La Comisión Nacional de la Competencia ha abierto dos expedientes sancionadores contra Prisa, Vocento, Godó y Zeta por acuerdos publicitarios "entre competidores, que afectarían a la comercialización de publicidad en prensa escrita, y que contienen, entre otros, posibles pactos de fijación de tarifas y descuentos, obligación de comercialización conjunta de espacios publicitarios, intercambio de los precios aplicados de forma individual por cada editor, y reparto de mercados".
Una investigación contra los pactos de los grandes grupos de prensa para mantener la rentabilidad de sus productos.
El expediente contra Vocento y Godó se centra en los dominicales XL Semanal y Magazine. A Prisa y Zeta se les investiga por sus acuerdos de comercialización publicitaria.
Es la reacción de Competencia contra la lucha de los grupos de prensa por ser competitivos publicitariamente contra las televisiones nacionales y los grandes comercializadores de internet como Google.
La prensa ha sentido estos años la necesidad de pactos y concentración para defenderse en un mercado publicitario obsesionado por el tamaño a pesar de los discursos de la segmentación.
La tendencia ha sido ineludible en los mercados de prensa generalista, donde la segmentación es mínima. La mayoría de los diarios han firmado pactos y alianzas de comercialización conjunta delimitados por áreas de difusión. Les empuja la necesidad de competir en precio, penetración y rentabilidad publicitaria contra dos grandes mercados globales y nacionales: el de la televisión y el de internet, poco regulados y donde la concentración es la norma.
Ambos se dividen entre una alta concentración en el vértice superior del mercado, donde se concentra la inversión publicitaria, y una enorme fragmentación en su base, que se reparte el mercado más segmentado.
Al contrario de los dos anteriores, la prensa ha tenido siempre una fuerte división entre los mercados local y nacional a pesar de que hace años que los grandes grupos con implantación local como Vocento o Zeta comercializan publicidad de forma conjunta para muchos medios.
Habrá que esperar a la resolución de Competencia. Si falla en contra de los grupos de prensa debería actuar también en los dos grandes mercados de televisión e internet, donde la concentración es creciente a pesar del aumento de cadenas con la TDT y de las posibilidades locales de la comercialización de internet.
Un mercado más abierto y con mayor competencia es imprescindible para los nuevos medios y para garantizar la pluralidad y los derechos del público, pero los principios que lo rigen deberían ser similares para todos los medios, ahora que todos son multimedia gracias a la convergencia. E ineludible cuando las restricciones para la concentración multimedia en España son inexistentes y sólo hay restricciones horizontales en mercados regulados como la televisión.