Al ingeniero informático Fouad Mourtada lo han condenado a tres años de cárcel en Marruecos por crear un perfil falso del rey Mohamed VI en Facebook.
Y muy pocos se preocupan por él.
Sólo su familia, encabezada por su hermana Amina Mourtada, que ha crado una web de apoyo, Help Fouad; organizaciones por la libertad como Reporteros sin Fronteras y los blogueros marroquíes.
Internet de nuevo controlada. No extraña de la compañía de telecomunicaciones de Marruecos, pero Facebook tampoco ha levantado ni una sola voz en defensa de su usuario.
Otra vez las sospechas sobre la revelación de los datos de identidad de las grandes empresas de internet y su colaboración con los regímenes represivos. Las compañías siguen al negocio y las redes sociales sólo lo son para quienes participan, no para los dueños del negocio.
La familia de Mourtada pide ayuda. En la web y en Facebook, donde Fouad cometió su horroroso crimen de una suplantación de identidad que ha disparado la represión marroquí, celosa de la figura del rey.
No es de extrañar. Cuando se puede usurpar la condición real el mito de la realeza se cae.
El sábado 1 de marzo se celebrarán concentraciones en París, Montreal, Londres, Bruselas, Washington, Amsterdan y Madrid para pedir la libertad de Fouad y clemencia al rey Mohamed VI.
Nadie ha confirmado todavía su presencia en la de Madrid. Fouad puede estar solo.