Monday, March 25, 2013

Cinismo contra las descargas

De la ley Sinde a la ley Lassalle contra las descargas y continúa la ceguera. Acabar con las descargas es imposible. Controlar los enlaces de internet también, además del peligro de la censura. Un canon digital pagado con dinero público es un escarnio cuando se limita la copia privada. Igual con el uso de textos educativos cuando la mayoría los pagamos apriori con sueldos y ayudas públicas a docentes e investigadores. El gobierno se ufana de proteger los derechos de autor, pero olvida aumentar el negocio, animar la cultura y proteger a los consumidores.

El Ministerio de Cultura alude en su anteproyecto al impacto digital sobre el entretenimiento y la cultura para proteger “los derechos de propiedad intelectual”. Ese no es el problema. La clave es ofrecer más contenidos en todas las plataformas y dispositivos, a mejor precio y cuando desean los consumidores. Reducir barreras comerciales y animar un mercado más abierto. Sin monopolio de las grandes productoras y distribuidoras de música o cine o de las editoriales dominantes. Sufrimos el absurdo de no poder vender o alquilar, pagando derechos, lo ya visto gratis en televisión.

La propuesta avanza en perseguir el dinero, no a la gente. Pero en lugar de bloquear la publicidad en las webs de descargas debería cobrar por ellas. Internet no dinamita los derechos de autor sino la distribución por ventanas (tiempo y canal) y precios controlados por la gran industria. Cuando una copia está disponible debería poderse distribuir, alquilar o vender libremente por cualquier canal remunerando con precio de mercado, no como ahora fijado oligopólicamente, a sus propietarios. La llamada doctrina de la primera venta y la flexibilización del mercado que se busca en la Unión Europea. Aumentaría la oferta legal, rebajaría precios y fomentaría el consumo. Es el objetivo de gigantes como Amazon, Google, YouTube o Netflix.

No seamos tan tercos con ciertos derechos y ganemos con un negocio más abierto y justo para todos antes que nuevos dueños sustituyan a viejos monopolios.

Columna en los diarios de Vocento

Saturday, March 23, 2013

El gobierno presiona a las televisiones



La televisión necesita otra carta de ajuste. La TDT revienta por el permanente intervencionismo político y un modelo audiovisual insostenible. El presidente de RTVE alerta de la insostenibilidad de la televisión pública sin publicidad y el gobierno de Rajoy ha provocado un terremoto al anunciar que las grandes televisiones tendrán que devolver canales que el ejecutivo de Zapatero les regaló en 2010 sin concurso público. Desde el inicio de la nueva era audiovisual con la creación de las nuevas cadenas y el despliegue de la TDT la televisión no ha parado de dar vueltas.

Las televisiones se sienten traicionadas por el ejecutivo. Los rumores sobre la vuelta de la publicidad a RTVE son constantes mientras la privatización de las autonómicas encuentra más problemas de los previstos por el PP. TVE quiere más dinero para frenar su déficit de 113 millones de euros en 2012 mientras cadenas y operadoras de telecomunicaciones con oferta audiovisual inventan argucias para pagar menos tasas a la televisión pública.

El ministro José Manuel Soria y los técnicos de Industria intentaron el verano pasado aprovechar la obligación de liberar y reubicar frecuencias del dividendo digital para reducir canales tanto de las cadenas comerciales como las públicas. Las tensas negociaciones acabaron con un acuerdo para comprimir las frecuencias y no reducir una oferta en la que se han invertido muchos recursos.

España es el cuarto país europeo con más canales nacionales en abierto (datos y gráfico del Observatorio Audiovisual Europeo), a los que hay que sumar autonómicos y locales. Pero es uno de los más restringidos en televisión de pago y contenidos premium. Ningún gran país europeo ha sufrido estos años una erosión tan grande en el mercado, con la desaparición de la mitad de la publicidad, ni tiene tan concentrado el negocio de la televisión en dos grandes grupos, Mediaset y Antena 3, que dominan el mercado con una facturación que supone la mitad del negocio publicitario total.


La sentencia del Supremo y la decisión del gobierno afecta a los cinco primeros grupos de comunicación del país, como se ve en el gráfico. A Mediaset (2 canales) y a Prisa como accionista, a Planeta con tres canales de la nueva Atresmedia, y a Vocento y Unidad Editorial, con sus canales de TDT alquilados.

La aplicación “estricta”, como dijo la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, de una sentencia del Supremo sobre los nueve canales mal adjudicados rebajaría el duopolio de Mediaset y Antena 3, y dejaría a concesionarios como Net TV (Vocento) y Veo TV (Unidad Editorial) con dos canales frente a los cuatro actuales. Los defensores de la medida reclaman canales para nuevos operadores o una reducción de la oferta para potenciar la nueva televisión por internet. Las cadenas denuncian inseguridad jurídica y un chantaje a las televisiones en la crispación de los escándalos de corrupción, con el caso Bárcenas, las protestas contra las políticas del PP y el gobierno llenando páginas y minutos de telediario.

Por eso no sorprende que El Mundo titule su editorial El gobierno machaca a los medios para quejarse de un estrangulamiento económico en el que no falta presión política e informativa. Los grandes grupos ya negocian a toda prisa con el ejecutivo de Rajoy. Tienen menos de un año para llegar a un acuerdo. Habrá que vigilar portadas y escaletas de telediarios para observar cómo afecta una medida económica a la independencia y el rigor de la información, víctimas a menudo también de la concentración.

Sobra intervencionismo político, falta plan y se echa de menos una autoridad audiovisual independiente -esa a la que permanentemente se oponen las televisiones- para diseñar una televisión en plena revolución digital y para garantizar a los ciudadanos y la democracia la independencia de los grandes grupos y medios de comunicación.

Friday, March 22, 2013

De la ley Sinde a una mala ley Lassalle

El gobierno Rajoy aprueba la ley Lassalle, el anteproyecto de reforma de la Ley de Propiedad intelectual que sustituye a la contestada y criticada ley Sinde. Mejora algunos aspectos y otros los empeora, pero sobre todo pierde una oportunidad para repensar la propiedad intelectual y los derechos de autor en la era digital y con más consenso de todos. La enorme contestación de casi todos los sectores augura una ley frágil y caduca antes de nacer porque no recoge algunos elementos clave para el negocio y el consumo digital.

Según el texto conocido hasta ahora, la propuesta empeora algunos derechos como la copia privada (ahora sólo temporal y más restrictiva) y sanciona un canon digital que pagan todos los ciudadanos, más injusto que el anterior.
Además reduce el derecho de cita en la educación al excluir a los libros de texto y obliga a las universidades a pagar un canon por los materiales de la enseñanza que amplía los actuales.

Entre las mejoras está el mayor control y supervisión de las sociedades de gestión de derechos de autor, obligadas a mayor transparencia en su actividad, para evitar escándalos como el de la SGAE.
La supervisión de las tarifas y licencias de derechos de autor trata de evitar el abuso actual de las gestoras, pero no plantea un mercado dinámico, abierto y transparente. La regulación de tarifas no garantiza una oferta más adecuada si no se hace por un organismo autónomo y con criterios de mercado y promoción de nuevos negocios. Una supervisión para la que sería necesario una autoridad de la competencia independiente, como la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones o el fenecido Consejo Audiovisual (CEMA), no un organismo dependiente del Ministerio de Educación y Cultura.

