Los excesivos precios de la telefonía, sobre todo los móviles, la nueva Ley Audiovisual y la financiación de RTVE con cargo a las telecomunicaciones preocupan a la Comisión Europea. El Informe sobre el Mercado Único Europeo de Comunicaciones Electrónicas vuelve a denunciar el poder del ex monopolio Telefónica, la obsesión política con la televisión, la confusión de leyes y normas, y la lentitud en el crecimiento de la banda ancha, móvil y fija, como los principales problemas en la sociedad de la información.
La Comisión está preocupada por las trabas de los estados y los antiguos monopolios a un mercado único de telecomunicaciones más competitivo, barato y con mejores servicios.
En su informe sobre España, la Comisión pone el acento en los cambios legislativos y en la regulación del último año para denunciar la confusión entre las competencias del gobierno, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) y las administraciones locales y autonómicas. Un escenario con demasiadas normas y pegas para el despliegue de nuevas redes y servicios.
Europa calcula en 44.200 millones el sector de las comunicaciones en España en 2008, estable respecto a años anteriores.
La banda ancha sigue siendo una de las debilidades principales. Una penetración del 21,5% en enero de 2010, por debajo de la media europea del 24,8% y con menor crecimiento. En los últimos meses se ha superado la barrera de los diez millones de líneas de banda ancha, en gran parte por las ofertas de portabilidad fija gracias a una mayor competencia en el mercado.
La banda ancha móvil está en un 3,8%, muy por debajo del 5,2% europeo o de países como Reino Unido en Italia, con casi el 7%. Y muy alejada del 17% de Finlandia o el 16,1% de Portugal.
El consumidor prefiere los paquetes de servicios -internet, telefonía fija, televisión y móvil cuando es posible-, con un 19,2% de la población abonada a estas paquetes. La falta de un desarrollo mayor de la televisión por internet (IPTV), en sólo un 4,3% de los hogares, y de la oferta de cable es uno de los problemas para el aumento de la penetración de la internet de alta velocidad. Sólo dos millones de hogares cuentan con paquetes de banda ancha e internet, según las últimas cifras de la CMT.
El despliegue universal de la TDT y la falta de más ofertas alternativas competitivas han ralentizado ese crecimiento.
Pero la televisión no sólo perjudica a la banda ancha. La financiación de RTVE alarma a la Comisión con las nuevas tasas para las operadoras de telecomunicaciones de un 0,9% de su facturación, el 1,5% para las plataformas de pago y otro 3% para las televisiones. Bruselas recuerda que tiene bajo investigación la nueva financiación de la televisión estatal.
El informe incide en la falta de previsión y de consenso con el sector para imponer una norma que debería haber minimizado el impacto en el mercado de televisión, tanto de proveedores como de contenidos y publicidad.
La Comisión también está preocupada por la nueva Ley Audiovisual y la colisión del Consejo Estatal de Medios Audiovisuales con la CMT. Europa se inclina por una autoridad de telecomunicaciones y audiovisual convergente, despreciada por intereses políticos.
En el terreno de los derechos de los usuarios de telecomunicaciones no hay menciones ni al asalto a la neutralidad de la red ni a la nueva legislación para impedir las descargas. Se valora la Carta de Derechos del Usuario de Telecomunicaciones, pero se pide más transparencia en las tarifas, más competencia y precios más bajos.
La portabilidad fija es grande -más de 440.000 números en el primer trimestre de 2010- y el período de cambio es de cinco días, por debajo de los 6,5 de media europea.
Pero los precios son el peor perjuicio para el consumidor. En 2008 el precio por minuto de llamada de voz en móvil era de 17 céntimos frente a un promedio europeo de 13. Incluso con los últimos datos de la CMT, el precio de 15 céntimos en diciembre de 20099 seguiría siendo excesivo.