"El fútbol es sagrado", dice el negro Fontanarrosa, uno de los más locos aficionados al deporte de la pelota, viñetero y autor de culto en Argentina. "Si hubiera que ponerle la música de fondo a mi vida, sería la transmisión de los partidos de fútbol", dice. ¿Y cuántos más se apuntarían?
Así es el fútbol y casi todo el deporte. O te gusta, o no. O disfrutas viendo gente correr tras una pelota, la toquen con las manos o con los pies, y te recorre un escalofrío cuando un ciclista demarra o tu sillón no sufre las agresiones que sólo un forofo sabe propinar ante una televisión y un gol en contra o una carrera perdida.
Cómo puede ser entonces que el periodismo deportivo fracase. ¿Fracaso? Los diarios deportivos son los más vendidos. Las secciones de deportes son las más leídas hasta en los más carrasposos de los periódicos. La radio casi no existiría sin deporte. Arrasa el fútbol en la tele y las retransmisiones deportivas son una apuesta segura para los programadores.
Pero es más: ¿usted necesita a alguien para hacer una prueba, innovación o cambio en una redacción? Hable con los de deportes y aléjese de los de política.
Y a pesar de todo el periodismo deportivo no encandila. Muchos aficionados, y entre ellos los más exigentes, se quejan de su endeblez, de su baja calidad, de la existencia de pocas firmas y voces con las que valga la pena detenerse.
Hay muchos periodistas deportivos muy conocidos, pero pocos son valorados por su calidad y se alude más a sus filias y fobias, a su simpatía o a cuándo le partimos las piernas, por el dinero que ganan o lo muy de mano que tienen a un presidente de un equipo o de una federación.
En pocos temas se emplean tantas páginas y minutos. En pocos temas los directores y editores dejan tanta mano ancha y, sin embargo, la queja sobre la falta de originalidad, los tópicos, las fórmulas manidas, la verborrea... tienen tanta fuerza.
En ningún otro asunto la audiencia es tan permisiva (más, exigente) con la parcialidad y el sesgo.
Y, a pesar de todo, busque en los manuales de periodismo y encontrará muy pocas líneas dedicadas al periodismo deportivo. Busque en las colecciones de lo mejor del periodismo y ocurrirá otro tanto.
Pero en el periodismo deportivo hay grandes profesionales y los ha habido siempre. ¿Por qué no hay más? ¿Por qué esa sensación de quedarnos a medias con lo que tanto nos gusta?
Algunas ideas para la discusión:
>> Juntos hasta el fin: la parcialidad no debe llegar al exceso. Una cosa es la implicación emocional con el lector y el equipo o la estrella y otra no ver ni contar lo que ocurre.
>> Te amo, presidente: adorar y sobarle el lomo a los gerifaltes es la mejor forma de conseguir prebendas, pero no la de hacer las mejores crónicas.
>> Para bestias: ni el deporte es para bestias y descerebrados ni es bueno encerrarse sólo en él y despreciar el resto. La minusvaloración entre el periodismo deportivo y otros no conduce a nada. Falta realimentación e innovación.
>> Si tantos lo dicen, bien estará: los tópicos en el lenguaje, las figuras, los enfoques. Salir de ellos es imprescindible.
>> Yo, sólo fútbol. Sí, sí, pero hay más cosas en la vida, y tanto, ahoga.
>> Las estrellas, en la cancha: los deportistas son los protagonistas. Algún periodista puede ser un personaje, pero que lo sean tantos sólo traen trivialización y convierte en cotilleo la información.
>> El negocio es el negocio: el deporte, y especialmente los más seguidos, son un universo de dinero donde todo está dominado por el marketing, la comunicación, los asesores, promotores, mediadores, agentes, oficinas de prensa, etc. Con tanta declaración el deporte ni se ve. La ronda de futbolistas haciendo declaraciones es una de las imágenes más penosas y reiterativas del mundo moderno.
>> Para esto no hace falta saber: si todos lo ven, todos pueden informar. ¡Trágico!
>> Opine, que algo queda: posiblemente en el periodismo deportivo es donde son más borrosas las fronteras entre información y opinión. Pero la licencia debe tener su porqué.
>> Somos distintos, esto es la sección de deportes. Y no. Miren que la regla es que donde más interesados hay deben servirles los mejores. La subvaloración del periodista deportivo lleva al deterioro de la calidad informativa.
Hay muchas más. Si te animas, anótalas en los comentarios.
Y sigue el debate con nuevos argumentos: El fracaso del periodismo deportivo (2)
Una visión crítica de Guillermo López
La subvaloración del periodista deportivo
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