La ley Lassalle mejora la persecución contra las webs de descargas no autorizadas y permite perseguir los enlaces aunque los contenidos estén alojados por otras páginas y servidores cuando hay elementos objetivos de que se dedican a difundir y comercializar contenidos protegidos y cuya difusión no está autorizada.
Entre las novedades destacan las herramientas para cortar el negocio de las descargas. La intención es perseguir el dinero, no a la gente, bloqueando la publicidad y los pagos. Para que esa medida sea efectiva debería adoptarse una interpretación liberal de la doctrina de first sale o primera venta (como la que acaba de efectuar el Tribunal Supremo de Estados Unidos).
De esa forma se diferenciarían las copias no autorizadas de las licencias de uso y permitirá cobrar una licencia universal para todas las copias. Un mercado secundario para las descargas no autorizadas que permita cobrar a quienes las distribuyan con el fin de recuperar ingresos para los autores y acercar el mercado irregular al comercial.
Mejor cobrar derechos de las descargas que seguir persiguiendo lo imparable y enredándose en procesos administrativos y judiciales que no impulsan la creación de un mercado legal más atractivo ni cambian los hábitos de muchos internautas.
La intención de bloquear la publicidad en las webs de descargas es bastante inútil tal como funciona el mercado de la publicidad digital, con muchos mayoristas, contratación indirecta y automatizada (el que más crece), sin relación directa entre anunciantes y soportes, como explica Julio Alonso.

Los buscadores, la cita y los enlaces privados o sin ánimo de distribución masiva o intencionada de descargas no autorizadas quedan fuera de la persecución de la Comisión de la Propiedad Intelectual. A pesar de las excepciones, el problema es de garantías.
La Sección Segunda de la Comisión de la Propiedad Intelectual sustituye la garantía de los jueces por un procedimiento administrativo. Los integrantes de la comisión pertenecen a cuatro ministerios (Educación y Cultura, Economía, Industria y Presidencia), sin representantes de los consumidores ni del sector, pero sin constituirse como una autoridad independiente, como menciono arriba.
Las garantías, los derechos y la interpretación de una ley con muchas lagunas queda en manos del poder ejecutivo. Un nuevo error y una erosión de derechos cuando se puede recabar información de las operadoras de telecomunicaciones sobre las webs y páginas denunciadas, y cuando los procedimientos de sanción y defensa no son claros y garantistas.

La reforma de la propiedad intelectual aún tiene recorrido en el Congreso, pero no hay muchas esperanzas de mejora sustancial cuando se analizan las posiciones pasadas de los grupos políticos. Como en tantos otros temas, la realidad, la audiencia y la evolución del negocio va mucho más rápido que las leyes.

El impacto del pago digital en audiencia y negocio


Las últimas cifras de los diarios británicos (audiencia mensual en el gráfico) muestran el impacto en la audiencia de los modelos de pago como el de Financial Times o The Times. Mientras sus principales competidores, como The Guardian o The Daily Telegraph, duplican su audiencia con los usuarios digitales, el diario de Murdoch sólo crece un 7% en audiencia mensual y el periódico económico aumenta un 45,9%, según los datos del National Readership Survey. Pero ambos diarios, al igual que los populares The Sun y Daily Mirror, con una menor presencia en la web, parecen estar defendiendo mejor su audiencia en papel y, por tanto, la parte más importante del negocio, tanto en publicidad como en circulación (venta de ejemplares).
Si estas cifras se consolidan podrían respaldar por una parte la oportunidad del modelo de pago para algunas cabeceras, pero también lanzan una señal clara: sin creación de nueva audiencia merman las posibilidades de negocio futuro.
La conclusión sobre los modelos de pago está cada día más clara: sirven para frenar el ritmo de caída de la circulación impresa, pero no son el futuro sin el desarrollo de otros negocios.
El negocio futuro de la información necesita combinar ingresos de pago con los publicitarios, suscriptores o socios con audiencia gratuita, y crear nuevas fuentes de rentabilización y financiación de los contenidos.
Para tener una estrategia de negocio sostenible hace falta combinar diferentes audiencias, tipos de consumidores y fuentes de ingresos, no abrir unas para cerrar las otras.
Por eso los medios digitales de pago necesitan una doble estrategia: en abierto para aumentar audiencia y relevancia, y de suscriptores o socios para sostener la rentabilidad. En mi opinión va más allá de los modelos porosos o por consumo puestos en marcha por muchos diarios y necesita una estrategia móvil y de aplicaciones, además de otra de servicios y marketing digital para garantizar la sostenibilidad.
Sólo algunos medios, de nicho y especializados, o aquellos que como los diarios locales comprados por Warren Buffett combinan monopolio en el mercado y bajas tasas de penetración de medios digitales, pueden aspirar a un negocio basado sobre todo en el pago por ejemplares y la suscripción digital.
En los datos de Gran Bretaña hay dos elementos claves: la erosión de la difusión impresa y la evolución de las audiencias impresas y digitales, con estancamiento a la baja de la audiencia impresa y crecimiento de la digital.
Los nuevos lectores son digitales, especialmente móviles y en tabletas. Características comunes a todos los mercados desarrollados.



En España, los últimos datos de los editores muestran las mismas tendencias: la audiencia digital crece y la impresa disminuye a menor ritmo. Aumentan los lectores por ejemplar, lo que permite sostener las audiencias impresas: 13,6 millones de lectores de prensa impresa en 2011 frente a casi 12 millones de audiencia digital, una tendencia muy similar a la británica por el crecimiento de lectores por ejemplar impreso.
En mercados como Estados Unidos la alta penetración de dispositivos digitales y la aceleración de la migración de circulación impresa a digital provoca un mayor crecimiento de la audiencia digital frente a la de la prensa tradicional. Hasta el punto que muchos diarios aumentan la estrategia de conseguir lectores impresos gratis (promociones, inserts, suscripción subvencionada) mientras crecen en pago digital y en suscripción multiplataforma a mayor precio.


¿Cómo impactan las estrategias de pago en difusión y audiencia?
The Times tiene 5,5 millones de lectores en total, pero sólo aumentan en medio millón gracias a los digitales al estar cerrada su web completamente al pago.
Ha conseguido más de 127.000 suscriptores digitales, según las últimas cifras de difusión. Aproximadamente un tercio de su circulación es digital, pero la tendencia de descenso de suscriptores se mantiene en ambos soportes.
The Times y The Sunday Times no parecen haber conseguido aumentar su atractivo en los soportes digitales, como está haciendo Financial Times.
Los diarios digitales en abierto (The Daily Telegraph, The Guardian) triplican su audiencia con los usuarios digitales, pero no consiguen mantener la audiencia impresa y la difusión como el Times.
Con más de 540.000 ejemplares vendidos, el Telegraph alcanza 1,34 millones de lectores impresos diarios y 4,17 millones al mes.
The Guardian logra un millón de lectores de la edición impresa diariamente con menos de 200.000 ejemplares y alcanza a 4,3 millones al mes.
The Times consigue 1,31 millones de lectores de la edición impresa diariamente y 5,11 millones al mes con bastante menos circulación: 394.000 ejemplares.
Cuando se analiza la difusión, desde la puesta en marcha del muro de pago por The Times en junio de 2010, la circulación impresa ha disminuido un 11,6% frente a un 22,8% en The Guardian y un 14,4% en el Telegraph.
La tendencia se acentúa en el último año. La circulación de The Times cayó un 3% frente una pérdida del 7,21% en su competidor directo, el Telegraph, y de más del 11% en The Guardian.

