Fin de la era Zapatero. El presidente anuncia el adelanto electoral algo más de siete años después de su victoria sobre un Aznar vencido por el 11-M, el Prestige y la soberbia política. Las crisis se acumulan. La primera, la económica. Junto a ella, la del descrédito político y la de los medios de comunicación, víctimas y parte en las burbujas que han estallado. Por primera vez el adelanto electoral se anunció oficial y simultáneamente en Twitter y Facebook, un síntoma de los cambios en la comunicación y en los medios vividos estos años.
Zapatero arrancó la era del talante y se va con la siempre repetida crispación, enfermedad endémica de la partitocracia. Estrenó la burbuja audiovisual con el gran proyecto de Zapatero TV: la reforma de RTVE y la multiplicación de canales de la TDT. Se va con la televisión pública en crisis, sin modelo ni consenso político, con Mediaset como gran ganador de la concentración televisiva y en alianza con Telefónica para controlar las nuevas plataformas digitales. Con los grandes grupos de comunicación atrapados por la crisis publicitaria y una expansión audiovisual cuya fascinación ha reducido la innovación y la apuesta por otros negocios en la era del fin de la prensa y cuando la reinvención digital es obligada.
Los SMS empujaron la victoria socialista el 14 de marzo de 2004 con los medios divididos entre la crítica a la gestión de Aznar y las teorías conspirativas sobre los atentados del 11-M. La legislatura acaba con la mecha del 15-M prendida. La mayor movilización ciudadana contra la democracia sorda y recortada de la partitocracia ha puesto en jaque una forma de hacer política, pero también a un periodismo poco atento a las críticas y a las relaciones y debates de los ciudadanos en las redes sociales, el nuevo espacio público de la globalización.
Zapatero comenzó su mandato en los albores de la política 3.0 y lo acaba cuando ese nuevo sistema operativo de la globalización vive la crisis de los poderes, resistentes en su resiliencia, esa palabra de moda para explicar porqué la crisis del capitalismo ha traído más dictadura de los mercados o cómo el neofeudalismo digital y el control de plataformas, herramientas, contenidos y datos personales avanza en la web y sucede a los viejos oligopolios, que mantienen una gran cuota de poder.
Los medios están en la peor crisis de su historia. La caída de la publicidad, el aumento de la competencia y la explosión digital, el cambio de plataformas, de hábitos de consumo de los ciudadanos y la coronación del móvil como aparato esencial para la hiperconexión los aplasta.
La burbuja de la TDT ha saturado de canales un espacio demasiado grande para la publicidad. Los rellenos low cost de tertulias y programas de saldo no alcanzan mientras los hiperconsumidores esperan la llegada de la televisión 2.0, a la carta, social y con una oferta amplia a precios bajos, como la de Netflix en Estados Unidos que ya se anuncia en España.
Los diarios ven cómo huyen la publicidad y los lectores hacia los medios digitales. Las redes sociales se adueñan de la información de los medios y la publicidad emigra hacia las ofertas de los grandes comercializadores digitales: de Google a las ofertas de Groupon.
El País, diario de cabecera socialista, pedía elecciones anticipadas el 18 de julio. Zapatero las convoca para el 20 de noviembre con intención de acabar con la incertidumbre. Tanto simbolismo de fin de era como el que se vivió con la transición es oportuno. #nolesvotes renace en la red como lo hizo en las elecciones de mayo y los medios se alinean.
A un lado, la política silente de Rajoy. Al otro, un Rubalcaba que se reinventa en las redes sociales y se abre a ideas externas para intentar escuchar la política 3.0, que está en las redes, se organiza sin líderes y debate y organiza. En medio, las sempiternas encuestas y el empuje del CIS al candidato socialista.
Los medios ponen un ojo en las elecciones y el otro en sus cuentas de resultados, a la espera de ese fin de la incertidumbre anunciado por el presidente saliente. Pero en política y en comunicación, esta nueva era requiere abrirse a los ciudadanos, pasar del negocio de los contenidos al de las relaciones en una sociedad en red e innovar con fuerza, imaginación y la rapidez que la era móvil demanda.
Análisis de la convocatoria electoral desde el punto de vista de los medios y la comunicación para Estrella Digital
Periodismo, medios e ideas | Journalism, media and ideas | Una mirada a los medios, los periodistas y las ideas de la sociedad de la información | A glimpse at the media, journalists and ideas in the information society
Friday, July 29, 2011
Thursday, July 28, 2011
La televisión pública se hunde
La crisis arrecia sobre las televisiones públicas. RTVE vive en la inestabilidad con un presidente cada mes y una financiación precaria. Las autonómicas pierden audiencia y publicidad y multiplican sus pérdidas. Con la mayoría del poder autonómico en manos del PP y CiU empeñada en recortes en los servicios públicos, la situación de las cadenas públicas vuelve a ser insostenible. Mientras Gobierno y Comunidades disputan quién aprieta más sus finanzas, la falta de consenso político vuelve a bloquear la solución a un modelo insostenible. Una gran burbuja producto de la ambición política.
En 2010 las televisiones públicas costaron 2.013 millones de euros a los españoles, 2.288,85 millones con la radio. Tras la pérdida de casi 500 millones de facturación publicitaria de TVE, las autonómicas solo recaudaron 247,5 millones (datos de la CMT), muy por debajo de su coste. La deuda de las autonómicas sigue engordando y los seis primeros meses de 2011 aumentan el desastre. Solo 116 millones de facturación publicitaria, un 21,9% menos que el año pasado y muy lejos de la caída media del 5,4% de las televisiones nacionales en abierto (cifras de Infoadex), con unos ingresos de 1.069 millones de euros.
El PP insiste en enviar mensajes por una privatización no permitida por la ley mientras bloquea RTVE y recupera a periodistas de cabecera para controlar un instrumento de propaganda cada vez menos eficiente. La audiencia de las autonómicas baja del 10% y solo en Cataluña, Galicia y Andalucía supera esa cuota. Telemadrid o la valenciana Canal 9 caen al 6% y el canal principal de ETB alcanza el 7,7%. El sector anuncia el hundimiento de la producción de programas para esos canales, que revenden derechos adquiridos en época de vacas gordas.
