Manuel Fraga no pierde las buenas costumbres. Siempre le gustó leer la prensa, y recortarla. Así que cuando se reunió ayer con el líder del PP, Mariano Rajoy, en el cónclave gallego de Ribadumia (Pontevedra), le atizó una carpeta de recortes de prensa.
Objetivo: sacarle de la cabeza al que una vez fue vicepresidente de la Xunta que la sucesión va a ser tranquila. Por candidatos que no sea.
Rajoy va lanzado a por Zapatero (Rodríguez, le llamó en la ciudad gallega) y lo que peor le viene es un lío sucesorio en Galicia, tantos años feudo del PP bajo la égida del timonel Fraga.
Pero la realidad es tozuda, como los recortes de prensa.
Rajoy cogió la carpeta y se la entregó sin abrir a una colaboradora. Menos mensajeros, pensaría el presidente popular.