"Un diario que opta por lo esencial, prefiriendo la jerarquía de la información a la confusión de la exhaustividad", dice su director, Eric Fottorino, para justificar que el diario se aprieta, como han hecho ya The New York Times y otros, y comienza a aplicar algunas fórmulas que otros diarios en todo el mundo están estudiando o ya aplican:
- apostar por la edición de fin de semana, con más páginas, contenido y suplementos, y
- rebajar páginas y secciones los días laborables;
- multiproducto: reforzar suplementos para segmentos especializados, en el caso de Le Monde, economía además de tecnología y medios;
- revistas de ocio y lectura para cambiar el ritmo noticioso: un nuevo Le Monde 2 a imitación del copiado G2 de The Guardian y otra revista de lujo y estilo como las del Financial Times y The New York Times;
- más entradas de lectura en los artículos sin recortar textos, porque lo importante son los ritmos y la facilidad de lectura, como hace poco hicimos en La Nación;
- una vuelta a las portadas con más temas en un momento en el que los lectores demandan opciones a primera vista, por lo que el diario vuelve a su vieja cicatería con las fotos;
- y un trabajo más cercano y coordinado con la redacción web tras la guerra interna entre la redacción digital y la del papel, pero primando la publicación de noticias en la web para dejar las piezas más elaboradas para el papel.
Una reestructuración para intentar recuperar la difusión perdida los últimos años: casi 40.000 ejemplares en los últimos cuatro años y un 5,3% menos de enero a noviembre de 2008 en comparación con 2007: 301.445 ejemplares.
Bastante más que su competidor Le Figaro, a punto ya de alcanzarlo en ventas.
O al menos para acabar con sus pérdidas y asentar su modelo de negocio y rentabilidad.
Le Monde sufrió en 2008 una reducción de empleo de 110 puestos (60 periodistas) con un coste de 20 millones de euros pero con una reducción anual de la masa salarial de más de once millones.
Una estrategia como la desarrollada por El País, que en principio ha completado su plan de bajas incentivadas, la que sigue pagando ABC y la que parece que puede empezar a asumir El Mundo, donde la diferencia entre los periodistas del periódico de Pedro J. Ramírez y los de la vieja Recoletos es grande, de casi un 30% de coste salarial, según datos de 2006.
El diario francés perdió 36 millones de euros en 2008 a pesar de vender Les Cahiers du Cinema y suscribir un préstamo de 25 millones de euros con la revista Telerama como garantía.
El grupo declara unas pérdidas operativas de 4,7 millones de euros y espera volver a la rentabilidad en 2010. Pero las deudas le agobian, como a tantos grupos, y tiene por pagar otros 70 millones entre 2012 y 2014.