Friday, March 13, 2009

El periodista como red social (II)

El periodista como red social confirma su futuro. Al principio del Congreso de Periodismo Digital de Huesca lance una propuesta sobre otro modelo de periodista y de interacción con la redacción basado en la oportunidad de los profesionales de extender su capacidad de trabajo y sus relaciones con las fuentes y el público a través de las redes sociales y la tecnología digital.
Las sesiones en las que han participado periodistas como David Beriain, Paco Nadal, José Andrés Rojo o Miguel Ángel Muñoz lo confirman.
Entre todos, distintos, dedicados a diferente información, temas y estilos, unos multimedia y otros, no, sólo hay una coincidencia: han conseguido crear una marca propia con una proyección en internet gracias un tratamiento diferente de los contenidos y una relación más directa con su público.
Son ya periodistas con red social propia.
Por eso es lógico que responsables de medios como Mario Tascón o Gumersindo Lafuente consideren que es difícil ya pensar en profesionales que no se acerquen al oficio con una concepción de la información más autónoma, distribuida por diferentes canales y con mayor independencia del medio de lo que era tradicional.
Sólo así es posible llegar a las redacciones eficientes y de menor tamaño de los medios digitales y de los medios futuros.
El periodista debe ser capaz de construir su propia red social. Lo ha hecho siempre, pero ahora se multiplica la capacidad de gestionarla, ampliarla y de distribuir, publicar y rentabilizar la información en otros soportes y medios. Pero también con viralidad y sumando la interacción en esferas con cada nivel de su red como un proceso de información en capas.
Es habitual ya en muchos profesionales que trabajan dentro y fuera de los medios. Mantienen blogs, twitean, crean grupos en redes sociales o forman nuevas redes sociales. Y es habitual en muchos ciudadanos de otras procedencias e intereses.
El periodista puede recuperar el control y el valor de su trabajo o seguir pensando que sólo en cobijo de la redacción es adecuado. Pero no será suficiente.