En la migración del negocio a las aplicaciones y los nuevos soportes, la tendencia es la misma: The Times lidera de lejos la suscripción y la lectura en iPad con más de 54.000 suscriptores activos diarios frente 46.000 lectores en iPad del Telegraph (asociada la suscripción impresa) y muy por delante del Guardian con algo más de 19.000 suscriptores en la tableta.

El caso de Financial Times es distinto por su especialización económica y su alta dependencia de las suscripciones corporativas o pagadas por las empresas a sus ejecutivos. La circulación digital, con 316.000 suscriptores, ya supera a la impresa, con 269.000. En total, 602.000 ejemplares de difusión total.
Su audiencia impresa diaria en Gran Bretaña es de 319.000 lectores con sólo 59.000 digitales. Una proporción muy similar al Times.
Su carácter especializado, con mucho lector poco frecuente, le hace crecer en audiencia mensual hasta 1,6 millones en la edición impresa con 856.000 en la digital.

La evolución de las audiencias explican porqué The Times y The Sunday Times se han vuelto a abrir a Google y la consistencia de la estrategia de permitir el acceso de pago desde redes sociales y fuentes externas de The New York Times.
The Washington Post acaba de anunciar un modelo de pago digital para lectores frecuentes pero con acceso abierto a estudiantes, investigadores y a toda la estructura política y administrativa de Washington en un intento de no perder audiencia digital ni relevancia informativa.

La cuestión no es pago o gratis. El problema es cómo se diseña un negocio de pago y cómo el gratuito.
En el caso del pago una de las mejores estrategias es crear clubes de lectores o socios donde el pago está asociado a la  afinidad, la relación, la exclusividad y la participación, no con el soporte ni el producto concreto.
Esas estrategias permiten defender la circulación, impresa o digital, y abrir las oportunidades de nuevos negocios de marketing directo y servicios.
Ese es el triunfo de nuevos medios como ElDiario.es o de medios tradicionales como La Nación en Argentina o El Mercurio en Chile.
La estrategia gratuita funciona mejor cuando se ofrece un producto de calidad a un público distinto, con menor fidelización y menos profundidad de lectura. Un público más atraído por la actualización y el consumo rápido de información.
No son modelos excluyentes ni para el negocio ni para un periodismo que debe ser cada vez más escalable (producido y editado para diferentes audiencias y demandas) y adaptarse al consumo con medios contextuales: adaptados al interés, momento, soporte, predisposición a la lectura y dispositivo de consumo.

Thursday, March 21, 2013

La crisis frena y abarata la publicidad en internet


Internet ya es el segundo medio publicitario en España por delante de los diarios, como se esperaba, pero la crisis frena su crecimiento y provoca un retroceso del 1,5% en la inversión: de 899 millones en 2011 a 885,7 millones en 2012 (19,1% del mercado), según las cifras presentadas por el IAB. La peor señal es la caída del 13% en la publicidad gráfica -370 millones de euros en display, la que alimenta los medios digitales- a favor de un aumento del 6,9% en búsquedas, dominadas por Google: 488,7 millones.
Las cifras de final de 2012 confirman la tendencia del primer semestre, con un desplazamiento de la inversión hacia la publicidad de bajo coste: buscadores, medios nativos y pequeños, RTB y programmatic (DSPs, Exchanges...), etc. y una huida de las grandes campañas.


La estrategia de rebaja de precios en muchos grandes medios no ha conseguido parar la sangría, impulsada sobre todo por la caída de la publicidad de telecomunicaciones, aquejada de su primera gran crisis digital (datos CMT 2012), la de turismo y viajes, y la de cultura, con el impacto del aumento del IVA como telón de fondo. El aumento de los impuestos ha impedido un mejor final de año para volver a las cifras de 2011 o incluso mejorarlas.
Con estos factores, no es de extrañar el contraste entre el estancamiento a la baja del mercado frente al crecimiento de los países de referencia como Estados Unidos (6% a fin del tercer trimestre), 12% en Gran Bretaña en el primer semestre o en Alemania (pdf).
La recesión y la contracción del mercado aumentan la concentración con el 80% de la inversión en manos del top 10 de anunciantes, casi diez puntos por encima de 2011. Un síntoma del frenazo en la incorporación de más anunciantes al mercado, sobre todo al local y en algunos nichos.
En cuanto al modelo de pricing destaca el crecimiento de las posiciones por tiempo fijo y las promociones, un indicativo de una búsqueda de mayor eficacia y de la falta de rotación de anunciantes en muchos medios.


La inversión en móviles continúa creciendo con fuerza, un 68% en un mercado todavía pequeño: 27 millones de euros, un 3,1% del total y casi un 6% de la publicidad gráfica, que domina en las nuevas pantallas con un 80% de la inversión.
La publicidad móvil está dividida entre web y aplicaciones casi a la mitad, pero en el segundo semestre se nota un crecimiento fuerte de la inversión en web, donde la oferta en España es mayor frente a un mercado de aplicaciones todavía débil, tanto en alternativas como en consumo, y con una escasa penetración de aplicaciones de pago.

El IAB espera una ligera recuperación para 2013, de entre el 1 y el 3%, cuando el mercado de publicidad seguirá perdiendo alrededor del 10% y por primera vez en muchos años puede caer por debajo del 1% del PIB.
El crecimiento se seguirá concentrando en publicidad low cost, con un descenso sostenido del precio (CPM) y mayor apuesta por la subasta en tiempo real (RTB y programmatic) con más inventario tanto de las redes sociales como de medios locales y pequeños que pueden llegar a mejorar sus resultados con la adquisición por perfiles de usuarios.

Las dificultades para rentabilizar los contenidos seguirán empeorando para los medios generalistas y de medio tamaño. El volumen empezará a ser menos importante, porque se compra a los mayoristas y a los sistemas automatizados, y aumenta el atractivo de un público más específico asociado a mercados más segmentados.
El mercado digital está lejos de madurar. La concurrencia de crisis y evolución de los soportes, la oferta de contenidos y los cambios en los formatos y la contratación publicitaria dejan un mercado con la inversión altamente concentrada en los grandes medios: Google con la mitad del mercado y los líderes de cada gran categoría, oportunidades para medios de bajo coste y muchos problemas para los medianos, donde se encuentran gran parte de los diarios y revistas, además de la mayoría del mercado local y de los medios informativos.
Las oportunidades están en medios segmentados, con publicidad barata y una gran capacidad de fidelización de perfiles de público atractivos para los anunciantes digitales, además del desarrollo de servicios de contacto y transacción directa como las ofertas, descuentos, marketing directo, etc., los únicos que están creciendo en los últimos meses.