Es hora de un consenso sobre el servicio público en la era digital. Sin publicidad,
independiente de los partidos y con financiación transparente, más colaboración interterritorial y centrada en la información, la divulgación, la cultura y los contenidos que aseguren la pluralidad lingüística y social. El resto es propaganda.
Columna en los diarios de Vocento
En 2010 las televisiones públicas costaron 2.013 millones de euros a los españoles, 2.288,85 millones con la radio. Tras la pérdida de casi 500 millones de facturación publicitaria de TVE, las autonómicas solo recaudaron 247,5 millones (datos de la CMT), muy por debajo de su coste. La deuda de las autonómicas sigue engordando y los seis primeros meses de 2011 aumentan el desastre. Solo 116 millones de facturación publicitaria, un 21,9% menos que el año pasado y muy lejos de la caída media del 5,4% de las televisiones nacionales en abierto (cifras de Infoadex), con unos ingresos de 1.069 millones de euros.
El PP insiste en enviar mensajes por una privatización no permitida por la ley mientras bloquea RTVE y recupera a periodistas de cabecera para controlar un instrumento de propaganda cada vez menos eficiente. La audiencia de las autonómicas baja del 10% y solo en Cataluña, Galicia y Andalucía supera esa cuota. Telemadrid o la valenciana Canal 9 caen al 6% y el canal principal de ETB alcanza el 7,7%. El sector anuncia el hundimiento de la producción de programas para esos canales, que revenden derechos adquiridos en época de vacas gordas.
Es hora de un consenso sobre el servicio público en la era digital. Sin publicidad,
independiente de los partidos y con financiación transparente, más colaboración interterritorial y centrada en la información, la divulgación, la cultura y los contenidos que aseguren la pluralidad lingüística y social. El resto es propaganda.
Columna en los diarios de Vocento
Tuesday, July 26, 2011
RbCb, Rubalcaba se reinventa
Rubalcaba 2.0. El candidato socialista se reinventa. No tiene más remedio. No fue el portavoz y vicepresidente del Zapatero del consenso y las leyes sociales, sino el vicepresidente de la crisis y los recortes. Rubalcaba, reputado mago de la comunicación, el portavoz que llegó a responderse preguntas a sí mismo para no contestar a los periodistas, estrena versión 2.0. Las brasas del 15-M aún arden en Sol tras la marcha de los indignados y los dirigentes de la campaña socialista saben que es la hora de recuperar la democracia social en la era de las redes.
Columna completa en Estrella Digital
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Friday, July 22, 2011
Camps y Rajoy no responden
Francisco Camps dimite con gestos de ópera bufa. Un sacrificio en ofrenda por el bien del PP y de su líder Mariano Rajoy, siempre a la espera, dejando que las cosas pudrán con el tiempo y la ley de la gravedad política. Camps declama, censura las imágenes en directo de su comparecencia, y convierte su despedida en autoreivindicación y mítin de la larga precampaña que nos espera. Rajoy calla y dicta un comunicado. Los dos rechazan preguntas. Niegan a los medios y a los ciudadanos su derecho a la información, esencial para una democracia responsable.
Columna completa en Estrella Digital
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Thursday, July 21, 2011
Antídoto contra Murdoch digitales
El escándalo Murdoch y del diario sensacionalista 'News of The World' desnuda el compincheo entre prensa y política, los intereses del negocio de la televisión y el poder de los políticos para conceder licencias o permitir la concentración: BSkyB en Gran Bretaña o Mediaset en España. La convergencia digital trae otra amenaza: el poder de los dueños de las redes de telecomunicaciones y los magnates digitales. Limitarlos, ampliar la competencia, frenar los oligopolios, garantizar la neutralidad de internet y la tecnológica, y fortalecer los derechos de los usuarios es indispensable.
La discusión en el Congreso de la Ley de Telecomunicaciones es un momento clave para una sociedad de la información más libre, abierta y con futuro. España va retrasada en cibersociedad. Comentamos mucho e innovamos poco. El informe eEspaña nos sitúa de nuevo por debajo de la media europea. El recorte de fondos del Plan Avanza 2 se nota.
Años de subvenciones vuelven a demostrar que la política no es solo dinero. Falta un mercado competitivo y abierto, sin tanto oligopolio y barreras de entrada: licencias, costes legales y de derechos... Abrir el mercado y flexibilizar las leyes no para proteger a negocios obsoletos ni a los grandes de la industria, sino a los innovadores, a los nuevos negocios y a los usuarios, perjudicados con precios altos y falta de oferta. Solo se salva el móvil por la competencia.
La neutralidad de la red para evitar el control de los contenidos y servicios -de la telefonía por internet al audiovisual- por las grandes telecos, el acceso a internet como un derecho humano sin bloqueos (como defienden Naciones Unidas o la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) y la transparencia y agilidad en los contratos son esenciales.
También la flexibilización de los derechos de autor y plantearse un servicio público digital con acceso libre a todos los contenidos y servicios pagados con dinero público. Es hora de una política comprometida con los ciberciudadanos y menos dependiente de los intereses de magnates y grandes corporaciones, sean de los medios o de las telecomunicaciones.
Columna en los medios de Vocento
La discusión en el Congreso de la Ley de Telecomunicaciones es un momento clave para una sociedad de la información más libre, abierta y con futuro. España va retrasada en cibersociedad. Comentamos mucho e innovamos poco. El informe eEspaña nos sitúa de nuevo por debajo de la media europea. El recorte de fondos del Plan Avanza 2 se nota.
