La música es móvil. Desde el lanzamiento del iPod en 2001 la música viaja en el bolsillo. Pero la capacidad casi universal de reproducción en los móviles no ha conseguido ampliar el mercado de la música todo lo que se espera.
Los usuarios quieren disponer de su música en todos sus aparatos por mucho que la industria se resista y pretenda imponer nuevos modelos de negocio con discriminación por equipo de consumo o pago por oír (streaming).
Casi un tercio de los usuarios españoles escuchan música en el móvil, según datos de comScore. Una proporción mayor que en el resto de Europa, donde la media no llega a una cuarta parte.
Y en todos los casos, la música se baja mayoritariamente al ordenador: 20,3% en Europa, 26% en España. Las descargas en el PC multiplican más de diez veces el mercado de música en el móvil.
Un mercado dominado por los tonos e incipiente en el resto, con una media de 1,9% de los usuarios que han descargado música directamente al móvil, sólo el 1,6% en España, el porcentaje más bajo entre los países estudiados.
Por descargas se recaudaron en 2008 el 44,5% de los derechos de la música online. La telefonía móvil, los tonos, es un tercio del total y el streaming pasó de un 2,9% en 2008 a un 8,3% en 2008.
En España, el mercado de la música digital creció un 10,6% en 2009, empujado por las descargas de pago, dominada por iTunes. La música digital pasó de un 12% del mercado en 2008 a un 15,3% el año pasado, según los datos de Promusicae, frente a una caída del mercado físico del 18%.
Sin embargo, en ambos casos el mercado de los tonos ha comenzado a caer: un 17% en España y un 13% en Gran Bretaña, según cifras del sector.
Los usuarios de música en el móvil crecieron un 38% en España hasta superar el medio millón de personas, 62% en Europa (4,2 millones de usuarios, sobre todo en Alemania e Italia) en el último año, un reflejo del crecimiento del uso de smartphones, aplicaciones y servicos de streaming como Spotify, que apuestan al móvil como uno de los pilares de su negocio de pago.
Los datos refuerzan algunos rasgos clave del mercado en anteriores años a pesar del crecimiento de la oferta de contenidos y de la mejora de los reproductores y sus posibilidades.
Los usuarios quieren escuchar su música en todos sus equipos. Rechazan las restricciones a la copia privada y para compartir su catálogo en las diferentes plataformas y aparatos.
La música de pago en el móvil todavía es un mercado muy incipiente. En la mayoría de los casos aún no se ha aceptado el modelo de pagar por oír la música (streaming) y se prefieren las descargas.
El aficionado a la música prefiere la copia. La mayoría de los usuarios de música online prefieren descargar los archivos o copiarlos de los CD a sus equipos en lugar de depender de un servicio.
Una costumbre sostenida además por las ofertas de CD de bajo precio en las grandes superficies, a menudo más baratas que las ofertas online.
Apegados al catálogo. Desconfianza sobre los nuevos servicios de streaming y su sostenibilidad. Muchos usuarios no se fían de la permanencia de los servicios y de su disponibilidad futura.
Mejor música en las manos que en la nube. Los datos indican por qué los grandes dominadores del mercado musical tradicional no se dan prisa en ampliar la oferta de música en la nube. Los usuarios no consideran desechable la música y quieren estar seguros de que la poseen. Están tan apegados a la propiedad de su catálogo como los músicos y discográficas a su propiedad intelectual y derechos de autor.
Escuchar gratis y poseer la música preferida. El criterio P2P se emplea para enfrentarse a un mercado musical saturado e inabarcable. Sobre todo cuando además la radio musical no representa los gustos de muchos usuarios, disconformes con una oferta comercial estrecha y poco variada. El P2P y el streaming gratuito se emplean para elegir la música, que en muchos casos después se compra o se acude a los conciertos de los músicos preferidos.
La diferencia entre música apta sólo para consumo gratis y la considerada más valiosa, donde aumenta la fidelidad y el atractivo de la compra de formatos enriquecidos (iTunes LP a ediciones de lujo) se agranda y reduce un mercado artificialmente hinchado.