Wednesday, March 20, 2013

Feedly crece con el fin de Google Reader


El RSS aún importa Tanto que el anuncio del fin de Google Reader hace unos días ha empujado a Feedly, la alternativa más popular, a lo alto de los ránkings de aplicaciones de noticias en todas las plataformas. Arriba se puede ver el impacto en Estados Unidos y abajo en España (datos de AppData) en iPhone y iPad, con un comportamiento similar en Android. Una escalada en las listas y una reacción de los usuarios que deja varias lecciones para las aplicaciones y los medios:
  • Los usuarios quieren controlar sus fuentes de información. La personalización es selectiva.
  • Los medios y las redes sociales no sustituyen al RSS: un uso más informal y de descubrimiento que de fidelización.
  • La sincronización multipantalla es esencial para consumidores multiplataforma.
  • El flujo de información es para los móviles; la lectura reposada de un medio informativo, para las tabletas.


Lo dije cuando Google anunció que Reader desaparecerá en julio: el RSS importa. Es el código de la mayoría de aplicaciones y agregadores de los grandes consumidores de información. La herramienta clave de todos aquellos que por afición o por motivos profesionales necesitan consultar y gestionar gran cantidad de información y fuentes: de periodistas a especialistas en cualquier campo hasta los consumidores intensivos de información.

El consumidor profesional o muy intensivo necesita personalizar sus fuentes de información y gestionarlas activamente. Pero también mantener la capacidad de archivo y de encontrar información mucho más difícil o lenta de recuperar en los buscadores e inaccesible en las redes sociales, todavía con una capacidad de búsqueda muy limitada.
Los agregadores sirven mejor cuando puedes controlar y gestionar fácilmente las fuentes a las que dan acceso.

Las redes sociales y las aplicaciones basadas en el flujo social son otra forma de consumir contenidos. Se basa más en la casualidad, la serendipia y en el descubrimiento gracias al criterio social que en el seguimiento y la alerta de las fuentes más fiables o necesarias para muchos grandes usuarios de contenidos.
En el RSS se busca una información y contenidos concretos sobre los que se tiene una valoración y criterio de las fuentes a las que se accede.
En las redes sociales y sus aplicaciones de lectura se descubre lo que no deberías perderte gracias a las recomendaciones.
Los datos de Flipboard, tanto en España como en Estados Unidos, muestran que el incremento de usuarios tras el anuncio del fin de Google Reader ha sido muy bajo y se ha desvanecido rápidamente.

La multipantalla demanda acceso en todos los dispositivos y sincronización. El consumidor es multipantalla y los contenidos se consumen en todas las plataformas y dispositivos, aunque de diferente forma. Esa es otra razón para el crecimiento de Feedly: a diferencia de Flipboard u otras alternativas como Pulse, se puede utilizar en navegadores como Chrome, donde supera los 660.000 usuarios y está calificada con la máxima puntuación.
El usuario necesita simplicidad, un interfaz común y sincronización de sus contenidos en todos sus dispositivos: ordenador, móvil y tabletas. La batalla de la distribución de los contenidos es multipantalla, por eso Facebook intenta convertirse en un diario personalizado y los medios no deben olvidar que el contexto y el soporte son igual de esenciales que cuando se distribuía en papel y ondas de radio o televisión.

Los móviles son el soporte para el flujo informativo y la actualización. En las tabletas aumenta el consumo directo y la fidelidad a la marca o cabecera. El crecimiento de Feedly como alternativa a Google Reader es mucho mayor en la aplicación para smartphones (tanto iOS como Android) que en iPad.
Lo mismo ocurre con Flipboard, mejor situada en la clasificación de iPhone que en la de iPad.
El atractivo de las aplicaciones de cada medio informativo crece en las tabletas frente a los móviles, donde en el caso de España también aparece Mobile RSS, otra de las aplicaciones de RSS más utilizadas.
Los usuarios de tabletas consumen más contenidos a través de la aplicación de la fuente original, lo que confirma la fortaleza de las tabletas como soporte para la televisión y la prensa.

Google por ahora saca poco provecho para Google Currents, su mejor alternativa a pesar de la obsesión por Google+, explicada por Brian Shih, antiguo product manager de Reader.

Tuesday, March 19, 2013

Mala regulación para mala prensa

Perro no come perro. El viejo lema de Fleet Street, la decaída calle de la prensa británica, no impidió que The Guardian revelara el escándalo de las escuchas del News of the World. Fue el periodismo, no el gobierno, los reguladores ni la justicia quienes airearon las miserias del imperio sensacionalista de Rupert Murdoch. El debate sobre la regulación se cierra con un acuerdo político para crear un regulador independiente que sustituya a la fracasada Press Complaint Commission, la autoridad de autocontrol de la prensa británica. Políticos y prensa siguen peligrosamente entrelazados con los ciudadanos al margen, pero cómplices en el consumo de información basura.

El acuerdo -no compartido por muchos diarios- es un fracaso para la prensa y la sociedad. Emerge una pasión regulatoria que empuja la propia Comisión Europea y que se discute hace años en países como España, con el nonato Consejo Audiovisual (CEMA) subsumido en el regulador único propuesto por el gobierno Rajoy.

La nueva regulación británica excluye a las televisiones y sus webs -sometidas a Ofcom, la autoridad de telecomunicaciones y audiovisual- a los blogs y medios digitales que no sean específicamente periodísticos. La opinión y la información digital seguirá limitada sólo por las leyes comunes. Cualquiera podrá tuitear o publicar cualquier injuria o calumnia, pero si lo hace un periodista se someterá a las sanciones del nuevo organismo.

El vigilante de la prensa nace con limitaciones para abarcar el ecosistema digital y atrapado por el pecado capital que tanto los políticos como el informe Leveson, origen de esta regulación, obvian en su acuerdo: el mal de la prensa está en la excesiva proximidad de políticos y medios unida a una ilegítima pasión por airear la privacidad de las personas en lugar de informar sobre lo que realmente afecta al interés público y se desarrolla en un espacio público.

El Gran Hermano de todos vigilando a todos nunca ha sido tan cotilla. No es nuevo, la historia de las dictaduras enseña que las miserias y las debilidades cotidianas son el blanco perfecto de los totalitarios y los censores.

El infinito ciclo de la información 24 horas alimenta al gran monstruo del comentario y la opinión permanente, la lucha por la primicia nimia y la frivolidad de las páginas vistas. La telerrealidad y la privacidad publicada en las redes sociales se enseñorean de la vida que compartimos y baten récords de audiencia.

Ningún organismo de control ha mejorado jamás las noticias, el derecho ciudadano a la información veraz ni a los medios de comunicación. Son la propia sociedad, la profesión periodística y el mercado quienes lo han hecho denunciando excesos, batallando con la propia competencia entre medios, aumentando los criterios de calidad y abandonando a las cabeceras que no representan el sentir y el pensar de su audiencia.