Años de subvenciones vuelven a demostrar que la política no es solo dinero. Falta un mercado competitivo y abierto, sin tanto oligopolio y barreras de entrada: licencias, costes legales y de derechos... Abrir el mercado y flexibilizar las leyes no para proteger a negocios obsoletos ni a los grandes de la industria, sino a los innovadores, a los nuevos negocios y a los usuarios, perjudicados con precios altos y falta de oferta. Solo se salva el móvil por la competencia.
La neutralidad de la red para evitar el control de los contenidos y servicios -de la telefonía por internet al audiovisual- por las grandes telecos, el acceso a internet como un derecho humano sin bloqueos (como defienden Naciones Unidas o la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa) y la transparencia y agilidad en los contratos son esenciales.
También la flexibilización de los derechos de autor y plantearse un servicio público digital con acceso libre a todos los contenidos y servicios pagados con dinero público. Es hora de una política comprometida con los ciberciudadanos y menos dependiente de los intereses de magnates y grandes corporaciones, sean de los medios o de las telecomunicaciones.
Columna en los medios de Vocento
Monday, July 18, 2011
Control ciudadano para la prensa
Regular la prensa. Vuelve la amenaza con el escándalo de Rupert Murdoch y su sensacionalista The News of the World. Todos los controles han fallado: los legales, los políticos, los policiales. Las oscuras relaciones entre prensa y poder desatan un coro de indignados reclamando control sobre los medios. La libertad de prensa corre el peligro de ser víctima de los abusos de unos pocos cuando el único filtro que no ha fallado es el del propio periodismo y la obstinación de The Guardian en perseguir el caso de las escuchas ilegales. ¿Es posible regular los medios para tener mejor periodismo?
A menudo, lo que sobra es control político mientras falta pluralismo, pero también una prensa y una audiencia críticas y combativas que vigilen y rechacen las malas prácticas y los abusos. Para lo demás están las mismas leyes que todo ciudadano, institución o empresa deben respetar. El resto es censura.
¿Y qué regular? La prensa no tiene regulación desde el final de la ley Fraga de 1966. Televisiones y radios siguen sometidas a las licencias y a limitaciones de publicidad y de programación en horario infantil. Pero el universo digital acaba con el poder nacional de los estados y rompe las barreras entre medios. Blogs, vídeo y redes sociales superan cualquier tipificación y límite entre medios periodísticos y ciudadanos cuando muchas personas reclaman el mismo acceso de los periodistas a la información.
Los indignados del 15-M protestaron contra todos los poderes, también contra los medios. Los políticos persisten siempre en el control de las televisiones: la pieza más codiciada es RTVE, el resto de las públicas suelen vivir bajo control con muy pocas excepciones. Cuando la crisis aprieta y crece la desconfianza ciudadana, los políticos se han atrevido a imponer cuotas hasta en los telediarios de las cadenas privadas. El Consejo Estatal de Medios Audiovisuales (CEMA) sigue innato pese a su alumbramiento en la Ley Audiovisual. Los partidos pelean por sus sillones y las televisiones presionan por sus intereses.
La censura existe y aparece en cada cabello de la hidra del poder. Las ruedas de prensa sin preguntas son ya una mala costumbre contra la que al fin han empezado a rebelarse periodistas y ciudadanos con el grito #sinpreguntasnocobertura. La Casa Real tiene una larga historia de frenos al periodismo y las grandes empresas no se privan de ejercer su poder.
En España no hay prensa sensacionalista declarada. Es un déficit de mercado, no una virtud. Pero el sensacionalismo inunda medios pretendidamente de calidad, que no se privan de sectarismo, la explotación de los sentimientos y las emociones, la intrusión en la intimidad y la vida privada, y la manipulación de la realidad. La mayoría de las televisiones han convertido la telerrealidad en un género que impregna noticias y entretenimiento. Todos incumplen una de las mejores definiciones del periodismo sensacionalista, la de Hugh Cudlipp, director del Daily Mirror y fundador de The Sun: “Sensacionalismo no es distorsionar la verdad. Es la vívida y dramática presentación de los hechos para lograr un fuerte impacto en la mente del lector”.
Los políticos británicos piden más regulación cuando ha fallado la Press Complaint Comission, el órgano de autorregulación de la prensa. Pero la mejor defensa contra el mal periodismo es buen periodismo y una ciudadanía crítica y exigente.
En el escándalo Murdoch aparece otro factor que siempre ha constituido una amenaza: la concentración, y el escándalo ha evitado la ampliación del control de la televisión BSkyB. De ese mal no estamos libres. El mercado de la televisión está en manos de Mediaset después de la absorción de Cuatro y forma con Telefónica un duopolio que controla la televisión en abierto y la de pago.
La concentración multimedia siempre ha sido una amenaza regulada en países como Estados Unidos, pero nunca en España. Cuando todos los medios son digitales, la expansión multimedia parece la única forma de garantizar la independencia económica, clave para que medios y diarios no dependan del poder político, como ocurre con muchos, especialmente locales.
La solución puede ser una trampa. La sufren ya grupos con licencias de TDT de dudosa viabilidad económica y que multiplican también la concentración de la opinión.
Medios fuertes e independientes, con limitaciones a la concentración, periodismo sobre el propio periodismo y control ciudadano, ahora que las redes e internet facilitan el seguimiento y las reacciones, son indispensables. Libertad y ciudadanía crítica, como nos enseñaron pensadores como Walter Lippmann o Jurgen Habermas, son la mejor regulación.
Análisis en Estrella Digital
A menudo, lo que sobra es control político mientras falta pluralismo, pero también una prensa y una audiencia críticas y combativas que vigilen y rechacen las malas prácticas y los abusos. Para lo demás están las mismas leyes que todo ciudadano, institución o empresa deben respetar. El resto es censura.
¿Y qué regular? La prensa no tiene regulación desde el final de la ley Fraga de 1966. Televisiones y radios siguen sometidas a las licencias y a limitaciones de publicidad y de programación en horario infantil. Pero el universo digital acaba con el poder nacional de los estados y rompe las barreras entre medios. Blogs, vídeo y redes sociales superan cualquier tipificación y límite entre medios periodísticos y ciudadanos cuando muchas personas reclaman el mismo acceso de los periodistas a la información.
