El debate de ayer sobre ETA en el Congreso ha dejado a PSOE y PP más alejados que nunca. Por primera vez en mucho tiempo los dos líderes políticos nacionales han conseguido acercar la posición de los dos grandes diarios nacionales.
El País y El Mundo están, ¡atención!, bastante de acuerdo.
En el PSOE algunas fuentes dan a El País por perdido. Desde la llegada de Javier Moreno a la dirección la relación ha empeorado. Los últimos días, entrevista al presidente incluida, encienden señales de alarma en Ferraz.
En el PP están más confiados. Achacan las críticas de Pedro J. Ramírez a la habitual reafirmación de distancia y autoridad que El Mundo necesita cada cierto tiempo.
"Zapatero se quedó muy corto y Rajoy se pasó de frenada", dice el editorial de El Mundo.
El País reclama al presidente del gobierno "las razones que le llevaron a no reaccionar frente a señales obvias que contradecían" el optimismo, y "obliga al principal partido de la oposición a reconocer que eran falsas sus acusaciones sobre las concesiones que el Gobierno ya había hecho a ETA".
Los dos diarios reprochan a Zapatero sus equivocaciones y falta de realismo. Y a Mariano Rajoy su empecinamiento, insoportable para cualquier diálogo.
"Es incomprensible lo que está pasando tras el brutal atentado del 30 de diciembre", dice El País. "Sólo las urnas resolverán ya esta enemistad política", afirma El Mundo.
En medio, ABC, apostando por Rajoy.
En Barcelona, las carcajadas de los etarras resuenan en La Vanguardia.
En El Periódico, la defensa del presidente y el reproche a Rajoy son claros.
Sin El País José Luis Rodríguez Zapatero puede ser un zombie político. El presidente que conoció a su esposa leyendo El País, traicionado por su luminaria periodística.
Mariano Rajoy, el centrista, puede acabar sus días de líder atenazado por una dureza insospechada.
El Mundo lo fía todo a las próximas elecciones. El País está preocupado por la división social y de su audiencia.
¿Serán los actuales líderes los candidatos adecuados para las próximas elecciones o la bomba de ETA en Barajas ha dinamitado su futuro?
¿Ha llegado la hora de otro reposicionamiento de los medios obligados por la política, la audiencia y el mercado?