El gran fracaso de los reguladores, de Lehman Brothers a Bankia o Chipre, demuestra que solo funcionan cuando los regulados son transparentes y responsables. Cuando los reguladores no tienen intereses comunes con los vigilados. Cuando la sociedad participa activamente, vigila, reclama y demanda.

La furia por aumentar reguladores hace fruncir el ceño cuando día tras día, de los escándalos financieros a los políticos, los ciudadanos asisten al fracaso de las herramientas de control institucional teóricamente diseñadas para evitar los abusos y proteger a los ciudadanos, consumidores, ahorradores, deudores, etc.

No hay píldora para el déficit ético y democrático. Los organismos de control y regulación son a menudo un placebo para limpiar conciencias. Sin un periodismo crítico, responsable y transparente (escaso), sometido a leyes comunes aplicadas con diligencia (infrecuente), con principios claros (cada día más abandonados) y una separación nítida entre periodismo y política (un sueño), ninguna regulación funciona.

El manto deontológico del nuevo regulador británico esconde las cloacas del poder, compartidas por Murdoch y el resto de barones de la prensa con los políticos. Esa promiscuidad y el desbocado sensacionalismo de algunos medios destruyó al Press Council, antecesor de la Press Complaints Commission, moribunda por las mismas infecciones.

No somos ajenos. Las quejas sobre la credibilidad de la prensa y los medios crecen. La sospecha se extiende a las revelaciones y exclusivas que a menudo pasan de noticia a arma editorial de quienes defienden a unos partidos e intereses contra otros.

Las televisiones públicas languidecen con la amenaza de la privatización y el deterioro de su imagen como propagandistas del poder. Mediaset y Antena 3 han creado un duopolio televisivo sin parangón en los países desarrollados con la aquiesciencia de los gobiernos de Zapatero y Rajoy.

Con un gobierno encerrado en el silencio y la propaganda desbocada y una oposición cuyo partido principal tiene tantos problemas de comunicación internos como externos, el principal mal de la información son las ruedas de prensa sin preguntas y la manipulación burda y descarada de los hechos y el lenguaje.

Ni el nuevo regulador británico es tan malo ni nada hace suponer que mejorará el periodismo y el derecho a la información. Sólo la mayor transparencia de los propios medios a través de su conducta y de herramientas de interactividad con la audiencia previenen de los abusos. Las necesidades del periodismo y las demandas de la audiencia no caben en un órgano de control.

Análisis en ElDiario.es

El público se queja de medios con menos calidad


La crisis ha dejado a muchos medios con redacciones reducidas y menos recursos para la información. La audiencia lo sabe y se queja. El problema del periodismo es la calidad, no la cantidad. Una batalla en la que muchos llevamos muchos años y que el público más fiel no se cansa de repetir. La crisis no es excusa para sacrificar la calidad.
La cantidad es esencial. Los diarios y revistas gordos siempre han atraído al público y el negocio digital demanda cantidad de información tanto para mantener la errática y esquiva atención de la audiencia como para rentabilizar el bajo CPM de la publicidad. La presión de la cantidad acaba deteriorando el valor de la calidad, un problema en el que anida gran parte de las dificultades para rentabilizar la información y los medios digitales.
La audiencia quiere calidad. Una encuesta del State of the News Media 2013 indica que casi dos tercios (60.7%) de los norteamericanos que han abandonado los medios informativos (diarios y televisión, sobre todo) lo hacen por la pérdida de calidad de la información. Sólo menos de una cuarta parte (23,5%) se quejan de la reducción de noticias y de páginas en los diarios o tiempo de emisión en los telediarios.
Cuando se pregunta a toda la audiencia, la diferencia entre la importancia de la calidad y la cantidad se mantiene: un 48% del público se queja de información poco completa frente a un 31% que se fija más en la reducción de noticias.

Cuatro factores se consolidan entre los más importantes para el público de la información: la calidad, el atractivo, la adecuación a sus intereses e ideas, y la oportunidad, en tiempo y forma de consumo.
La percepción de la calidad depende mucho de cada producto y su orientación al público y el mercado, pero algunas característica sirven para el compromiso informativo: veracidad, rigor, precisión, credibilidad, completitud.
Criterios objetivos a los que se suman los subjetivos: utilidad, cercanía, comodidad, contextualización, selección, personalización, interactividad. Cada vez más importantes por el crecimiento de la adecuación y personalización de la información y la oportunidad o adaptación a el momento, la plataforma y dispositivo de consumo.
Esas dos últimas características crecen extraordinariamente gracias a los móviles y tabletas, donde los contenidos se hacen móviles y más útiles que nunca, por lo que los medios están obligados a ser contextuales: adaptados a la forma, momento y dispositivo de consumo.

Hacer mejor y más oportuno con menos. Es uno de los ejes de la mejor estrategia periodística de siempre, renacida con la crisis y la necesidad de diferenciarse en el inabarcable ciberespacio.
Cualquier medio debe decidir entre el periodismo cuantitativo o el de calidad. Sólo unos pocos grandes medios pueden aspirar a los dos.
El gran problema de la mayoría de los medios convencionales está en ser diferenciales, únicos y de valor para su público. En el mercado digital a esas características se une la escalabilidad de la información y los contenidos, tradicionalmente muy escasa.
Escalabilidad es el término usado en informática y sistemas para responder a un aumento de la demanda sin obligar a otros procesos o a un cambio estructural de los recursos. La capacidad de crecer y responder a las necesidades sin fracasar y adaptándose a las necesidades de la demanda, como la infraestructura de servidores, en la nube o el poder de los algoritmos para responder a nuevas necesidades.
El periodismo es parco en escalabilidad. Tradicionalmente el contenido se ha concebido como único, para un sólo uso y un tipo de consumo determinado, sin capacidad de reutilización ni adaptado a un consumo y demanda diferente en función del soporte, el hábito de consumo o la forma de uso que cada usuario le da.
La escalabilidad se gana con una programación de la información adecuada a la demanda y enfocada a diferentes plataformas con características de formatos diferentes.
Elementos imprescindibles para un modelo de negocio sostenible y de calidad que algunos medios empiezan a desarrollar con su estrategia informativa en redes sociales, alertas, contenido digital y publicación en soportes tradicionales. Una estructura y programación de la información que supera la obsoleta discusión de si es primero el soporte convencional o el digital para aprovechar el consumo, audiencia y negocio de cada uno.