Los indignados del 15-M protestaron contra todos los poderes, también contra los medios. Los políticos persisten siempre en el control de las televisiones: la pieza más codiciada es RTVE, el resto de las públicas suelen vivir bajo control con muy pocas excepciones. Cuando la crisis aprieta y crece la desconfianza ciudadana, los políticos se han atrevido a imponer cuotas hasta en los telediarios de las cadenas privadas. El Consejo Estatal de Medios Audiovisuales (CEMA) sigue innato pese a su alumbramiento en la Ley Audiovisual. Los partidos pelean por sus sillones y las televisiones presionan por sus intereses.
La censura existe y aparece en cada cabello de la hidra del poder. Las ruedas de prensa sin preguntas son ya una mala costumbre contra la que al fin han empezado a rebelarse periodistas y ciudadanos con el grito #sinpreguntasnocobertura. La Casa Real tiene una larga historia de frenos al periodismo y las grandes empresas no se privan de ejercer su poder.
En España no hay prensa sensacionalista declarada. Es un déficit de mercado, no una virtud. Pero el sensacionalismo inunda medios pretendidamente de calidad, que no se privan de sectarismo, la explotación de los sentimientos y las emociones, la intrusión en la intimidad y la vida privada, y la manipulación de la realidad. La mayoría de las televisiones han convertido la telerrealidad en un género que impregna noticias y entretenimiento. Todos incumplen una de las mejores definiciones del periodismo sensacionalista, la de Hugh Cudlipp, director del Daily Mirror y fundador de The Sun: “Sensacionalismo no es distorsionar la verdad. Es la vívida y dramática presentación de los hechos para lograr un fuerte impacto en la mente del lector”.
Los políticos británicos piden más regulación cuando ha fallado la Press Complaint Comission, el órgano de autorregulación de la prensa. Pero la mejor defensa contra el mal periodismo es buen periodismo y una ciudadanía crítica y exigente.
En el escándalo Murdoch aparece otro factor que siempre ha constituido una amenaza: la concentración, y el escándalo ha evitado la ampliación del control de la televisión BSkyB. De ese mal no estamos libres. El mercado de la televisión está en manos de Mediaset después de la absorción de Cuatro y forma con Telefónica un duopolio que controla la televisión en abierto y la de pago.
La concentración multimedia siempre ha sido una amenaza regulada en países como Estados Unidos, pero nunca en España. Cuando todos los medios son digitales, la expansión multimedia parece la única forma de garantizar la independencia económica, clave para que medios y diarios no dependan del poder político, como ocurre con muchos, especialmente locales.
La solución puede ser una trampa. La sufren ya grupos con licencias de TDT de dudosa viabilidad económica y que multiplican también la concentración de la opinión.
Medios fuertes e independientes, con limitaciones a la concentración, periodismo sobre el propio periodismo y control ciudadano, ahora que las redes e internet facilitan el seguimiento y las reacciones, son indispensables. Libertad y ciudadanía crítica, como nos enseñaron pensadores como Walter Lippmann o Jurgen Habermas, son la mejor regulación.
Análisis en Estrella Digital
Thursday, July 14, 2011
Contra el canon
El Congreso se une en un raro consenso para reformar el canon digital el día que una junta rectora de la SGAE intenta salvar la sociedad de gestión de derechos de autor tras la dimisión de su presidente Teddy Bautista por la investigación judicial por las irregularidades de su brazo digital. Son los estertores de un sistema que no funciona. Con los consumidores y parte de la industria digital indignados por canon injusto y con los autores intentando preservar una compensación por sus obras que no es equitativa, pese a lo que la ley dice, sino arbitraria y mal repartida.
El propósito del Congreso es reformar el canon, impuesto por la justicia europea sólo a particulares, "por otras fórmulas menos arbitrarias e indiscriminadas y, por tanto más justas y equitativas", según una proposición del PP apoyada por todos los grupos, incluido el socialista, a pesar de estar dominado por los contrarios a la eliminación de un impuesto privado e injusto.
Pero ni la junta de la SGAE, empeñada en enviar un mensaje de transparencia y democracia interna a sus socios, ni los defensores del canon pueden parar la realidad del fin de un sistema ineficiente, dominado por los grandes de la industria de contenidos y que intenta frenar el cambio tecnológico y de mercado. Los consumidores están hartos de pagar canon y precios altos. Los nuevos negocios de distribución y comercialización digital están frenados por licencias abusivas y un sistema complejo.
Europa defiende un mercado único, competencia entre gestoras y licencias más flexibles. Más simplicidad y facilidades para nuevos negocios como el streaming, tarifas planas para compartir contenidos y dejar que el mercado fije precios más asequibles para desincentivar el todo gratis. Podemos seguir sordos y ciegos, secuestrados por un sistema obsoleto y abusivo como la empecinada ministra de Cultura, o apostar por la innovación y que una economía innovadora y sostenible. O seguir pagando alcabalas apegados al unamoniano que inventen ellos.
Columna en los medios de Vocento
El propósito del Congreso es reformar el canon, impuesto por la justicia europea sólo a particulares, "por otras fórmulas menos arbitrarias e indiscriminadas y, por tanto más justas y equitativas", según una proposición del PP apoyada por todos los grupos, incluido el socialista, a pesar de estar dominado por los contrarios a la eliminación de un impuesto privado e injusto.
Pero ni la junta de la SGAE, empeñada en enviar un mensaje de transparencia y democracia interna a sus socios, ni los defensores del canon pueden parar la realidad del fin de un sistema ineficiente, dominado por los grandes de la industria de contenidos y que intenta frenar el cambio tecnológico y de mercado. Los consumidores están hartos de pagar canon y precios altos. Los nuevos negocios de distribución y comercialización digital están frenados por licencias abusivas y un sistema complejo.
