A Nicola Lococo no le arredra la amenaza judicial. El autor de Las tribulaciones del oso Yogi, artículo crítico con las supuestas cacerías de nuestro rey Juan Carlos I, se despacha a riesgo de desacato contra la querella por injurias graves presentada por la fiscalía de la Audiencia Nacional.
Lo republicano no está bien visto en España. Puestos a crear una democracia, la existencia de un rey antes príncipe sumiso al dictador -continuidad dinástica obligaba- dejó contentos a muchos.
A unos por la salvación de la herencia en una transición moderada, a otros por la restauración (saltito sobre la II República) y a bastantes por el efecto sedante en las masas de una de las pocas instituciones útiles por igual para la mitología popular y la iconografía cuché.
Por la democracia y el Hola, ¡viva don Juan Carlos!
Pero hay quien no está de acuerdo y está en su derecho. Como dice Lococo, el Rey está para estos tragos y para aguantar. Que mientras se meten con la realeza están a salvo de críticas poderes más inmediatos y efectivos.
P21 | Tenemos derecho a reírnos del Rey