Monday, March 18, 2013

La burbuja del fútbol


El fútbol en abierto vuelve a uno de los canales principales. Cuatro emitirá los partidos del lunes después del fracaso anunciado de Marca TV. Muy pocos aficionados veían un partido devaluado en un canal arrumbado en el limbo de la TDT. A Mediapro le ha costado mucho esfuerzo y una gran rebaja de precio lograr comprador para unos derechos desorbitados que cada vez valen menos.
La Liga vive de espaldas a la crisis. Acostumbrados a las cifras millonarias, a los contratos desorbitados, a las deudas que no pagan –sobre todo con Hacienda-, al trapicheo de la influencia y la política, tan desmesurado como los fichajes, no se resignan a la huida de los anunciantes por los precios abusivos y desconfiados de la eficacia de tanto peloteo.
La guerra del fútbol infló el precio de unos derechos que nadie va a conseguir rentabilizar. La burbuja se pincha y arrastra a muchos. Los últimos en sufrir el rigor de la pateada pelota son los diarios deportivos. Acostumbrados durante años a una difusión tan hinchada como los sueldos de los cracks viven sus peores momentos, con la publicidad y la audiencia en retirada.
El aburrimiento de una Liga que se juega entre dos ayuda. El duopolio se alimenta con un reparto insolidario de los derechos de televisión (gráfico de Deloitte) que no empuja la competitividad de los clubes más débiles. La falta de límite a los contratos multimillonarios dispara los costes y aleja a los buenos jugadores de los equipos de las ciudades más pequeñas.
Fútbol y televisión necesitan una pensada. Mediapro y Prisa asumen que nunca recuperarán los costes de su guerra, pero los daños caen también sobre el propio fútbol, los aficionados y el resto de ciudadanos, obligados a asumir las deudas y los excesos de los clubes. La publicidad asume el sobrecoste de los derechos deportivos aunque no le interesen los partidos. Las televisiones pagan y repercuten en el mercado los costes. Una factura que se mitigaría para ajenos al fútbol con un reparto de derechos más solidario y la desaparición de la Liga de las cadenas generalistas.

Columna en los diarios de Vocento

Friday, March 15, 2013

Los medios digitales crecen con la corrupción


La corrupción, el caso Bárcenas y los trapicheos de Urdangarín, la crisis y la crispada actualidad informativa empuja la audiencia de los diarios digitales, según las últimas cifras de comScore (vía Ymedia). Los principales medios informativos crecen a buen ritmo en usuarios únicos mensuales, empujados también por el desplome de la lectura de diarios en papel.
Los deportivos viven su particular crisis, tanto en digital como en papel, con caídas que revelan el cansancio de una Liga que se juega prácticamente entre dos y una saturación de pseudoinformación deportiva en todos los medios que aburre ya a unos cuantos.

Thursday, March 14, 2013

Google Reader cierra cuando el RSS es social y móvil


Google anuncia el cierre de Google Reader, el lector de fuentes RSS dominante y mayoritario tanto entre usuarios como en clientes. La paradoja y la oportunidad es que lo hace cuando el RSS (Rich Site Summary) se ha convertido en la base de una multitud de aplicaciones, agregadores y servicios para personalizar los contenidos en los nuevos dispositivos y navegadores.
Para los usuarios más intensivos, el cierre de Google Reader es una traición a la fidelidad. Desde su aparición en 2005 muchos lo hemos usado para organizar nuestras fuentes, hacer más eficiente la selección de información y gestionar contenidos difícilmente abarcables con otros medios.
Una industria ha nacido cuando el RSS se ha convertido en la base de muchas ofertas y servicios. Desde los medios que lo usan para agregar y seleccionar información, los servicios de visualización como Feedly hasta las aplicaciones como Flipboard, Pulse (en la mira de LinkedIn) o Zite (comprada por CNN) que lo utilizan para personalizar el contenido de sus usuarios.
Se incluye en las aplicaciones de los navegadores y alimenta y a la vez compite con las redes sociales y su flujo de contenidos compartido y continuo.
Por eso Google cierra Reader: es una aplicación sin rentabilidad directa para una empresa cada vez más orientada a los resultados, pero sobre todo es una ventaja que la propia Google da a sus competidores en la guerra de las plataformas, cuando la distribución de contenidos vuelve a ser clave, con su intento de consolidar Google Currents como revista digital personalizada para tabletas y móviles, y en la lucha de Google+ con el resto de las redes sociales, como la rediseñada Facebook, que quiere decir adiós al desorden para convertirse en el nuevo canal de distribución de contenidos, marketing y servicios personalizados.
Esa es la batalla que Google no puede perder, porque de ella, del control de los datos de los usuarios, pero también de sus contenidos y de su forma de consumirlos y compartirlos depende una gran parte de su negocio.
Esa razón es la que se esconde en la alusión a la "mejor experiencia de usuario" que el responsable de Reader, Alan Green, explica, más que una caída de usuarios directos (últimos datos de cuando Google apostaba por su lector) en favor del ecosistema de suscripción y la oferta de los competidores.
Por eso estoy de acuerdo con Marco Arment, creador de Instapaper, en que el cierre de Google Reader abre una nueva época de mayor competencia e innovación en los lectores de RSS y en sus aplicaciones en revistas, agregadores y aplicaciones digitales para las nuevas pantallas.
Feedly  y Flipboard ya se han apresurado con sendos anuncios de cómo pueden los usuarios salvar su selección y suscripciones de fuentes de Reader.
Pero para muchos, la simplicidad, sincronización y multipantalla de Google Reader nos hace lamentar su desaparición, además de volver a subrayar el control 2.0 que los grandes de internet y la tecnología tienen sobre nuestra vida, nuestros datos y nuestros contenidos.
Google, Don't kill Google Reader.

Periodismo idólatra para el papa Francisco


Una gaviota posada en la chimenea del Vaticano fue el augurio de la sorpresa del papa Paco. El ancestral mensaje del humo blanco precedió a la resurrección de la cuenta de Pontifex en Twitter para anunciar el comienzo de un nuevo papado en la vieja lengua latina de la iglesia. Sorpresa. Más de 130.000 tuiteos por minuto saludaron al pontífice. Sólo un adelanto en el diario argentino La Nación previó la elección del cardenal Jorge Mario Bergoglio. La primera elección de un papa vista por su predecesor por televisión, donde la cobertura de la resolución del cónclave lo inundó todo. El papa emérito Benedicto XVI contempló a su sucesor desde su retiro de Castel Gandolfo. El pionero en apostolar desde las redes sociales quizá se sorprendió al ver los perfiles falsos que se abrían con el nombre del ungido.

Francisco es el primer papa elegido en la era de internet móvil. Cuando gran parte de los católicos usan las redes sociales. Cuando las tertulias y los talk shows imponen en las televisiones del mundo su letanía. Cuando la presión de la información en tiempo real sumerge a medios digitales y convencionales de una cobertura que evidencia las debilidades de un periodismo a menudo vacío, insustancial y alejado del interés real de su público.

Joseph Ratzinger, elegido en 2005, fue el único pontífice cuya elección se sometió al ciclo de la información y el entretenimiento en tiempo real. Juan Pablo II, el papa más mediático, acostumbró a los medios a su presencia y sus palabras, pero cuando el cónclave lo eligió la CNN no había nacido y faltaban muchos años para la hiperrealidad acelerada de las redes sociales.

¿Está justificada la enorme cobertura mediática del cónclave? ¿Ha sido adecuada? ¿Responde al perfil de cada medio?

Muchos conservadores se quejan de la frivolidad de la mayoría de los medios y acusan al periodismo progre con bastante razón. El abuso de la opinión sin suficiente fundamento, la insoportable banalidad de las tertulias y el olvido de la información transmutada en espectáculo han dominado páginas, horas de radio y televisión y el flujo incesante digital.