Europa defiende un mercado único, competencia entre gestoras y licencias más flexibles. Más simplicidad y facilidades para nuevos negocios como el streaming, tarifas planas para compartir contenidos y dejar que el mercado fije precios más asequibles para desincentivar el todo gratis. Podemos seguir sordos y ciegos, secuestrados por un sistema obsoleto y abusivo como la empecinada ministra de Cultura, o apostar por la innovación y que una economía innovadora y sostenible. O seguir pagando alcabalas apegados al unamoniano que inventen ellos.
Columna en los medios de Vocento
Wednesday, July 13, 2011
La SGAE cambia para mantener su control
Teddy Bautista dimite como presidente de la SGAE. Ya era hora. El escándalo de la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE) y la investigación de la Audiencia Nacional por desvío de fondos, apropiación indebida y delito societario hacían imprescindible el relevo en la sociedad de gestión de derechos de autor. Una comisión rectora de la junta directiva asumirá la dirección bajo la presidencia de un gestor externo y una investigación por un jurista de prestigio. La junta promete también "reformas estatutarias pertinentes para garantizar la democracia y transparencia", una promesa tardía y un mensaje para tranquilizar a los socios sin responder de sus errores ante los ciudadanos que pagan los derechos de autor.
La oferta de la comisión rectora formada por Ernesto Caballero, Álvaro de Torres, Imanol Uribe, Víctor Manuel y Tomás Marco no recoge siquiera el decálogo para la renovación de la SGAE lanzado por el dimisionario Bautista. Una propuesta encaminada a apaciguar al ala del gobierno dispuesta a reformar las sociedades de gestión colectiva de derechos y la propiedad intelectual en línea con las tesis de la Comisión Europea.
Columna completa en Estrella Digital
La oferta de la comisión rectora formada por Ernesto Caballero, Álvaro de Torres, Imanol Uribe, Víctor Manuel y Tomás Marco no recoge siquiera el decálogo para la renovación de la SGAE lanzado por el dimisionario Bautista. Una propuesta encaminada a apaciguar al ala del gobierno dispuesta a reformar las sociedades de gestión colectiva de derechos y la propiedad intelectual en línea con las tesis de la Comisión Europea.
Columna completa en Estrella Digital
Sunday, July 10, 2011
El escándalo Murdoch y nosotros
“Defiendo la prensa libre, son los diarios lo que no soporto”. Las palabras del dramaturgo Tom Stoppard son buen resumen de lo que británicos y ciudadanos de todo el mundo sienten al conocer el escándalo de las escuchas ilegales de The News of the World (NotW). Su caída puede anunciar la de Rupert Murdoch, el último magnate.
En el cierre del segundo periódico en difusión de Gran Bretaña, con 2,6 millones vendidos cada domingo, se oculta el exceso de poder de la prensa sensacionalista, el cambio de la industria de los medios, la necesidad de News Corporation de salvar su televisión de pago BSkyB –en proceso de hacerse con el 61% del capital frente al 39% actual-, las estrechas relaciones entre prensa y política de las que Murdoch ha sido maestro de muñidores, y los lazos y ambiciones dentro del clan de la familia más poderosa de los medios, empeñada en salvar a James Murdoch y a Rebekah Brooks, ex directora del dominical y mano derecha del dueño de News Corporation.
Un escándalo que deja enseñanzas y sospechas sobre los medios, la política y sus relaciones no sólo en Gran Bretaña. Aquí hace tiempo que no tenemos prensa amarilla, pero sus mañas, sin llegar al atrevimiento de NotW, están ocupadas por medios que bajo la apariencia de calidad informativa mantienen relaciones con los políticos, la policía y los poderes económicos que emulan la maestría del viejo Murdoch.
Columna en Estrella Digital
En el cierre del segundo periódico en difusión de Gran Bretaña, con 2,6 millones vendidos cada domingo, se oculta el exceso de poder de la prensa sensacionalista, el cambio de la industria de los medios, la necesidad de News Corporation de salvar su televisión de pago BSkyB –en proceso de hacerse con el 61% del capital frente al 39% actual-, las estrechas relaciones entre prensa y política de las que Murdoch ha sido maestro de muñidores, y los lazos y ambiciones dentro del clan de la familia más poderosa de los medios, empeñada en salvar a James Murdoch y a Rebekah Brooks, ex directora del dominical y mano derecha del dueño de News Corporation.
Un escándalo que deja enseñanzas y sospechas sobre los medios, la política y sus relaciones no sólo en Gran Bretaña. Aquí hace tiempo que no tenemos prensa amarilla, pero sus mañas, sin llegar al atrevimiento de NotW, están ocupadas por medios que bajo la apariencia de calidad informativa mantienen relaciones con los políticos, la policía y los poderes económicos que emulan la maestría del viejo Murdoch.
Columna en Estrella Digital
Thursday, July 07, 2011
Oliart deja RTVE a la deriva
La dimisión de Alberto Oliart deja a RTVE con las peores incertidumbres y con amenazas económicas, políticas y de modelo. Con la gran incógnita de si será posible mantener una radiotelevisión pública independiente y ajustada a un presupuesto limitado por la falta de publicidad y los recortes de la crisis. El presidente de la radiotelevisión pública dimite acosado por viejos males que muestran el delicado futuro de RTVE y los intereses que la acechan: pugna por el dominio en la televisión, indefinición de modelo de servicio público, financiación insostenible y presión política.
Análisis completo en Estrella Digital
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Piratas en la SGAE
El entramado pirata de la SGAE tiene su centro en la sDae, la Sociedad Digital de Autores y Editores. Ironía digital: los piratas estaban en casa. Teddy Bautista y su socio Rodríguez Neri tienen mucho que explicar ante el juez, los autores y los ciudadanos. Sólo unos pocos como Luis Cobo se atrevieron a denunciar la trama del poder acumulado por el presidente y sus cómplices.
