Barack Obama asume la presidencia de Estados Unidos. Será el primer presidente de la historia con red social propia. Obama mantendrá la movilización por internet que le ha llevado a la Casa Blanca y el contacto en la Red con sus partidarios. La apuesta ciberpolítica del presidente 2.0 continúa. Organizar Estados Unidos (Organizing America) será la nueva red social creada por Obama y su equipo para impulsar sus proyectos, apoyar a candidatos afines, explorar ideas y políticas, y mantener la movilización e identificación permanente de sus partidarios que tan buen resultado le ha dado.
“Como presidente necesitaré la ayuda de todos los norteamericanos para enfrentar los desafíos que nos esperan”, ha dicho Obama en un vídeo colgado en la Red, su mayor herramienta de comunicación desde que fue elegido presidente.
Obama ha cambiado la política con las herramientas de la web 2.0 y no está dispuesto a perderlas. Es el primer presidente que posee más de 13 millones de datos personales y correos electrónicos de sus seguidores. Por eso mantendrá una red social que no podrá ser mywhitehouse.gov, porque apoyar a un candidato es una cosa y crear una red social desde el gobierno, otra.
Pero Obama 2.0 no renuncia a la enorme fuerza que ha construido. Políticos y partidos de todo el mundo lo imitan. El Partido Popular acaba de lanzar en España una web para el debate de ideas y su líder Rajoy se reúne con blogueros y expertos en internet para preparar las próximas campañas electorales. Hasta El Vaticano piensa en usar el poder del vídeo en las redes sociales.
Organizing America estará en manos del Partido Demócrata, como PartyBuilder, la red social heredera del impulso ciberdemocrático del primer político que basó su campaña en internet: Howard Dean. Pero el equipo que controlará el nuevo gran instrumento de la ciberpolítica norteamericana está formado por fieles del presidente, una idea que no ha gustado a algunos de los líderes del partido y que ya provoca algunas suspicacias.
Obama es el presidente más comprometido con la tecnología y las ideas de la democracia y la cultura participativas de internet. Y el primer político que no sólo está en cada salón de cada casa, como se decía de Kennedy y su dominio de la televisión. Se ha convertido en parte de la identidad de muchos ciudadanos que aportan ideas, celebran encuentros de apoyo en casas y lugares públicos y lo han acompañado en la web, con su dinero y en las urnas hasta la mayor fiesta de la política en la que se ha convertido su toma de posesión.
El nuevo presidente no podía gobernar como los demás. Medio millón de ciudadanos han participado en una consulta online sobre el futuro de su organización. Obama ha prometido un gobierno abierto y conectado. El desafío es promover la democracia participativa, no construir otro gran instrumento de poder.
Columna en Público