¡Basta ya de hipocresía!
Reporteros sin Fronteras alza la voz contra esos defensores de la libertad de expresión y de prensa tan valientes con los países menores, tan aficionados a las grandes declaraciones, tan llenos de grandes palabras, con tantas resoluciones como bastiones de la ignominia y las conciencias lavadas.
Bienvenidos a la era de la democracia cobarde. La que se arruga con las grandes empresas, con los estados poderosos aunque sus ciudadanos sean miserables, la que se muere de su propio miedo y levanta vallas y cadenas para protegerse a sí misma enarbolando la causa de los ciudadanos.
La democracia de la corrección política y las promesas populistas.
Somos esclavos del miedo de todos los días y los políticos se regodean en ese bálsamo social para sostener el poder. Los ciudadanos, adormecidos en el consumismo y los bálsamos emocionales de la sociedad del entretenimiento, encantados.
Pero perdemos libertad de expresión e información, como ya avisó RSF más veces.
"Resulta muy preocupante la falta de determinación de los Estados democráticos para defender los valores que se supone que tendrían que encarnar", dice RSF.
En España 2007 fue un año en el que ETA siguió siendo el gran depredador de la libertad de información y de los periodistas.
Pero la estrella represiva fue la persecución de las críticas a la Monarquía, tanto al Rey Juan Carlos como a los Príncipes de Asturias por las caricaturas de El Jueves.
El nacionalismo y el control político de los medios, especialmente los audiovisuales, continúa. RSF recuerda la depuración de Cristina Peri Rossi en TV3 o la pelea entre las emisoras catalanas y el gobierno de la Comunidad Valenciana.
No citan a Telemadrid y su ferviente apoyo a las teorías de la conspiración del 11-M, pero podrían. Y también incluir a casi todas las radios y televisiones públicas de este telestado autonómico.
Para rematar, las críticas del fallecido a Jesús Polanco y la identificación política de los medios provocaron una airada reacción del PP con boicot incluido.
Varios periodistas han sido también condenados en el proceso 11/98, el llamado caso Ekin, en ese magma con el que el terrorismo sepulta a la sociedad y donde la propia justicia corre el peligro de levantar su venda para mirar con la vista del prejuicio.
Perdemos libertad.
La perdemos con el canon digital. Con la ampliación de las medidas de control digital de la información y las comunicaciones, también denunciadas por RSF el día que EEUU amplía la impunidad y poderes de los espías.
Cuando Gran Bretaña sigue a Francia en la amenaza sobre las descargas en internet.
La organización periodística denuncia también el peligro para el secreto de las fuentes en Europa y cómo las acusaciones directas y fundadas no están bien vistas en la política y la diplomacia amables con el poder.
Por todo eso es necesario resistir las normas y los códigos abusivos. Las redes de la autocensura y el poder blando de la falta de coraje para denunciar lo que debe ser denunciado.
O el año que viene será peor.