Microsoft anuncia cambios estratégicos para asegurar conexiones abiertas e interoperabilidad con otros programas, además de convertirse a los estándares de la industria tecnológica.
El anuncio de Microsoft llega cuando la realidad se impone, el mercado le obliga, aumenta la importancia de las aplicaciones en internet (el coco Google), del software libre y cuando las autoridades de la competencia, especialmente la Comisión Europea, no están dispuestas a dejar a la compañía de Bill Gates mantener su posición de dominio y su falta de interoperabilidad con otras plataformas y programas.
La Comisión Europea ya ha anunciado que toma nota, pero no paraliza sus dos investigaciones hasta la verificación de las verdaderas intenciones de Microsoft.
Es el fin de una era. El último gran paso de Bill Gates, que dejará sus funciones ejecutivas este año para dedicarse a la filantropía como estandarte de lo que Slavoj Zizek ha llamado comunistas liberales.
El paso de la empresa de Gates sigue algunos de los mandamientos obligatorios para los negocios de estos hombres de Porto Davos.
¿Y para dar qué mejor que empezar con la mayor riqueza de uno!
Pero como dicen la Comisión Europea y Zizek, no hay que fiarse.
La era del monopolio de Microsoft muere. Y ante la evidencia sólo resta enderezar el rumbo.
El gran cerebro -sistema operativo y programas- de la mayoría de los PC quiere mantener su privilegiada posición a través de adquisiciones (Yahoo) y abriéndose a la colaboración.
Hubo un tiempo, de Ford a IBM, cuando una compañía podía dominar verticalmente todo el mercado. Pero cada vez es menos posible en un mundo y un mercado más abiertos.
La nueva convergencia digital demanda un control 2.0: tecnología, publicidad y contenidos. En red y para movilidad.
Ya lo avanzaba la empresa de Virginia a la propia Comisión Europea en sus alegaciones contra la compra de DoubleClick por Google.
Microsoft sabe que el futuro de su mercado ha cambiado. La era del PC acaba y llega el tiempo de la movilidad y la conexión permanente. En la era de la sociedad móvil en red todo está en internet.
El software se convierte en un servicio más. Y para enfrentar esa nueva era el gran monopolista debe cambiar.
El anuncio se conoce cuando Google deja ver su nuevo sistema de publicidad contextual para vídeo, Ad Sense audiovisual, y un par de días después de que Gates ofreciera gratis un paquete de sus programas a los estudiantes. Criar futuros clientes y adornar el marketing con filantropía. Una auténtica estrategia de comunista liberal.
Microsoft publicará documentación de sus productos y sus APIs para permitir a los desarrolladores crear programas compatibles con los suyos: conexiones abiertas para sus productos. Abrirá el código de Office 2007 para permitir a los documentos de Word, Excel o PowerPoint (además de SQL y sus servicios de internet) entenderse con otros estándares a través de extensiones y formatos, añadiendo importaciones y exportaciones de y a esos programas. Permitirá compartir datos entre diferentes plataformas y lanza un área para entenderse con la comunidad de software libre (Open Source Interoperatibility Initiative).
Y la empresa se compromete a no demandar, bajo ciertas condiciones, a los desarrolladores de código abierto por la distribución no comercial de sus programas y extensiones.
Para los desarrollos comerciales promete trato justo.
Microsoft corría el peligro de quedarse cada vez más solo.
El gigante monopolista en su otoño. Abandonado por muchos, cada vez más convencidos de que los estándares abiertos y la colaboración aumentan la innovación, la eficiencia y el negocio.
La conversión de Google de gran buscador a proveedor universal de software en internet, para ejecutar en la propia web o en aplicaciones de escritorio. El crecimiento de Linux y el desarrollo de los servicios y el software en internet son una amenaza para la vieja estrategia de Microsoft.
La empresa, acosada por la innovación y la tecnología, por las autoridades antimonopolio, por la industria, los desarrolladores y sus clientes, no tiene más remedio que dar un paso adelante.
Su conversión al mundo abierto no es total. Microsoft no dejará de ser el gran dueño del software para convertirse en un gran proveedor de servicios, pero abre sus puertas a la realidad.
Sólo un cambio de estrategia como el anunciado o el ya intentado con la compra de Yahoo puede defender a Microsoft de los sitiadores.
Un paso para el futuro tecnológico, de mercado y legal al mismo tiempo.
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