Este otoño se discute el anteproyecto de Ley de Montes que eleva a 30 años la prohibición de cambiar el uso del suelo quemado y amplía las penas a los pirómanos.
Quemar el monte ya no será tan rentable y poco arriesgado.
Además de la descoordinación de las administraciones, la falta o no de medios, las negligencias, el calamitoso abandono de las masas forestales y la sequía, algunos apuran la última oportunidad o se enriquecen en las cenizas.
P21 | Arde Galicia