En el PP están encantados. Sus responsables creen que Rajoy está logrando hablar de los temas más preocupantes para los españoles y evitar que Zapatero los desvíe de la agenda.
El PSOE no reacciona. Y aunque algunos sospechen de que la encuesta del CIS está cocinada para movilizar al votante socialista, los agujeros de la campaña y la coincidencia de las últimas encuestas asusta.
Suspenso para la campaña socialista. Especialmente en las dos últimas semanas. El PP apunta donde puede hacer daño al PSOE y pescar tanto votantes indecisos como a los más volátiles.
El 28% de los encuestados valoran el gobierno de Zapatero como bueno o muy bueno, 27,8% en octubre de 2007, mientras sólo el 19,1% piensan lo mismo de la oposición del PP frente al 13,3% del pasado octubre. Una subida de casi seis puntos.
Crece la valoración sobre la oposición del Partido Popular y además Rajoy ha conseguido centrar la campaña en sus temas bandera.
Vivienda, inmigración, terrorismo y economía son las áreas donde los ciudadanos son más críticos con el gobierno de Zapatero.
Menos vivienda, son los temas donde se declara mayor confianza en el mando de Rajoy.
El 30% de los votantes siguen indecisos y el 38% duda a quién votar. La participación se estima en poco más de un 70%. Si el PSOE no consigue movilizar a los votantes y recupera iniciativa en algunos temas, su victoria corre peligro.
Por eso iniciativas como Proyecto 80% (cifra mágica para los socialistas) o las plataformas de apoyo al presidente del gobierno son más relevantes.
Y, por supuesto, el debate en televisión. El cara a cara entre los dos candidatos es más importante que nunca. Cada uno de ellos marcará cada semana de campaña. Zapatero espera volver a convencer con su talante y Rajoy quiere presentar una cara más amable sin perder el aplomo de hombre con autoridad.
Y tampoco hay que despreciar la innovación de los nuevos anuncios de campaña en la televisión pública. Los spots de 30 segundos son perfectos para la embestida y la publicidad negativa. De razones, poco.
Pero sobre todo el PP intenta seguir arrebatando temas a los socialistas y sumir en la duda a los votantes indecisos y a la izquierda moderada.
El PSOE pierde discurso y el PP lo gana. El primero flojea con iniciativas poco pensadas y los segundos asustan con tanta catátrofe.
Zapatero juega a la esperanza, como Obama. Pero hay mucho desesperanzado y el miedo siempre abre grietas por donde mete la cuña Rajoy.
La solución estará en la participación y en esos escaños disputados por pocos votos en algunas circunscripciones, donde los dos grandes partidos se van a emplear.
Y, por primera vez, la política de internet y en internet importa. Tanto por la fisura del canon digital como por la capacidad de atracción y resonancia de la videocracia: la televisión y el vídeo en internet, contagioso para los medios digitales, mandan en esta campaña.
