar una competencia abierta. Por el momento, la Comisión rechaza el cambio en la neutralidad de la red, como ha explicado su presidente, Reinaldo Rodríguez.
La comisaria europea de Sociedad de la Información y de la agenda digital, Neelie Kroes, dejó abierta la discusión sobre la neutralidad de la red, en su última intervención.
Kroes fijó cuatro principios: libertad de expresión, transparencia, inversión en redes abiertas, competencia y apoyo a la innovación, además de anunciar una consulta para discutir la neutralidad de la red, un concepto aceptado hasta ahora pero no garantizado en las leyes europeas.
El documento sobre el que los ministros europeos trabajarán en Granada pone el acento en garantizar el acceso de los usuarios "para acceder y distribuir la información o utilizar las aplicaciones y los servicios de su elección”, la transparencia en los servicios contratados y a qué permiten acceder, con "las eventuales limitaciones que puedan tener los servicios ofertados para acceder a determinados contenidos y aplicaciones", y la necesidad de fijar "requisitos mínimos de calidad" para evitar la obstaculización o rentabilización del tráfico en las redes.
La postura de la presidencia española se inclina por la discriminación limitada con diferentes grados de servicio. Una tesis defendida por las telefónicas y por varias consultoras internacionales.
El resultado podría ser el fin de las tarifas planas tal como la conocemos y la creación de una internet en parcelas donde las operadoras podrían fijar por contrato a qué servicios y aplicaciones pueden acceder los usuarios.
El camino abierto para una discriminación positiva de la red: el abonado paga por mejores servicios y las empresas de internet para mejorar su oferta.
Un sistema muy similar al de la banda ancha móvil, donde no se aplica el principio de neutralidad de la red y los servicios y aplicaciones se acuerdan entre las operadoras y los proveedores de móviles, sistemas operativos y aplicaciones.
De la decisión de los ministros en Granada dependerá en gran parte cómo será internet y la sociedad de la información en los próximos tiempos en Europa.
Su propuesta final depende en gran parte de la estimación de la inversión y el despliegue necesario para las redes de nueva generación, imprescindibles para el futuro digital.