El 26% de los accesos a Wired por móvil se hacen ya desde iPad. Un 0,9% del tráfico total. Los usuarios de iPhone son los más inclinados a sustituir la pantalla pequeña por una mayor para disfrutar de las ventajas visuales de la navegación.
Los primeros datos tampoco son suficientes para comprobar si iPad suma nuevos usuarios. Por ahora parece que no. Primero porque sus compradores son early adopters y su perfil coincide en gran parte con los que ya son lectores de la revista de tecnología.
Habrá que esperar para ver cómo evoluciona el acceso a través del navegador o de las aplicaciones, donde el control de Apple sobre el negocio y sobre los contenidos, como en el caso del rechazo del dibujante y premio Pulitzer Mark Fiore por la prohibición de Apple de prohibir contenidos que "ridiculicen a figuras públicas" hace temer una discrecionalidad con amenazas para la información y la libertad de expresión.
¿Debería Apple garantizar la libertad de contenidos como se pide a las telefónicas que respeten la neutralidad de la red?
Son los problemas de someterse a las condiciones contractuales de una plataforma propietaria.
Como ha ocurrido con iPhone, veremos más conflictos de contenidos en el futuro. Posiblemente los medios profesionales piensen que no les afectan estas condiciones de la compañía de Steve Jobs, pero la historia ha dejado muchos ejemplos de censura e intervencionismo sobre los contenidos desde el control de la distribución.
Para los nuevos medios y para otras iniciativas no pertenecientes al mainstream, la corriente general de contenidos, ideas y propuestas, el canal puede estar cerrado. Un problema si el modelo de acceso a través de aplicaciones se consolida y exporta a otras plataformas, como empieza a ocurrir.
El modelo de distribución de las aplicaciones de Apple es muy similar al que las telefónicas quieren imponer en Europa, tanto para las redes móviles como para las redes de nueva generación de banda ancha: mejor servicio y acceso preferente a contenidos a cambio de una parte del negocio y el control.
¿Es esa la plataforma de distribución digital que necesita una sociedad abierta? Confortable para los consumidores, inquietante para los ciudadanos.