Público.es se rediseña. Ya era hora. Hacía mucha, mucha falta. Y todavía necesita crecer y cambiar, más que rediseñarse, el penúltimo diario nacido en España antes de Xornal.
Público.es continúa siendo un diario digital muy convencional. Y no explota todo lo que podría la interacción entre internet y papel que el último y editorialmente más joven de los diarios nacionales podría tener.
Nació con intención de apuntar al público joven y a la izquierda de El País. Para ello contrató como director a un bloguero como Ignacio Escolar, pero el desarrollo digital del diario se retrasó por la necesidad de impulsar el periódico papel. Desde mi punto de vista es un error. Público -del que soy columnista- ha perdido la oportunidad de construir la primera redacción de España nacida en la integración y la convergencia.
Podrían haber desarrollado una dinámica diferente y de mayor convergencia multimedia que aprovechase la orientación del diario, su marketing y el atractivo de una redacción más joven que la de sus competidores.
Pero el peso del papel ha retrasado el proyecto.
Desde el inicio pesó también en exceso la orientación 20 Minutos, una estructura web heredada del modelo Schibsted apropiada para una gran apuesta por la actualización, pero menos adecuada para la construcción de comunidades unidas alrededor de propuestas políticas y de opinión (los rasgos más definitorio de Público) y de intereses especializados y segmentados, la fortaleza de sus secciones de Ciencias y Cultura.
A pesar de ello el diario presentará en febrero sus mejores resultados de difusión (cerca de los 80.000 ejemplares) y de tráfico, con 1,41 millones de usuarios únicos.
Lo hará con un nuevo director, Félix Monteira, muy alejado de la generación blog de Nacho Escolar y algunos de sus profesionales.
Monteira es un periodista clásico muy alejado del entorno digital. Ahora le toca al equipo liderado por Darío Pescador y Nacho Rojo impulsar los cambios en la edición digital.
Hoy estrena nuevo diseño. Más compacto y denso informativamente. Con la tipografía más ajustada para ahorrar espacio y una redimensión de las imágentes, tanto fotografías como vídeo en pos de esa optimización.
Mejora la navegación y ordena la home en tres columnas verticales para eliminar las rupturas horizontales del modelo Schibsted, que nunca tuvieron una aplicación clara en Público.es.
Además crece la presencia de la sección de Opinión y los falsos blogs en los que se han convertido las columnas.
En la imagen general y las funcionalidades, pocos cambios. A Público.es todavía le falta una definición de qué quiere ser, como medio digital y para el futuro de la cabecera. Pero esa decisión está en las manos de otros.