Sólo uno de cada seis franceses leen diarios nacionales, un 0,7% menos que el año anterior. Continúa la caída de la prensa francesa en lo que muchos califican como la peor crisis de su historia.
Le Monde ha despedido a un centenar de sus casi 800 trabajadores. La redacción perderá entre 30 y 40 periodistas para quedarse en 300. Un trago difícil en una empresa histórica por su sociedad de redactores.
Los responsables del diario echan la culpa de su pérdida de difusión --un 4,44% en 2003-- a internet. De hecho su audiencia en la red se acerca al medio millón de usuarios diarios que deben sumarse a sus dos millones de lectores en papel.
Le Figaro, comprado recientemente por Dassault, el gigante armamentístico cercano a los gaullistas, vive una rebelión de sus periodistas en contra de las exigencias ideológicas y editoriales de su nuevo dueño.
Otros diarios viven situaciones parecidas en un país donde los grandes magnates de la industria invierten en medios con fruición y en defensa de sus intereses.
François Régis Hutin, director de Ouest France, el mayor periódico de Francia por difusión, lo alertaba en un duro editorial en marzo pasado: "Los diarios desaparecen, otros son absorbidos por los grandes grupos y otros cambian de manos".
Hutin culpa a las dificultades de distribución de la prensa francesa, fuertemente sindicalizada, a la inutilidad del correo para repartir los diarios y a la fijación de las instituciones europeas con el audiovisual, al que protege mientras se olvida de los medios escritos.
El director de Ouest France defiende la función democrática imprescindible de la prensa frente a frivolidad de los medios audiovisuales.
Coincide en el diagnóstico con la opinión de algunos expertos españoles, que apuntan a la telebasura como una de las principales responsables de la falta de interés del público por la información.
En España leen diarios nacionales de información general casi 4,6 millones de lectores, el 12,4% de los lectores, uno de cada ocho. Un tercio de la audiencia total de prensa.
La crisis de la prensa gala se acentúa a partir de 2002 con la aparición de los gratuitos, que provocaron un terremoto nunca visto desde la refundación de los diarios y revistas tras la ocupación francesa durante la II Guerra Mundial.
Resiste mejor la prensa regional y local. Los nacionales perdieron un 2,7% de su difusión en 2003 y la regional un 1,7%. En los primeros seis meses de 2004 han vuelto a perder un 0,7% de la audiencia, hasta llegar sólo al 17% de la población.
Le Monde ha perdido un 3,7% mientras Le Figaro, a pesar de su cambio de propiedad, gana un 2%. Se recuperan los más pequeños y el deportivo Le Equipe se afianza como el diario nacional más leído (2,4 millones de lectores), igual que ocurre en España con Marca.
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