El Ministerio de Cultura se embanderó en la ley Sinde, abandonó su deber de control y desoyó los reclamos de algunos socios, la Comisión de la Competencia, expertos y ciudadanos. Cultura ha apoyado siempre a la SGAE, no sólo a favor de una concepción monolítica de los derechos de autor, contra las descargas o con un canon digital injusto, como ha sentenciado Europa, sino también contra empresas e instituciones obligadas a aceptar las decisiones unilaterales de la sociedad de gestión en un mercado férreo, con licencias caras e inservibles para los nuevos negocios digitales.
A través de las subvenciones, el control de los derechos de autor y el respaldo de Cultura e Industria, la SGAE ha construido un poder absoluto. Con un sistema de reparto y elección de representantes nepotista, sin vías eficientes de reclamación ni arbitraje para los ciudadanos o una industria atónita ante una gestora que dificultaba el negocio ajeno mientras lo explotaba en beneficio de unos pocos.
La reivindicación de los derechos de autor justifica todo y ha creado una burbuja donde los cientos de millones anuales de recaudación repartidos con gran opacidad han sido la tapadera. El coro de Bautista no ha dejado de entonar el salmo de su defensa con el conjuro mágico de la palabra cultura.
Ese poder absoluto, falto de control, ha topado con la justicia como hace unos meses chocó con la sentencia contra el canon y con la Comisión Europea, defensora de un mercado único de derechos con competencia entre gestoras y de licencias adecuadas para los nuevos medios. La cultura, sus creadores, los consumidores y las arcas públicas, saqueados por sus más fieros defensores. Un libreto digno de una tragedia clásica.
Columna en los diarios de Vocento
El Ministerio de Cultura se embanderó en la ley Sinde, abandonó su deber de control y desoyó los reclamos de algunos socios, la Comisión de la Competencia, expertos y ciudadanos. Cultura ha apoyado siempre a la SGAE, no sólo a favor de una concepción monolítica de los derechos de autor, contra las descargas o con un canon digital injusto, como ha sentenciado Europa, sino también contra empresas e instituciones obligadas a aceptar las decisiones unilaterales de la sociedad de gestión en un mercado férreo, con licencias caras e inservibles para los nuevos negocios digitales.
A través de las subvenciones, el control de los derechos de autor y el respaldo de Cultura e Industria, la SGAE ha construido un poder absoluto. Con un sistema de reparto y elección de representantes nepotista, sin vías eficientes de reclamación ni arbitraje para los ciudadanos o una industria atónita ante una gestora que dificultaba el negocio ajeno mientras lo explotaba en beneficio de unos pocos.
La reivindicación de los derechos de autor justifica todo y ha creado una burbuja donde los cientos de millones anuales de recaudación repartidos con gran opacidad han sido la tapadera. El coro de Bautista no ha dejado de entonar el salmo de su defensa con el conjuro mágico de la palabra cultura.
Ese poder absoluto, falto de control, ha topado con la justicia como hace unos meses chocó con la sentencia contra el canon y con la Comisión Europea, defensora de un mercado único de derechos con competencia entre gestoras y de licencias adecuadas para los nuevos medios. La cultura, sus creadores, los consumidores y las arcas públicas, saqueados por sus más fieros defensores. Un libreto digno de una tragedia clásica.
Columna en los diarios de Vocento
Monday, July 04, 2011
La crisis acelera la migración digital
La crisis continúa apretando sus garras sobre los medios tradicionales. El revuelto panorama económico, especialmente en la zona euro, y la falta de expectativas de la economía española vuelven a derrumbar a los panelistas de Zenthinela en el pesimismo. La encuesta dirigida por Eduardo Madinaveitia cifra en un 2% la posible caída en inversión publicitaria este año si continúan los malos datos y podría agravarse hasta el 5 o 6%.
Los diarios vuelven a ser los grandes perjudicados, como ya se ha visto en las cifras del primer trimestre (-10,2%, según Infoadex) y cuando en el sector se presume que el segundo ha sido todavía peor, lo mismo que en televisión.
Los medios digitales confirman su carácter de refugio de la publicidad en busca de atención del consumidor, retorno de la inversión y un equilibrio mayor entre la medición de las campañas y los precios pagados.
Internet aumenta en el panel de junio su crecimiento hasta el 15,9%, en línea con los datos del primer trimestre (18,5% de crecimiento, según Infoadex).
Las redes sociales y el vídeo son los principales motores. Zenthinela estima la inversión total para redes en 27,8 millones de euros para el total del año, y el vídeo alcanzaría los 14,4 millones a final de 2011. La publicidad en blogs llegaría a los 10,6 millones de euros. En ambos casos, crecimientos de un 29% respecto a 2010. Los móviles crecen un 12,3%. Cifras todavía pequeñas pero con una tendencia muy fuerte.
Los diarios, gratuitos y de pago, evidencian que la crisis es el fin de su era y que la prensa necesita una reingeniería integral de su negocio. La previsión de caída vuelve a superar el diez por ciento, claro reflejo de las cifras de inversión de los primeros meses del año, y se desvanece la confianza en una recuperación.
Cuando la economía vuelva a remontar, el escenario de difusión y negocio para los diarios será completamente diferente al de épocas anteriores.
La segunda oleada de EGM de este año ha vuelto a situar a los diarios en menos de 15 millones de lectores (14,84 mill.), superados ya por los 16,4 millones de ususarios de internet, y por debajo del 38% de audiencia.
Cifras de hace diez años que retrotaern a los periódicos a magnitudes anteriores a las del crecimiento de los primeros años del siglo. Pero ahora con más soportes competidores y con ofertas publicitarias con las que no pueden competir si no innovan en sus propuestas a los anunciantes, tanto en papel como en web.
La televisión también acelera su migración de los canales generalistas a los temáticos. Las estimaciones de Zenthinela muestran un aumento de confianza en los temáticos en abierto (crecimiento del 4%) frente a una nueva caída de los generalistas (-2,7%) y el estancamiento de los de pago.
