Que el gobierno tiene problemas de comunicación y de contacto con la ciudadanía no es novedad. Lo curioso es que los intentos de solución consiguen a menudo lo contrario. La última muestra es la nueva página web del Ministerio de Presidencia, presentada hoy, y especialmente el vídeo Conozca el Ministerio, un ejemplo de incomunicación audiovisual y de cómo conseguir que los ciudadanos se pregunten justo lo contrario de su objetivo: ¿Hace falta un Ministerio de Presidencia?
A lo largo de 7m 51s (¡en internet!!) la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y los altos cargos del departamento intentan contar qué hacen con un texto espeso, difícil de locutar incluso para un profesional, y de baja inteligibilidad.
Repleto de terribles tópicos como dar soporte, canalizar, modernizar y un montaje con pretensión de cercanía donde lo envarado de la presentación hará desistir al más intensivo de los consumidores de vídeo online.
El resto de la web mejora la vieja web anterior, pero su estructura, usabilidad y contenidos están muy lejos de ser un ejemplo de accesibilidad a los datos públicos, a los contenidos y documentos importantes para su uso.
De integración con las redes sociales y las nuevas formas de acceso de los ciudadanos a la información, sin rastro.
Una web más orientada a la propaganda de los actos e intervenciones de la vicepresidenta que a la usabilidad. Peca, como tantas páginas oficiales, de obligar a muchas páginas vistas y muchos clics para poder llegar al contenido útil.
La promesa de cercanía, agilidad y eficacia al servicio de los ciudadanos, vicepresidenta, no se encontrará en esta web. Y sobre el uso de las nuevas tecnologías, la página está bien lejos de un gobierno abierto y sigue confundiendo la información pública con los boletines oficiales, las notas de prensa y la propaganda.
De contacto directo con el ciudadano, lenguaje y formatos adecuados para la consulta rápida y eficaz, nada.
Por cierto, vice, seguimos esperando la prometida ley de acceso a la información pública, imprescindible para un egobierno realmente abierto a los ciudadanos.