La elección del papa ha llenado los medios de todo el mundo desde la dimisión de Ratzinger, quizá el mayor acto de humanización y desacralización del poder espiritual de Roma que se recuerda. Bergoglio se presentó ayer ante los fieles pidiendo su bendición antes de otorgar la suya. Saludó con un simple buenas tardes y anunció con su nombre de Francisco una vocación de modestia asentada en su preferencia por el colectivo (autobús) y el subte (metro) de su Buenos Aires natal.

La Iglesia es maestra en señales y gestos. El papa Francisco se revistió de ellos: de su nombre a sus palabras y a la elección de su primer atuendo como vicario de Cristo. Los cardenales han elegido con extremo cálculo a un hombre sencillo, latinoamericano pero con profundas raíces europeas por su doble condición de argentino e italiano. El primer papa jesuita, ortodoxo en lo doctrinal y defensor de los desfavorecidos en la vieja tradición de la doctrina social de la iglesia.

Hasta la dicharachera Cristina Kirchner enmudeció y tardó más de una hora en responder en Twitter a la elección de una figura con la que espera problemas. Y lo hizo con la gran contradicción y la inequívoca señal de un frío papel oficial incrustado en la corriente digital.
Hemos leído páginas y páginas insustanciales en diarios que olvidaron pronto el informe secreto de Benedicto XVI sobre los abusos, encubrimientos y corrupciones de una iglesia con muchos tallos podridos. Las apuestas papales volvieron a equivocarse y el boato vaticano llenó los púlpitos mediáticos en todas sus plataformas con muy poco que decir.

Sólo un puñado de medios en todo el mundo cubrieron con profundidad el relevo en el trono de Pedro. Los mayores especialistas en catolicismo, algunos habitualmente serios y otros que no olvidaron la piadosa mirada de su público o la visión laicista de los suyos.

Las batallas doctrinales, sociales y religiosas de la iglesia desaparecieron. La ausencia de especialistas se sepultó con cháchara y copia y pega. Una vez más, muchos se sintieron con la facilidad de opinar cuando no saben y el periodismo olvida que su misión es informar, no saber; averiguar, no sancionar.

La democracia moderna nació con la separación de religión y Estado, y la creación de un espacio público donde los medios de comunicación ayudaron a crear un público suficientemente informado para gobernarse a sí mismo. Ahora a menudo muchos medios parecen predemocráticos con su renuncia a la inteligencia y a la modestia del periodismo frente al enorme ego catódico y digital. Un insulto a su audiencia.

Análisis en ElDiario.es

Tuesday, March 12, 2013

La tragedia de las ciudades sin diarios

El Día de Castilla-La Mancha cierra su edición en papel y deja a Cuenca y Guadalajara sin diario local. El fin de la prensa impresa local se acelera y más ciudades y provincias perderán uno de sus principales medios de información junto a la radio, el otro canal informativo importante en las pequeñas ciudades.
La cuestión clave es qué medio informativo local sustituirá a la prensa. ¿Son suficientes los digitales?
Pero la pregunta va más allá: ¿sobrevivirá la información local de calidad en el nuevo ecosistema digital, político y ciudadano?
El multimillonario Warren Buffett explicaba hace unos días a sus inversores su interés en comprar diarios locales (pdf):
"Newspapers continue to reign supreme, however, in the delivery of local news. If you want to know what’s going on in yourtown – whether the news is about the mayor or taxes or high school football – there is no substitute for a local newspaper that is doing its job".
"I believe that papers delivering comprehensive and reliable information to tightly-bound 
communities and having a sensible Internet strategy will remain viable for a long time. We do not believe that success will come from cutting either the news content or frequency of publication. Indeed, skimpy news coverage will almost certainly lead to skimpy readership. And the less-than-daily publication that is now being tried in some large towns or cities – while it may improve profits in the short term – seems certain to diminish the papers’relevance over time. Our goal is to keep our papers loaded with content of interest to our readers and to be paid appropriately by those who find us useful, whether the product they view is in their hands or on the Internet".
Buffett resume las posibilidades de pervivencia de la prensa local: información local de calidad -"información escasa conduce a escasa audiencia", nunca tan de acuerdo- con una buena estrategia digital, publicación diaria (aunque con diferentes ediciones en contenido y oferta) y un modelo de pago sostenible en papel y dispositivos digitales.
Concuerdo con su dictamen con una enmienda a la defensa del modelo de pago. Para muchos diarios en mercados locales el pago digital no viene principalmente por el producto informativo, sino que se mantiene en papel y se extiende a aplicaciones de alta utilidad y modelo SoLoMo: social, local y móvil.

La sostenibilidad de la prensa local está en mantener la edición impresa y su réplica digital con ingresos de pago, pero sobre todo en ampliar su mercado publicitario y en abrir nuevos negocios tanto comunitarios como digitales: aplicaciones donde la información local, los servicios de proximidad, el comercio electrónico, los descuentos y la pertenencia a una comunidad se unan.
La otra estrategia clave es convertir al diario en un club de lectores y ciudadanos. Un club que permite crear una base de datos valiosa tanto para la información como para el negocio, sostener la difusión y los ingresos de pago, y aumentar las oportunidades publicitarias y de marketing.
Sólo con una estrategia de negocio rentable es posible sostener un medio informativo independiente y de calidad.
Los medios sin ánimo de lucro no pueden cumplir esa misión en la mayoría de los casos, sobre todo en países como España donde la sociedad civil no está preparada ni es lo suficientemente fuerte ni comprometida para sostener las plataformas colaborativas y financieras necesarias. Muy al contrario que en países como Estados Unidos, donde esa tradición existe desde su fundación.

La debilidad de la sociedad civil contribuye a la fragilidad de la prensa local. ¿Cuántos ateneos o liceos que no sean una reliquia o un centro de día para mayores subsisten? ¿Cuántos círculos de artesanos o comerciantes? ¿Cuántas asociaciones culturales y cívicas con suficientes socios y recursos creativos y financieros?
En Ponferrada no hay diario. El líder en la prensa provincial es Diario de León, comprado hace años por el empresario José Luis Ulibarri, imputado en la trama Gürtel, para ganar influencia y difusión para sus amigos políticos, con los que hace negocios siempre bajo sospecha. De ahí su permanente apoyo a quienes mandan en las ciudades de León.
Ulibarri y su extinto Grupo Begar extendieron su trama mediática a las televisiones locales, como tantos otros, en busca de los réditos de la prensa de ladrillo, una de las herramientas preferidas de los impulsores de la burbuja política, social y económica que vamos a pagar muchos años.

En muchas ciudades, provincias y hasta autonomías enteras se ha vivido estos años un secuestro de la información local por personas y grupos con intereses muy ajenos al bien común. Un secuestro del periodismo del que periodistas y ciudadanos también somos responsables, además de ser las principales víctimas tanto laborales como de la estafa de los señores del ladrillo y la información.
El escándalo de Ponferrada es un buen espejo de los males de una sociedad donde la información y el periodismo han sido secuestrados por los corruptos y los grupos de interés sin la defensa democrática de una sociedad civil fuerte y unida contra la rapiña de lo público.

