De Juana Chaos morirá en prisión: en el hospital donde es vigilado y donde se le alimenta a la fuerza con suero cuando su cuerpo ya consume sus órganos. Parece que la única posibilidad para salvar su vida era suspender su huelga de hambre al abandonar la cárcel.
La fiscalía pedía con ese fin la prisión provisional atenuada, en su domicilio y bajo vigilancia. Para que una condena de 12 años y 7 meses de prisión no se convierta en una pena de muerte. En cuanto superara su estado crítico de salud, De Juana volvería a la cárcel para seguir cumpliendo su pena.
El asesino de 25 personas pondrá previsiblemente fin a su vida en protesta por su última condena por amenazas por dos artículos (El escudo, Gallizo) en Gara. Fue la única salida que la justicia encontró para evitar la excarcelación del etarra, beneficiado por ser condenado con un código penal que luego fue reformado para elevar las penas por terrorismo.
Ningún reo muere en España en las condiciones en las que lo hará De Juana. La diferencia entre la ley democrática y quienes la violan es que el estado de derecho respeta la vida de todos, hasta la de quienes se apoderan de la de los demás.
Esa lógica basta para la inexistencia de la pena de muerte y es la que arguyen los magistrados para mantener la situación del reo:
"Lo que entraña grave peligro para la salud de De Juana Chaos no es, precisamente, el internamiento, sino su voluntad de no comer por las circunstancias que considera convenientes, lo que es muy distinto. No es la situación de prisión lo que agrava su salud (...) Por su propia voluntad se ha puesto en tal situación de peligro; esto es,se trata de una autopuesta en peligro libre y voluntaria."De Juana Chaos nunca reparó en acabar con la vida de los demás y ahora usa la suya como instrumento político y para doblegar a la justicia. Su actitud recuerda la famosa huelga de hambre de los presos del IRA que convirtió a Bobby Sands en un héroe mártir.
La justicia no pudo castigar adecuadamente los crímenes del etarra y en noviembre de 2006 lo condenó por amenazas en un fallo muy condicionado políticamente y por la indignación de víctimas del terrorismo y de muchos ciudadanos por la posible salida de prisión de un monstruo.
La muerte sigue siendo un problema difícil de solucionar para la justicia de los hombres.
De muerte más allá de la política va este caso. Si De Juana muere será un mártir etarra. Si saliera de prisión y superara su estado crítico volvería a la cárcel para seguir cumpliendo su condena.
Justicia no es venganza.
La venganza de estado no existe, es cosa personal. El terrorismo no se vence con la venganza, sólo con la justicia y la democracia.
La política, el dolor de las víctimas, la indignación de muchos y las dudas de tantos han escrito líneas del auto de los jueces.
En una cama hay un hombre cerca de la muerte. Nunca compadeció a sus víctimas y por eso ha sido condenado. Por eso sus amenazas se han tomado con la severidad con las que no se repara en otras.
La democracia no debería ser su verdugo, sólo su juez. La autoridad moral y el respeto a la vida obligan. Sólo con esos principios el estado puede mantener el monopolio de la fuerza. Implacable y sin miedo. Justo hasta donde la sociedad puede serlo.
Escolar | De Juana Chaos