La ciencia y sus beneficios para la humanidad están amenazados por una regulación de propiedad intelectual y patentes inadecuada y compleja, que ahoga la investigación y comercializa el saber. Los principios que impulsaron el fortalecimiento de la propiedad intelectual para defender la ciencia son ahora un freno en muchos casos y alejan la investigación del bien público. Es la conclusión del Manifiesto de Manchester titulado ¿Quién es dueño de la ciencia? e impulsado por los premios nobel John Sulston y Joseph Stiglitz.
El manifiesto se ha presentado en la Royal Society de Londres al hilo de la discusión sobre la vida sintética lograda por Craig Venter y su equipo.
Los científicos firmantes del manifiesto creen que los métodos actuales para gestionar la ciencia y la investigación olvidan a menudo el bien público, ahogan la investigación y tiene efectos adversos para la ciudadanía.
Por lo que proponen que la información científica "debe permanecer disponible para la ciencia y esto depende de la comunicación y difusión abierta de la información", de forma que se "añada al cuerpo de conocimiento e inteligencia de la que depende el progreso de la humanidad".
El Manifiesto de Manchester defiende el progreso y la ciencia como bien público. Un recordatorio fundamental del dominio público y los procomunes con sus tres grandes dominios: la naturaleza, lo social y la cultura.
El manifiesto vuelve sobre una idea clásica imprescindible: todos los participantes y creadores de un proceso común como la ciencia, la cultura y el conocimiento, son accionistas de su capital intelectual, y por tanto deben tener acceso al conocimiento necesario para su enriquecimiento y desarrollo.
En los procomunes la propia sociedad es el objetivo fundamental de la ciencia y uno de sus mayores accionistas por los recursos económicos, intelectuales, legales y morales que le dedica.
Una visión abierta y progresista de la ciencia.
Una orientación al bien común que Craig Venter y Daniel Gibson parecen compartir cuando en un artículo en The Wall Street Journal afirman que "la genética sintética puede ofrecer una solución" a los problemas para proveer de recursos a los 6.800 millones de habitantes del planeta.
Pero la senda elegida es distinta a la defendida por el manifiesto. Sus firmantes llaman la atención sobre que "no es sólo el sistema de propiedad intelectual el que restringe la participación en la innovación: también a menudo faltan estrategias para promover la comunicación abierta, la participación en la investigación y para compartir la información y los productos que resultan de la ciencia y la innovación".
El Manifiesto de Manchester propone varios principios y nuevos modelos de innovación para aumentar el progreso científico y su rentabilidad social.
Un documento imprescindible en un debate abierto.
The ManChester Manifesto