Thursday, September 18, 2008

La televisión más aburrida de Europa

La televisión más aburrida de Europa. Así puede llegar a ser conocida EuroparlTV, la televisión en Internet lanzada por el Parlamento Europeo para sacudirse su mala fama de lejanía de los ciudadanos. Pero sobre todo, para que esos diputados tan olvidados por las cámaras de las televisiones tengan imagen, aunque sea en Internet.
Dicen que quieren hacer su trabajo "lo más transparente y comprensible posible", pero el ansia de videocracia puede con estos políticos necesitados de imagen pública.
Cuatro canales en 20 lenguas para mostrar su actividad, entrevistas con eurodiputados, sesiones plenarias y hasta contenidos para niños (¡...!) con la convicción de apostar por un formato "moderno y creativo" para llegar a "una especie de democracia bajo demanda", dicen.
¿Es en serio o será culpa del lío de traducciones y la contaminación de la cháchara marketinera de internet? ¿Quién les habrá dicho a los europarlamentarios que la democracia se pide a golpe de clic en YouTube?
No, señorías. Lo suyo es videocracia y consiste en proyectar y controlar su imagen.
Ahora es más fácil que nunca. Ya no se depende de una televisión convencional, del criterio de periodistas, programadores, dueños o gobiernos. Ahora los políticos son los dueños de su imagen con sus canales de vídeo en internet o las televisiones de partido como iPSOEtv. El control de la imagen es suyo, no de los ciudadanos, por mucho que hablen de una televisión “orientada a los usuarios”. Ustedes, queridos parlamentarios, quieren salir en la tele, aunque tenga que ser en una suya pagada con dinero de los ciudadanos europeos. Nueve millones de euros anuales, no está nada mal.
Fíjense si los traiciona el subconsciente que cuando presentan Europa Joven, el canal para niños, los llaman "electorado del futuro". No ciudadanos, votantes. Es la ley de la videocracia: llenar la pantalla para extender el control político. Gracias por sus imágenes, pero sigan preguntándose por qué interesa tan poco a los ciudadanos el Europarlamento.

Columna en los diarios de Vocento