Los debates electorales están lejos de responder a las necesidades de una ciberdemocracia abierta y participativa. En España no hubo debate en internet y mucho menos se consiguió que fuese participativo y de dominio público, como propusimos.
En Estados Unidos tampoco se ha logrado. El primer debate entre Barack Obama y John McCain se celebró con el control de partidos y medios, sin hacer caso a las demandas de un grupo de personas y organizaciones para hacerlo participativo con preguntas recogidas en internet y abierto a todos.
Entre los firmantes, figuras de la cultura libre e internet como Lawrence Lessig (Creative Commons), Jimmy Wales (Wikipedia), blogueros como Instapundit o Daily Kos, celebridades mediáticas como Arianna Huffington y organizaciones políticas en internet.
Nada. El control de los partidos y la televisión es demasiado fuerte.
En España tuvimos que esperar 15 años para un segundo debate electoral entre dos candidatos a la presidencia del gobierno. Llegado el momento, el debate fue cerrado y pactado hasta el ridículo por los políticos y sus asesores.
En Estados Unidos ha ocurrido igual pese a la petición de que el debate "perteneciese al público y no fuese controlado por los medios" y de que las preguntas y temas fueran elegidas por la gente, no sólo por los periodistas.
Existen las herramientas necesarias, como han demostrado las iniciativas libres y de medios como Community Counts, 10Questions o las preguntas a los candidatos en YouTube de RTVE o Antena 3.
Pero la videocracia sigue ganando a la ciberdemocracia. Los partidos han conquistado internet pero la democracia en la Red sigue siendo más un interfaz del espectáculo que una verdadera apertura participativa.
Para las próximas elecciones los partidos han prometido una actitud más abierta en internet.
Las diez propuestas para un debate electoral abierto, participativo y plural seguirán intentando ampliar la ciberdemocracia frente a la mera multimedia.