Otro calco de las cifras de los primeros meses del año. En el primer trimestre la televisión creció un 0,9% con un crecimiento del 3,6% de las cadenas en abierto y una caída del 19,6% en las autonómicas.
Mediaset acaba de anunciar la pauta única en FdF, LaSiete y Divinity para fortalecer la oferta temática con un paquete atractivo a los anunciantes mientras sus canales de más audiencia -Telecinco, Cuatro y Boing- continuarán con publicidad independiente. Una doble estrategia para fortalecer un liderazgo que ya excede los límites legales de las fusiones sin que el Ministerio de Industria se pronuncie ante el retraso del CEMA, el regulador audiovisual todavía no constituido.
Los diarios vuelven a ser los grandes perjudicados, como ya se ha visto en las cifras del primer trimestre (-10,2%, según Infoadex) y cuando en el sector se presume que el segundo ha sido todavía peor, lo mismo que en televisión.
Los medios digitales confirman su carácter de refugio de la publicidad en busca de atención del consumidor, retorno de la inversión y un equilibrio mayor entre la medición de las campañas y los precios pagados.
Internet aumenta en el panel de junio su crecimiento hasta el 15,9%, en línea con los datos del primer trimestre (18,5% de crecimiento, según Infoadex).
Las redes sociales y el vídeo son los principales motores. Zenthinela estima la inversión total para redes en 27,8 millones de euros para el total del año, y el vídeo alcanzaría los 14,4 millones a final de 2011. La publicidad en blogs llegaría a los 10,6 millones de euros. En ambos casos, crecimientos de un 29% respecto a 2010. Los móviles crecen un 12,3%. Cifras todavía pequeñas pero con una tendencia muy fuerte.
Los diarios, gratuitos y de pago, evidencian que la crisis es el fin de su era y que la prensa necesita una reingeniería integral de su negocio. La previsión de caída vuelve a superar el diez por ciento, claro reflejo de las cifras de inversión de los primeros meses del año, y se desvanece la confianza en una recuperación.
Cuando la economía vuelva a remontar, el escenario de difusión y negocio para los diarios será completamente diferente al de épocas anteriores.
La segunda oleada de EGM de este año ha vuelto a situar a los diarios en menos de 15 millones de lectores (14,84 mill.), superados ya por los 16,4 millones de ususarios de internet, y por debajo del 38% de audiencia.
Cifras de hace diez años que retrotaern a los periódicos a magnitudes anteriores a las del crecimiento de los primeros años del siglo. Pero ahora con más soportes competidores y con ofertas publicitarias con las que no pueden competir si no innovan en sus propuestas a los anunciantes, tanto en papel como en web.
La televisión también acelera su migración de los canales generalistas a los temáticos. Las estimaciones de Zenthinela muestran un aumento de confianza en los temáticos en abierto (crecimiento del 4%) frente a una nueva caída de los generalistas (-2,7%) y el estancamiento de los de pago.
Otro calco de las cifras de los primeros meses del año. En el primer trimestre la televisión creció un 0,9% con un crecimiento del 3,6% de las cadenas en abierto y una caída del 19,6% en las autonómicas.
Mediaset acaba de anunciar la pauta única en FdF, LaSiete y Divinity para fortalecer la oferta temática con un paquete atractivo a los anunciantes mientras sus canales de más audiencia -Telecinco, Cuatro y Boing- continuarán con publicidad independiente. Una doble estrategia para fortalecer un liderazgo que ya excede los límites legales de las fusiones sin que el Ministerio de Industria se pronuncie ante el retraso del CEMA, el regulador audiovisual todavía no constituido.
Saturday, July 02, 2011
SGAE, la hora de la reforma
El gran inquisidor está bajo sospecha. Teddy Bautista, presidente de la SGAE a punto de ser reelegido tras un proceso electoral diseñado para sostener su poder, ha sido detenido con algunos de sus colaboradores más cercanos. Son responsables de un gran entramado de sociedades y negocios investigados por la Fiscalía Anticorrupción y alimentados durante mucho tiempo por abundantes subvenciones públicas y la ceguera del Ministerio de Cultura. Siempre del lado de Bautista y sus proyectos contra las protestas de empresas, instituciones o incluso otras sociedades de gestión colectiva de derechos a las que la SGAE ha ido dominando.
La SGAE no puede tener ánimo de lucro. Sus actividades deben ser en defensa de los derechos de autor y con la función social de proteger la propiedad intelectual y la cultura. Bajo ese mandato Bautista ha instaurado un régimen del terror poniendo bajo sospecha de piratería a todos los ciudadanos, exprimiendo a los pagadores de licencias y convirtiendo a esta sociedad de derechos de autor en un monopolio y en uno de los lobbies más poderosos. La Comisión Nacional de la Competencia, las televisiones y radios privadas -las mayores pagadoras de derechos-, ciudadanos, ayuntamientos e internautas se han cansado de reclamar transparencia y equidad sin éxito.
Si la investigación demuestra la veracidad de las sospechas de la Fiscalía, Bautista y sus colaboradores serán los mayores piratas. Quienes más se habrán beneficiado de los derechos de los autores, pero también de los altos precios que los ciudadanos pagamos por los productos culturales y de la implantación abusiva e indiscriminada de un canon digital injusto.
La investigación sobre el lado oculto de la SGAE y sus actividades empresariales a través de la Fundación Autor, Arteria, la Sociedad Digital de Autores y Editores (sDae) y la empresa Microgénesis debe aclarar los magnánimos salarios y fondos de la gestora y su entramado, como la jubilación de oro prevista para Bautista, de más de 300.000 euros al año.
Además de los cuantiosos fondos de SGAE, con una recaudación de 365 millones de euros el año pasado, la gestora nunca ha dejado de reclamar dinero público -para apoyar la cultura, dicen- para sus proyectos. Algunos deficitarios y otros que exceden sus atribuciones. Peor, compiten con empresas a las que fija unilateralmente y cobra con exigencia incontestable las licencias de las obras, repetidamente denunciadas como entre las más caras de Europa.