La crisis de la prensa local es una tragedia para las ciudades y la democracia activa, responsable y participativa. Primero lo ha sido por la aquiescencia o la entrega a los intereses bastardos de unos pocos por no pocas cabeceras, emisoras de radio y canales de televisión (con la complicidad del gobierno central, los autonómicos y las diputaciones). Después por una crisis donde la debilidad del producto y el negocio informativo local no es capaz de sostener medios rigurosos, críticos e independientes.
En muy pocos lugares se sostienen medios hiperlocales capaces de proveer a una ciudadanía activa de la información necesaria para controlar a los poderes locales y evitar los abusos y la corrupción.

Urge una reconstrucción del modelo de información local para sostener los atributos de rigor, independencia y calidad de la información, pero también para ayudar a crear o fortalecer una ciudadanía activa y crítica con las herramientas imprescindibles para la democracia y el control de los poderes.
Las redes sociales no cumplen esa función, pero ayudan si se utilizan como herramientas de comunidad e informativas con objetivos periodísticos.
La crisis de la información local es una tragedia para todos, no sólo para sus editores y periodistas.

Monday, March 11, 2013

Contra las tertulias

Las tertulias y la crítica incesante en las redes sociales preocupan al gobierno. Debates televisivos y redes coinciden en una carga de furor crítico y negativo que la estrategia del silencio tan bien ejecutada por el presidente Rajoy o ministras como Ana Mato no consigue atajar. Tampoco los deteriorados telediarios de TVE, convertidos en un altavoz de La Moncloa, pueden con el ascenso de informativos más críticos y de unos debates donde la crispación y la crítica mejoran el rating minuto a minuto.
Con la corrupción, Urdangarín y el caso Bárcenas como eterno debate, la economía sin remontar y la creciente oposición a las políticas de Rajoy, el PP pierde su afición a la crispación, ese ecosistema del todo va mal tan apreciado desde la oposición. Moncloa y Génova reducen la presencia de dirigentes populares en las televisiones, denuncian a medios en los tribunales y las insidias fiscales del ministro Montoro contra los grupos de comunicación intentan atenazarlos cuando la crisis ataca la independencia.
Génova no quiere dirigentes populares en las tertulias de La Sexta y se resiste a ser blanco constante de las críticas en los demás canales cuando la sospecha permanente deja poso hasta en los afines a la derecha. Tanto que por primera vez en años se debilita la inquebrantable lealtad del votante popular.
A Moncloa le gustan más los telediarios sosos y domados, al estilo de TVE. Gobierno y PP siguen empeñados en ese remedo de ruedas de prensa convertidas en actos propagandísticos donde los políticos se niegan a responder a los periodistas. Pero la contestación es cada vez mayor, como ocurrió la pasada semana con el plantón de los periodistas a la silente ministra de Sanidad en Nueva York.
Las críticas no se callan con silencio, sino con razones. El PP puede hacer poco contra el grito continuo de Twitter, pero la falta de comunicación junto a las amenazas y presiones a los medios por su debilidad económica son la peor estrategia en una democracia. Como en la sanidad o la educación, los daños pueden ser irreparables.

Columna en los diarios de Vocento

Friday, March 08, 2013

Facebook quiere ser tu periódico



Facebook quiere ser "el mejor periódico personalizado" para sus usuarios. Son las palabras de Mark Zuckerberg para presentar el nuevo rediseño del news feed de la red social. Un cambio importante: Facebook deja de ser el lugar diseñado para relacionarse con los amigos y compartir experiencias, y apuesta cada vez más por convertirse en una plataforma de consumo de contenidos e información. Un agregador donde la presentación y selección de los contenidos es tan o más importante que la gente con la que te relacionas.
Adiós al desorden, es el lema de un rediseño donde subyace un cambio de concepto casi radical en la gran red social. Facebook evoluciona hacia los agregadores, que aprendieron de la selección de contenidos y fuentes de las redes sociales, para presentar contenidos personalizados con criterio social.
Es el momento de compartir contenidos en un flujo y una selección personal: el nuevo canal de distribución preferido por la mayoría de los usuarios. Ese es el aumento del engagement que busca el gigante azul, unido a una muy mejorada presentación visual para convertir la publicidad nativa -los enlaces promocionados y el resto de formatos de la red social- en anuncios atractivos. Facebook se enfrenta ahora al reto de no inundar con publicidad demasiado intrusiva a sus fans.


El último paso importante es la unificación del diseño en la web, los móviles y tabletas. Una única experiencia en cualquier dispositivo. Un objetivo buscado y deseado por la mayoría de medios cuando los usuarios móviles crecen y el atractivo de las páginas y contenidos se hace mayor en las pantallas portátiles.
La selección de fuentes convierte al nuevo Facebook en un Instagram -con mayor apuesta por la fotografía, cada vez más esencial en el ciberespacio gracias a los móviles- en un agregador de noticias tipo Flipboard o en un playlist de música que podría desafiar a Pandora o Spotify.
Facebook es cada vez menos una red para convertirse en un medio social, una plataforma de relaciones y contenidos para la batalla por la distribución en el universo móvil, como también intenta Microsoft con Windows 8.
La batalla por la atención, el engagement y el tiempo de consumo necesarios para rentabilizar el negocio digital. En la era del flujo social, los contenidos vuelven a ser relevantes.

Monday, March 04, 2013

Peores telediarios


Los telediarios de TVE pierden el liderazgo tras cinco años y medio con la mayor audiencia. El deterioro en la calidad informativa y la manipulación política, denunciada por los propios profesionales de la pública, sumados al rechazo de gran parte de la población a la política del gobierno, empuja una huida hacia otras cadenas.
Telecinco es la más favorecida, seguida por La Sexta, convertida en referente de los televidentes más críticos con el gobierno Rajoy. Telecinco gana en audiencia media gracias a su primera posición por las noches, pero el resto de telediarios también crecen a costa de la pública y con la audiencia buscando contraste y versiones de una información poco creíble.
El PP vuelve a perder la batalla de la información en la televisión pública, como ya ocurrió durante el gobierno de Aznar y se ha repetido históricamente en Telemadrid –cuna de la actual dirección de informativos de TVE- y la valenciana Canal 9, dos cadenas sonrojantes por la manipulación política y el desprecio al derecho a la información del público que las paga con sus impuestos.
La política polariza la audiencia en un país indignado con la corrupción de unos políticos en los que confía cada vez menos. Pero la información importa. Los televidentes ven más televisión y también más telediarios. Unidos a las tertulias son el plato principal de la dieta informativa de mucha gente.
La pérdida de credibilidad y liderazgo de TVE empeora la información. En años anteriores los telediarios de la cadena estatal marcaron un referente de cierta calidad y rigor frente a las tendencias sensacionalistas y el abuso de la información espectáculo de los informativos de las privadas. Ese sensacionalismo y la banalización informativa han crecido en los últimos meses. TVE ya no es un freno.
La manipulación debilita la credibilidad de TVE, pero la pérdida de calidad en los informativos, con información superficial, menos rigurosa y peor desarrollada ha dejado de ser un filtro. Con el deterioro de la pública perdemos todos, por sus malos telediarios y porque no estimulan la competencia por una información de calidad.

Columna en los diarios de Vocento