El presidente José Luis Rodríguez Zapatero no deja de sorprendernos. Ayer en una entrevista televisiva justificó el canon digital como "una señal de patriotismo" por defender la cultura. Una parte de ella, por cierto.
Quienes se oponen al canon no son patriotas. Puede. Pero maldita la falta que hace ser patriota cuando los impuestos los recaudan entidades privadas de gestión de derechos de unos pocos.
Zapatero vuelve a identificar al PSOE con una cierta cultura y desprecia a otras. El maridaje entre ciertos artistas y el Partido Socialista espanta. Petrifica la posibilidad de un cambio cultural necesario cuando la sociedad y la tecnología avanzan más que el negocio de algunos.
Pero Zapatero es agradecido.
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