Esa posición de abuso ha retrasado la aparición de nuevos modelos de negocio de contenidos, especialmente audiovisuales y musicales. Junto a Cedro, la sociedad de gestión de autores y editores de libros, ha construido una muralla contra el crecimiento de la música y el cine en internet o los ebooks.
El gobierno vuelve a tener una oportunidad de acabar con la sospecha y el abuso, acelerar la reforma de las entidades de gestión de derechos de autor defendida por la Comisión Europea, gobiernos como el británico, la Comisión de la Competencia y los creadores de nuevos negocios de contenidos digitales.
La sospecha sobre la SGAE se extiende sobre el Ministerio de Cultura, encargado de la vigilancia y auditoría de las sociedades de gestión de derechos de autor. La ceguera y falta de celo en esa vigilancia de sus dos comisiones de propiedad intelectual supone una dejación de funciones en defensa de los autores, los ciudadanos y la creación.
Está pendiente la reforma del canon digital tras la sentencia europea contra su cobro a instituciones y empresas. La Comisión Europea y muchos expertos defienden una reforma de las sociedades de gestión para hacerlas más transparentes y limitar su monopolio por sectores, crear licencias europeas y para nuevos negocios digitales, recuperar las obras huérfanas para el dominio público, y simplificar la gestión para aumentar el mercado y no desanimar a los emprendedores.
Crear una agencia pública para la propiedad intelectual y el canon digital mejoraría y haría más transparente y ecuánime su reparto entre sociedades, autores y promoción cultural, además de arbitrar en conflictos y ser más ágil en la creación de nuevas licencias de contenidos. Es hora de dar un paso adelante, por la cultura y los derechos, tanto de los autores como del resto de ciudadanos.
Get on your knees, baby, and pray, pray, pray (Ponte de rodillas y ruega) no por tu amor, Teddy, como decía su canción más famosa en los años 60, sino por una justicia que, como tantas veces, los poderosos como el presidente de la SGAE no han respetado para las víctimas de sus abusos.
Análisis para Estrella Digital
La SGAE no puede tener ánimo de lucro. Sus actividades deben ser en defensa de los derechos de autor y con la función social de proteger la propiedad intelectual y la cultura. Bajo ese mandato Bautista ha instaurado un régimen del terror poniendo bajo sospecha de piratería a todos los ciudadanos, exprimiendo a los pagadores de licencias y convirtiendo a esta sociedad de derechos de autor en un monopolio y en uno de los lobbies más poderosos. La Comisión Nacional de la Competencia, las televisiones y radios privadas -las mayores pagadoras de derechos-, ciudadanos, ayuntamientos e internautas se han cansado de reclamar transparencia y equidad sin éxito.
Si la investigación demuestra la veracidad de las sospechas de la Fiscalía, Bautista y sus colaboradores serán los mayores piratas. Quienes más se habrán beneficiado de los derechos de los autores, pero también de los altos precios que los ciudadanos pagamos por los productos culturales y de la implantación abusiva e indiscriminada de un canon digital injusto.
La investigación sobre el lado oculto de la SGAE y sus actividades empresariales a través de la Fundación Autor, Arteria, la Sociedad Digital de Autores y Editores (sDae) y la empresa Microgénesis debe aclarar los magnánimos salarios y fondos de la gestora y su entramado, como la jubilación de oro prevista para Bautista, de más de 300.000 euros al año.
Además de los cuantiosos fondos de SGAE, con una recaudación de 365 millones de euros el año pasado, la gestora nunca ha dejado de reclamar dinero público -para apoyar la cultura, dicen- para sus proyectos. Algunos deficitarios y otros que exceden sus atribuciones. Peor, compiten con empresas a las que fija unilateralmente y cobra con exigencia incontestable las licencias de las obras, repetidamente denunciadas como entre las más caras de Europa.
Esa posición de abuso ha retrasado la aparición de nuevos modelos de negocio de contenidos, especialmente audiovisuales y musicales. Junto a Cedro, la sociedad de gestión de autores y editores de libros, ha construido una muralla contra el crecimiento de la música y el cine en internet o los ebooks.
El gobierno vuelve a tener una oportunidad de acabar con la sospecha y el abuso, acelerar la reforma de las entidades de gestión de derechos de autor defendida por la Comisión Europea, gobiernos como el británico, la Comisión de la Competencia y los creadores de nuevos negocios de contenidos digitales.
La sospecha sobre la SGAE se extiende sobre el Ministerio de Cultura, encargado de la vigilancia y auditoría de las sociedades de gestión de derechos de autor. La ceguera y falta de celo en esa vigilancia de sus dos comisiones de propiedad intelectual supone una dejación de funciones en defensa de los autores, los ciudadanos y la creación.
Está pendiente la reforma del canon digital tras la sentencia europea contra su cobro a instituciones y empresas. La Comisión Europea y muchos expertos defienden una reforma de las sociedades de gestión para hacerlas más transparentes y limitar su monopolio por sectores, crear licencias europeas y para nuevos negocios digitales, recuperar las obras huérfanas para el dominio público, y simplificar la gestión para aumentar el mercado y no desanimar a los emprendedores.
Crear una agencia pública para la propiedad intelectual y el canon digital mejoraría y haría más transparente y ecuánime su reparto entre sociedades, autores y promoción cultural, además de arbitrar en conflictos y ser más ágil en la creación de nuevas licencias de contenidos. Es hora de dar un paso adelante, por la cultura y los derechos, tanto de los autores como del resto de ciudadanos.
Get on your knees, baby, and pray, pray, pray (Ponte de rodillas y ruega) no por tu amor, Teddy, como decía su canción más famosa en los años 60, sino por una justicia que, como tantas veces, los poderosos como el presidente de la SGAE no han respetado para las víctimas de sus abusos.
Análisis para Estrella Digital
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